Colin Me sentía como un niño pequeño perdido en un gigantesco mar, queriendo entender las costumbres de un país contrario al mío, pero la familia de Emma me ha ayudado a ir comprendiendo de a poco. Son personas muy amables y alegres, siempre preguntando si me encuentro a gusto o no, aunque la mayoría del tiempo me pierdo en su forma de expresarse.No sabía cómo irían vestidos a la despedida de solteros de los novios, así que seguí la recomendación de la Sra. Carmen; la madre de Emma, de ir informal. Me puse un pantalón negro, una camisa blanca ajustada y mi chaqueta de cuero. Me sentía más jovial que de costumbre, supongo que el ambiente prestaba para sentirme de esa manera.—¿Cómo te has sentido? Quisiera que Emma tuviera más tiempo para que fuese a mostrarte muchos lugares emblemáticos y muy bonitos de Medellín.Es tan sencillo comunicarme con la madre de Emma sin necesidad de ponerme a pensar qué quiere decir cuando habla en español.—Muy bien, todos han sido muy amables conmigo.
Aunque el aire me faltaba cada segundo, seguí probando de sus labios, jugando con su lengua cada que la suya hacia contacto en mi boca y mordiendo cada cierto tiempo la suavidad y carnosidad de sus labios. Sus besos son demasiado, nunca antes me habían besado con tanta pasión y entrega.De pronto me vi comparando esos besos que Lili me había dado en el pasado y que me sabían a amor del más puro y sincero, pero, a diferencia de Lili, Emma sí ha sido capaz de despertar pasión, ternura y locura en un solo beso. Ha removido todas las fibras sensibles de mi ser, dejándome en un jaque con más posibilidades de morir que de seguir en pie.Recordar esos besos fingidos me oprime el pecho ante un escenario similar, pero Emma es tan diferente a esa mujer en todos los sentidos, que me maldigo por permitir que su recuerdo y su traición entre una vez más en mi vida y cuando mejor me estoy sintiendo con una mujer sincera y espontánea que sí vale la pena admirar y recrear por horas e incluso toda una
EmmaSolo entonces cuando dejé de escuchar su voz al otro lado de la puerta, me desvanecí en cientos de pedazos sin saber por qué lloraba y me sentía tan triste y rota, cuando debería sentirme feliz y dichosa tras ver unos de mis tantos sueños hechos realidad. Aun estando bajo la conmoción, acaricié mis labios sin dejar de sentir ese hormigueo que los suyos me provocaron tan pronto hizo un contacto directo y violento con mi boca. Sus labios son tan suaves y tibios, y sus besos son de los mejores que me hayan podido dar en mi jodida vida. Sabe cómo mover los labios, usar la lengua y transmitir todas esas corrientes que por poco me llevan a la locura. Si Catalina no hubiera interferido a tiempo, me habría dejado arrastrar por el momento y el fuerte impacto de su boca sobre la mía. Pero cuando esa calentura se enfría se piensa con la razón y no con las ganas, pues el baile, la cercanía y el roce de nuestros cuerpos lo llevó a besarme. Además, que estuviera bajo las influencias del alcoho
—Será mejor que nos calmemos, bizcocho — mordí mis labios al sentir su boca lejos de la mía—. Te espero abajo mientras te arreglas.Se quedó mirándome por un momento, esperando a que le respondiera todas esas palabras tan bonitas que dijo, pero sencillamente las palabras no salieron de mi boca. Es tanta la dicha, la emoción, la traga y lo atontada que me dejó, que no encuentro qué decirle.—¿A qué hora es la boda?Saqué mi celular de entremedio de mis senos para mirar la hora en este. La picardía en su mirar no me pasó desapercibida, aunque solo se relamió los labios y sonrió ladeado.—En treinta minutos — desvié la mirada tan pronto lo vi desabrochando su pantalón—. ¿Qué crees que haces?—Voy a tomar una ducha, desde luego.—Al menos espera que me vaya. ¿Cómo se te ocurre desnudarte frente a mí?Contemplé a detalle cada uno de sus músculos, de la anchura de sus brazos y hombros y ese definido camino que va más allá de su ombligo y se alcanza a ver una montaña de lo que quiero creer q
La boda de mi prima fue hermosa, estuvo llena de sentimientos y me hizo soñar despierta con el día en el que mi amado me tome de la mano y se luzca conmigo y todos mis defectos. Que me ame de pies a cabeza sin importar nada y me lleve cada noche si es posible al cielo, aunque otros días me guie por el infierno. No busco perfección en la vida, pero sí amor sincero y del más bueno.En la boda de Amelia recibí el ramo viniendo de sus propias manos, ahora que, estoy en medio de la turba de mujeres de mi familia, por más que digo que ojalá no me caiga a mí, el ramo parece tener un destino fijo en mis manos. Pareciera que yo fuera la mitad de un imán y el ramo la otra parte, y este está en busca de hacer conexión conmigo a como dé lugar.El ramo de flores blancas y amarillas dio en mi cabeza y, seguidamente, golpeó el pastizal. Aunque todas me miraron, pensando que lo tomaría en mis manos, al ver que no me moví ni un solo centímetro de mi lugar, se abalanzaron sobre mí diciendo un sinfín de
Hablar de mis sentimientos no es algo fácil de hacer, mucho menos cuando la persona que creía inalcanzable es la que me insta tanto a decir lo que he guardado hace algunos años. Si siento que con un simple beso voy a desfallecer, ahora pensar en sentimientos me genera pánico. Siendo realista, un sentimiento de parte suya no puede nacer de la noche a la mañana. Sí, hemos compartido mucho desde hace unas semanas atrás cuando vivimos juntos y cuidamos de Serena, también nos hemos conocido mediante un intercambio intenso de mensajes y en estas vacaciones que no quería que tuvieran un fin. Pero hablar de un sentimiento genuino y sincero no nace de la noche a la mañana, lo tengo claro y es lo que quiero hacerle comprender a Colin.—No es fácil hablar de sentimientos, Colin. —¿Por qué no? Si algo he aprendido en la vida, es que la sinceridad va de la mano con el corazón — suspiró, apretándome contra su pecho—. Es irónico, sabes bien que entregué mis sentimientos a una persona que no me cor
Descendió por mi vientre con lentitud, soplando su aliento por encima de la tela de mi blusa y enloqueciéndome con esa mirada tan erótica y tierna que me dedicaba. En su mirar estaba clara su intención de enloquecer cada uno de mis sentidos. Al llegar a mi pantalón, jugó con mi cordura y mis ansias al dejar un fugaz beso a la altura de mi vientre bajo, quemando mi piel con la tibieza de su aliento.—Colin — se me escapó su nombre mientras trataba de controlar esas pulsaciones que me estaban dominando—, no seas tan cruel.—No comas ansias, dulzura — presionó sus dedos en el botón de mi pantalón hasta soltarlo—. Nos aguarda un viaje lento y largo — volvió a presionar, pero esta vez para bajar la cremallera—, así que relájate y disfruta de mis atenciones.Levanté la cadera para ayudarle a quitarme el pantalón por completo. Al quitarlo y dejarlo a un lado de la cama, me contempló a detalle las piernas y la diminuta prenda que cubre mi sexo. Sus ojos se oscurecieron un poco más al verme, i
Colin—Espero que, eso que tienes para decirme, sí sea verdaderamente importante — gruñí una vez pegué la bocina a mi oreja. —Hola, capullito. ¿Cómo estás? ¿Me has extrañado? Fruncí el ceño, cerrando los ojos y suspirando hondo para no responder como Harper se lo merece, sobre todo cuando usa ese sarcasmo que desconocía por completo de él. —¿Qué es lo que tienes que decirme? Estaba muy ocupado durmiendo. —Me imagino cuán ocupado debías estar — escuché la voz de Amelia de fondo, así que solo me limité a presionar los labios mientras trataba de tranquilizar el fuego que aún se extendía por toda mi piel—. Yo sí te he extrañado, no es lo mismo esta vida sin ti. —Apenas me fui un par de días. —Pero no llamaste ni uno solo. —Bueno, ya no tengo porqué hacerlo. Ahora tienes una familia que le debes tiempo y amor — suspiré—. ¿A qué has llamado? ¿Ocurrió algo? —Serena está dormida, Amelia un poco enferma y yo estoy aburrido y solo quería hablar un poco con mi hermanito menor. Claro, a m