Los árboles se movían de un lado a otro por le fuerte viento que los azotaba, pequeñas flores y hojas secas eran arrasadas por el viento hacia las ceras de las calles y más allá, pareciera que una tormenta se avesinara, pero en realidad, en ocasiones el clima daba un drástico cambio.Cubrió más su cuerpo mientras caminaba junto a su madre quien era guiada por su enfermera, ya estaba en casa, eso hacía todo diferente, era sinónimo de mejoría. Los hospitales sólo llevaban a las personas a imaginarse lo peor, desgraciadamente.—Hija...La joven regresó a la realidad, tenía la mirada perdida en los arbustos que desde el patio de la casa de sus padres podía ver, mientras se abrazaba con fuerza y fruncía el ceño. No sacaba algo de su cabeza.—¿Sí? —respondió, todavía algo perdida en sus pensamientos.“Eres mía, Melany. Mía hasta la muerte”No, esas palabras no tenían nada de bonito, para otra persona que no fuese ella sí, ella sabía que él no lo había dicho en modo romántico, ella conocía é
Dejó que el agua desapareciera todos esos estúpidos pensamientos, tal vez estaba precipitando las cosas, y como ambos eran principiantes en eso de esposos, podía ser normal su comportamiento repentino.Salió del baño con la toalla alrededor de su cuerpo y se dirigió hacia el armario, eligió una blusa de tiras y un short de tela aunque hacía algo de frío. Iba de camino hacia el escritorio para tomar su celular cuando la puerta de la recámara se abrió.—¿Quieres comer ahora? —preguntó.—No, son recién las siete —y él salía del trabajo a esa hora. —. Llegaste antes.—Como te dije, me tenías preocupado ya que no contestabas, no me dijiste donde estabas —se acercó, y ésta vez con delicadeza la tomó de la cintura, sí, ése era el Marcelo que todos conocían.—En casa de mi madre —contestó Melany algo seca.—Siempre te ves increíblemente fresca después de una ducha, de hecho más hermosa —y aunque estaba algo indignada por el suceso no pudo evitar reír. —. Ni hablar de cuando sonríes.Alzó la m
La mujer se dejó guiar por su pareja hacia dentro del local, no había mucha gente, pero sí suficiente para la hora que era, el ambiente era acogedor, fueron acogidos rápidamente por el personal. Los ojos de la mujer estaban ondeando por el lugar mientras su esposo hablaba con el personal que los atendían. Sus ojos se detuvieron en un joven delgado y alto que estaba de espaldas, su oscuro cabello negro rozaba su cuello, tapando bastante bien el tatuaje que tenía allí.Cuando aquel joven giró para retirarse de su lugar quedó muda al reconocerlo, su mente viajó inmediatamente de manera fugaz al pasado, esos momentos de bailes intensos, podía asegurar que era el mejor bailarín con el que había bailado, aunque, esté no corrió con la misma suerte que ella.Cuando el chico la notó, ella pudo evitar sonreír, eran tiempos buenos, tal vez los mejores, él tuvo la misma impresión que ella, y tardó unos segundos antes de apresurarse a avanzar.—¿Vamos? —propuso su esposo, sacándola de su burbuja
El dolor en su mejilla se intensificó, podía asegurar que estaba mareada, un sentimiento recorrió cada partícula de su ser, luego de asimilar el dolor, el dolor de aquel golpe que había sido propiciado de parte de su esposo, una llama se activó dentro de ella.Abrió los ojos aún estando algo ida, es que no se lo podía creer, estaba estancada en su cabeza, parecía un sueño, una pesadilla.—Preciosa...Giró para encontrarse con los ojos arrepentidos de su esposo, sin pensar ni un segundo le devolvió el golpe con una fuerza increíble. El hombre lo aceptó, cerró los ojos respirando hondo.—Quita el seguro —ordenó la mujer.—Melany...—Quita el maldito seguro —masculló. —. Maldito infeliz —arrojó saliendo de la camioneta.En su interior había una mezcla de sentimiento, esos momentos donde la rabia que se apoderaba de ti no es suficiente, donde el dolor se siente como un cuchillo enterrado hasta el fondo. Donde lo peor de todo es que no tienes idea de cómo reaccionar, y sientes que ni siqui
“No puede ser. Esto no puede estar pasando.¿Con qué loco me casé?”Apoyó una mano a la pared cerrando los ojos con fuerza, su mente estaba hecho un desastre, no quería creerse lo que estaba pasando pero tampoco quería que su mente le jugara sucio, su esposo seguía siendo el mismo, sólo que ahora podía ser el mismo sin temor. El timbre de su celular la hizo reaccionar, miró el aparato recomponiéndose.Thiago: ¿Lo dices en serio?Ya no estaba tan segura, Thiago tenía talento y una larga vida por delante, ella no podía darse el lujo de arruinarle la vida, aunque dudaba de las palabras de su esposo, aún así, él había hablado con seguridad, como si no pasara nada si le hiciera algo al chico.“Sí, Thiago, eres el mejor”Giró para confirmar que su esposo no estuviera detrás de ella, no le gustaba ese sentimiento y no pretendía vivir así, pero era tan pronto, además, no podía crear un escándalo, tenía que buscar la manera de arreglar las cosas con Marcelo sin cruzar límites.Decidió subir en
PREFACIO CLIENTE PROHIBIDO El frío abrazaba su cuerpo debajo de la fina tela que cubría su adolorido y voluptuoso cuerpo, o lo que quedaba de ello, era una mujer realmente hermosa y con buenos dotes, que poco a poco fue desapareciendo. Había cambiado tanto físicamente como mentalmente, y en tan poco tiempo.Rascó su cabeza nerviosa, el guardia de aquel edificio le había dicho que no podía esperar a la persona que quería en su puerta, y en vez de quedarse dentro en uno de los sofás de recepción, decidió sentarse en la acera del lugar, frente a la húmeda carretera que sólo le proporcionaba más frío. Se abrazó a sí misma e inclinó la cabeza hacia delante mirando el asfalto que estaba entre húmedo y caliente, el olor a tierra le fascinaba, aunque en ocasiones ciertos lugares le daban asco, no todas las tierras olían igual, al menos eso sabía ella diferenciar.Levantó su cabeza de golpe al recordar que su objetivo podía pasar en cualquier momento, y que no podía perder la oportunidad, no
CAPÍTULO #1 CLIENTE PROHIBIDOCuando Marcelo se enteró de que sería tío, se volvió loco, a tal punto de que estaba dispuesto a pegarle una paliza a su hermana, estaba tan furioso que tuvo que mantenerse alejado de casa por dos días hasta que calmara su ira, pero, desgraciadamente el pobre novio de su hermana no se salvó como ella, él sí terminó en el hospital con una golpiza que casi le cuesta la vida.Todo dio un cambio radical, muy radical cuando la pequeña Emely nació, no había quien podía separar a éstos dos, Marcelo era el doble de sobre-protector con la niña que lo que era con su hermana, esa chiquilla se volvió sus ojos, podía estar furioso pero cuando la veía se volvía un niño, sin duda alguna, esa pequeña era su punto más débil.El sujeto se giró sobre su asiento para atender al teléfono, llevó el aparato a su oído mientras golpeaba el lápiz contra la mesa.—Bueno —saludó.—Hola, me preguntaba si podías pasar por Emely a la escuela y llevarla a sus clases de ballet, es su pri
CAPÍTULO #2 Había pasado tan sólo un día desde aquella vez que la vio, su sobrina recibía clases dos veces a la semana, por lo que pronto la volvería a ver, y aunque después de haberse bajado de su jeep luego de dejar a la niña no había podido pensar más en ella, hoy era distinto, puesto que le quedaba tiempo de sobra para hacerlo.Levantó el folder y decidió al fin revisarlo, tenía rato de que su secretaria se lo había traído, pero más distraído no podía estar, esa mujer había llamado demasiado su atención, pero ella ni siquiera la miró, suponiendo que todo el mundo lo conocía, eso era un golpe bajo.—Mierda —masculló colocando sus ojos en los papeles, miró con atención la lista sin dejar pasar ni un sólo detalle. Cerró los ojos con fuerza al ver una cifra demás y sin fecha, molesto se retiró de su escritorio y salió de la oficina.A todos los empleados se les puso la piel de gallina al verlo avanzando entre los escritorios con esa faceta de matar con la mirada, sus pisadas eran más