Charlotte.El sonido de una máquina que se encuentra en un costado de la cama logra despertarme, levanté la cabeza llevando la mirada a mi alrededor, es fácil saber que me encuentro en un hospital, trate de mover mi brazo, pero no lo conseguí con facilidad.Se encontraba enyesado, quise sentarme para salir de este lugar, lo cual fue completamente imposible debido al dolor en mis costillas, con mi mano libre levanté la bata dándome cuenta que me encontraba vendada.De repente ingresa Adriano con un ramo de flores en su mano y una enorme sonrisa en su cara, me sentí más tranquila al verlo y recosté la cabeza nuevamente sobre la almohada.—Buenos días mi querida Kristin —al escucharlo abro mi ojos y al mismo tiempo levanté las cejas—.¿Te gusta tu nuevo nombre? —susurro en mi oído.—No está mal —respondí dibujando una leve sonrisa—. ¿Cómo debo llamarte ahora? —Entrega las flores en mis manos y nuevamente se acerca a mi oído.—Axel Fischer, por ende eres la señora Fischer —un cosquilleo pa
Charlotte Años más tarde —Mamá, mamá... —El llamado de mi pequeño hijo logra llamar mi atención.Me levanté de aquella cómoda silla en medio del jardín y gire mi cuerpo completamente llevando la mirada directo a Thomas, quien se aproxima rápidamente hacia mí con una enorme sonrisa en su pequeño y tierno rostro.Me incliné a su altura y le di un tierno abrazo, no desaprovechó el tiempo y a cada instante le demuestro cuanto lo amo.—Mamita, papá te está esperando en la sala, así que por favor no lo hagas esperar —dice con su voz agitada.—Hola mi amor, te extrañe demasiado; ¿si te divertiste con tu padre en el recorrido? —Sus pequeños brazos rodean mi cuello apretando con todas sus fuerzas.—Sí, pero estoy seguro que hubiera estado mejor si tú nos hubieras acompañado; todas las personas que trabajan en este lugar son muy cordiales y atentos, en todo momento le viven agradeciendo a ustedes por darles una excelente calidad de vida, en especial a tí.Lleve mis manos hasta sus hombros y
CharlotteMiro la fecha del calendario y hoy es el día, hoy se cumplen quince años desde que ella murió y eso en cierto modo afecta totalmente mi día, me pongo mi habitual ropa blanca, esa que me hace sentir más segura. Desde que ella murió algo en mi murió con ella, algo no dejó que yo pudiera continuar. La verdad tengo el tiempo contado para poder hacer esta diligencia y volver a mis tareas. Mis negocios son lo más importante, eso es algo que no puedo descuidar porque hace parte de mi vida totalmente. Hoy llevaré a Lía mi hermana menor a una de mis fábricas, es la primera vez que iría ya que está cumpliendo dieciocho años y eso directamente la involucra en mi mundo, ella todo este tiempo estuvo alejada de esto, muchas veces le insinué lo que hacíamos porque ella no tiene otra opción para su futuro. Por su bien y por el mío lo quise así, sin contar que mi padre lo pidió desde un principio, él con su prepotencia siempre pensó que nosotras dos no nos podríamos encargar del negocio de
AdrianoSonrió en mi interior, al reconocerla. Vi su foto tantas veces que podría describir su rostro a la perfección. Verla en persona supera mis expectativas, el odio es mayor y las ganas por acabar con ella también, creo que si lo pudiera hacer con mis propias manos no lo dudaría ni un solo segundo. Me quedé observándola de tal forma que se sintiera intimidada, o pensé encontrarla en este lugar, eso solo deja claro que aquí están también ellos, que esté es el lugar donde reposan sus asquerosos huesos.Suelto una gran carcajada cuando esta mujer se va, me encanta ver como se dan cuenta las personas cual es su verdadero lugar. Ella demostró que al no poder sostener su mirada ante mí, su supuesta fortaleza es solo una fachada ante la debilidad que verdaderamente posee. Donato coloca su mano sobre mi hombro, llamando mi atención para seguir subiendo, quedé más tiempo de lo normal observándola, solo puedo contenerme para evitar ir a agarrarla y gritarle en la cara sus verdades; el ti
CharlotteMe quedé esperando que Luciano me de razón alguna, estoy sentada en la camioneta mientras fumo un cigarro. Lía quedó en una de las bodegas, ella quedó encargada de revisar algunos documentos, su especialidad es los números así que debo explotar sus habilidades. Siento como mi presión se sube por todo lo que está sucediendo. El tabaco es lo único que en estos momentos me alivia. Le pedí a mi chofer que se fuera, mientras que no tenga más confianza con él, no puedo darle la oportunidad para que se integre más en mis cosas. Luciano no tardó en aparecer en mi camino, me gusta demasiado su eficiencia, no podría confiarle todo esto a alguien más, él no solo es mi mano derecha, también es mi amante clandestino, nunca he tenido una relación y nunca la tendré soy más de disfrutar el momento, de disfrutar a los hombres. El amor y todo eso es una babosada, eso no va conmigo, esas cosas solo te pueden despejar del camino verdadero, tengo muy claro que el placer no se debe mezclar con
CharlotteTodo el camino mantuve mi mirada en el teléfono, quitando esa sensación que había percibido con estos hombres allí, porque tenía una sensación de haberlos visto mucho antes. Observe la ventana, el cielo nublado anunciaba que pronto empezaría a llover. —Te veo muy pensativa, no has dicho nada desde que salimos de ese lugar. ¿No estarás pensando en aceptar la propuesta de esos hombres? —mira por el retrovisor mientras me habla —. Porque no fue muy difícil deducir sus intenciones, especial porque ví como te miraban. —Chasqueo con mi lengua, no puedo creer lo que estoy escuchando. —¿A qué quieres llegar con eso? Porque déjame decirte que tu jueguito de palabras no van conmigo.—Charlotte, los dos sabemos todo lo que manejas, es muy claro darse cuenta que cualquier hombre estaría encantado por deslumbrarte y poder quedarse con tus cosas —comenta mientras gira el volante con brusquedad.—¿Estás pensando o simplemente hablando en voz alta? Porque de ser así como tú dices, tú no
CharlotteApague mi cigarro y observe al frente, una persona en una motocicleta completamente vestida de negro, estaba adelante de nosotros. El claxon sonó en repetidas ocasiones pero aquel sujeto no se movía. —No se preocupe señora, de inmediato iré a ver que quiere —La voz ronca de Fabrizio suena, mientras mi concentración está principalmente en aquel hombre.Irreconocible a primera vista con su casco y su vestimenta, pero demostraba tener fuerza y era realmente intrigante, su cuerpo ancho, me hacía mojar los labios. Fabrizio se ubicó frente a él, le decía algo que claramente no podría escuchar desde aquí, movía sus manos reclamando y claramente exigiendo que se hiciera a un lado. Levanté una ceja cuando vi que se retiró el casco, movió su cabeza acomodando su cabello mojado, sonreí con picardía, no puedo creer que sea ese mismo hombre. Abrí la puerta del carro, fui caminando lentamente haciendo sonar la punta de mis zapatos altos, lo observaba detrás de Fabrizio, sus brazos cruza
CharlotteOmití el hecho que estaba él aquí, ¿cómo coincidimos en este lugar? es una gran incógnita que tarde o temprano voy a averiguar, mientras tanto, decidí continuar con lo que estaba. Moví mis caderas al ritmo de la música, me encanta este tipo de música. Esa que hace que tu cabeza vuele. Él sacó de su bolsillo aquel polvo que necesitábamos para que la noche continuará de manera única, movió mi cabello haciendo una gran presión, en mi espalda, estaba tan deseoso como yo de pasar la noche. Luego de probar aquel manjar continuamos con nuestra celebración, en estos momentos los demás habían aparecido a mi alrededor. Me senté cuando la temperatura de mi cuerpo subió, mi vestido se pegaba de sobre manera en mis curvas pronunciadas, Luciano puso su mano en mi trasero mientras acariciaba mi pierna. —Me desobedeciste, te dije que te fueras a hacer algunas cosas por allí, no te di permiso de venir a ninguna fiesta —dije. Él lamía sus labios mientras seguía con su juego de miradas—. Es