Todo en casa estaba empacado, el vuelo salía en exactamente dos horas, y las pocas maletas con mis cosas descansaban en la sala, mientras le entregaba la llave del departamento a la señora Ana, la cual por la forma en que me mira siempre, se que me tiene lástima, y eso me hacía querer odiarla casi. De mala gana puse mis juegos de llave en el mueble más cercano y le deposité en sus manos un sobre con el último de mis pagos que estaba atrasado. -Espero encontrar a algún otro inquilino como tú, este es el único maldito apartamento que no está destrozado o con olor a hierba. Sonreí comprendiendo y gesticulé un adiós cuando salió por la puerta, hoy era uno de esos días donde no tengo ganas de hablar absolutamente de nada y lo que mejor hago es dejarme llevar como si la vida fuera la corrriente de un río casi tan bravo como el Amazonas. Bela me ayudó a llevar todas nuestras cosas hasta el taxi, y el joven muy amable las cargó dentro. Iba al menos con una pequeña alegría dentro porque una
Mentiría si dijera que dormí toda la noche, porque no lo hice, estaba precupada por como sería mi vida a partir de ahora. Ni siquiera sabía que me atormentaba más, mi vida nunca fue fácil y en estos momentos estaba jodida, Noah se había casado, sus promesas de amor se habían ido a la m****a, me enteré de nuestro pasado en común, me enamoré todavía más, me pidió ser su novia y luego su padre lo desmorona todo y el me deja plantada en el medio de la nada. Para colmo ni siquiera puedo llorar en soledad porque estoy cuidando de su hermana menor que tarde o temprano me puede joder si se entera que llevo a su sobrino dentro. Una idea fugaz me pasó por la cabeza cuando iba entrando a las oficinas del abogado, Bela no tendría que enterarse nunca de que Noah era el papá. El bebé fue hecho cuando nadie me relacionaba con Noah y las personas que saben de la fiesta se lo tienen bien callado. Di un par de toques en la puerta de la sala de conferencias donde se supone me estaba esperando, el a
Caminé toda la tarde sin rumbo, desmoronada, justo como cuando tenía 11 años. Cada calle del Dawn Town me sonsaba conocida.Un escalofrío me recorrió la columna vertebral cuando sin darme cuenta mis pies me llevaron hasta el banco donde solía pasar las tardes enteras pidiendo comida o dinero, donde el invierno me golpeó y casi me deja sin conciencia varias veces, donde casi fui violada y ultrajada, donde recibí burlas y toda clase de plabras hirientes. Donde una niña que lo tenía todo, terminó sin nada. sin hogar, sin comida y sin familia. Una imagen se reprodujo como una alucinación delante de mi, tenía unos 13 años, y me estaba muriendo de frío, era pleno enero y las temperaturas habían bajado a menos de 30 grados fharenheit, hacía varios minutos atrás unos jovenes drogados me habían quitado hasta el último centavo que había ganado ese día, por lo tanto no comería. Me acurruqué en el banco intentando que el poco calor que me brindaba la sudadera que había encontrado en la basura
Por fin mi primer día de trabajo había llegado y al parecer entré por lo grande en la empresa -que no era ni la mitad de T&Y Cómpany- porque el chofer de mi nuevo Jefe me escoltaba. Y no se porqué pero este último había venido expresamente, desde New York a Florida, con la expresa idea de darme la bienvenida y tratar conmigo en persona. Lo cuál me parecía lo sifucientemente extraño para desconfiar, más aún cuando lo vi esperándome, parado, recostado de el que sería mi nuevo escritorio con un ramo de flores- No es ético hacer esperar a un escolta, menos si te va a llevar a tu primer día de trabajo y también llegar tarde. Sus ojos azules me excrutaron de arriba a abajo y mi cabeza gritó peligro mientras se acomodaba su corbata. -Lo siento, tenía unos asuntos que arreglar en casa. -No me dijiste que irías con alguien más, de hecho pensé que vivías sola, es por eso que localicé una casa con una sola habitación. Puse una mano enfrente de mi y negué- Estamos bien, de hecho, ya hizo dema
Mi nuevo jefe y yo estábamos sentados cómodamente en uno de los restaurantes más caros de la ciudad donde el plato principal era Langosta, no voy a negar que el antojo que llevaba teniendo hace días se satisfajo porque estaría mintiendo, estaba repleta pero a la vez incómoda, el señor Weller me miraba de una forma que no me agradaba, a la leguas se notaba que estaba a punto de pedirme algo y la presencia del guardaespaldas acercándose con un sobre en mano me lo confirmó. No habíamos hablado nada del tema hasta ahora, de hecho, su aura fría y calculadora me estaba diciendo que estaba esperando el momento adecuado para hacerlo. El momento en que yo bajara mis defensas, el cual nunca iba a llegar porque desde que llegamos reconocí este tipo de situción, me lo había advertido mi horóscopo esta mañana. El hombre trajeado depositó el papel en manos de mi jefe y este lo abrió con toda la delicadeza que demanda ser un caballero, sus movimientos eran tan suaves y a la vez tan masculinos que
Después de estar aproximadamente más de tres semanas en Florida ya me había acomodado más de lo que imaguinaba, incluso había logrado comprarme mi primer carro ya que me estaba yendo de maravilla en el trabajo, al ser un puesto superior, la paga era mucho mejor. A Bela no le había ido nada mal tampoco, de hecho había conseguido entrar a la Universidad local y también estaba trabajando desde casa para poder pagarse los estudios, el día después que inició me dijo que por fin sentía que estaba viviendo una vida ´´normal´´ y yo me alegraba que tuviera lo que yo no pude. Con respecto a mi madre, no la había visto desde entonces, podría decirse que había desaparecido de la faz de la tierra, porque intenté localizarla un par de veces y no habían rastros de ella. Los bebés en cam
Hoy entraba en mi segundo trimestre de embarazo y Eva estaba conmigo acompañándome, últimamente no se separaba de mi, me decía que tenía miedo porque sentía que las personas la seguían y yo la entendía perfectamente, está pasando por fases intentando recuperar su estabilidad mental, aunque yo me estaba empezando a contagiar de tanta paranoia. El gel líquido se corría por toda mi barriga que ya se empezaba a notar bastante abultada (por los cuatro meses de embarazo) impulsado por el lector, enseñando en la pantalla la forma de mi bebé, que ya había pasado de ser un pequeño bulto a un bebé en formación. Se veía tan pequeño e indefenso que no sabría decir si eran las hormonas o el amor de madre actuando que me dieron ganas de llorar solo de pensar que en unos meses no estaría en mi pansita y ya no lo tendría que ver solo por radiografías, sino que estaría en mis manos y lo vería crecer y ser un niño feliz. -Me temo que todavía no podemos ver el sexo del bebé, pero si puedo asegurart
La cabeza me dolía y una vez abrir los ojos la luz blanca había hecho que los cerrara nuevamente con presión y me llevara con difucultad una de mis manos al rostro buscando tapar la claridad, un pitido se escuchaba de fondo trayendo consigo recuerdos que no lograba acomodar en un orden lógico, era como si hubiese estado borracha en el momento que ocurrieron esos hechos o como si hubieran sido parte de una pesadilla. Una voz conocida de fondo gritó en busca de una enfermera y fue cuando caí en cuenta que estaba nuevamente en ese maldito lugar llamado hospital. La mano que tapaba la claridad en mis ojos rápidamente se desplazó a mi estómago, buscando que la pequeña barriga todavía estuviera allí y frotando con miedo como si así lo pudiera calmar para que no sintiera que su madre se moría de pánico solo de pensar que le había pasado algo. Pasos se aproximaron a mi, y logré enfocar a una enfermera revisando la máquina a mi lado. -¿Mi bebé? ¿Está bien? -Lo está, pero ahora usted es l