Charlotte
Todo el camino mantuve mi mirada en el teléfono, quitando esa sensación que había percibido con estos hombres allí, porque tenía una sensación de haberlos visto mucho antes. Observe la ventana, el cielo nublado anunciaba que pronto empezaría a llover.
—Te veo muy pensativa, no has dicho nada desde que salimos de ese lugar. ¿No estarás pensando en aceptar la propuesta de esos hombres? —mira por el retrovisor mientras me habla —. Porque no fue muy difícil deducir sus intenciones, especial porque ví como te miraban. —Chasqueo con mi lengua, no puedo creer lo que estoy escuchando.
—¿A qué quieres llegar con eso? Porque déjame decirte que tu jueguito de palabras no van conmigo.
—Charlotte, los dos sabemos todo lo que manejas, es muy claro darse cuenta que cualquier hombre estaría encantado por deslumbrarte y poder quedarse con tus cosas —comenta mientras gira el volante con brusquedad.
—¿Estás pensando o simplemente hablando en voz alta? Porque de ser así como tú dices, tú no estarías muy lejos de hacer eso. Luciano eres mi mano derecha, también eres mi amante ¿Crees y con lo que me acabas de decir, no voy a pensar lo mismo de ti?
—Tu y yo nos conocemos desde pequeños, eso que dices no va al caso.
—Simplemente veo que quieres quedar bien por encima de los demás, no soy estúpida sé como defenderme. Te puedo garantizar que mi sexto sentido está totalmente agudizado, cuando me di cuenta que hay una persona está queriendo aprovecharse de mí sencillamente lo acabaré o la acabaré —dije, mientras en mi rostro se encorva una sonrisa.
—Te voy a dejar en tu casa, mañana temprano iré a la pista, uno de nuestros aviones despegará temprano, llevando suficiente mercancía así que debemos verificar que todo vaya en orden. —Muevo mi cabeza asintiendo.
—Quiero que la seguridad aumente, no vamos a dejar que pues van a entrar meterse y dañar cualquier paso que yo de, ese dinero que se perdió en el incendio debemos recuperarlo de cualquier forma. En especial porque los americanos están esperando ansiosamente ese pedido, por más de que busquemos la forma de agilizar no vamos a tener esa cantidad lista para dentro de dos días. —Agarré mi frente, todo esto hace que el día se torne agrio.
—Contratar más personas para esto es lo que pienso hacer, sabes que podemos reclutar algunos de los turistas que llegaron, creo que tengo una buena cantidad de dinero podemos mostrarles que ese es el negocio hay que pueden entrar en sus vacaciones. Es algo que opino, porque así no le vas a quedar mal a esas personas, te pueden asesinar. —Él se detiene y me observa—. Solo quiero que cuentes conmigo, no quiero que nadie se aproveche de ti, siento la necesidad de protegerte.
—Haz lo que sea necesario, en fin… Ya me cansé de estar hablando contigo, siento que utilizas un tono bastante cargado para poder decir las cosas y hoy créeme que no estoy de ánimos para aguantar todo.
—Lo siento, solo que…
—No te pido tu opinión ni tus cuidados, entiende que tú solo eres alguien que colabora para mí y conmigo, no tienes un cargo importante en mi vida, no comprendo porque aún no lo has entendido. —Él cambia completamente su postura, de inmediato acelera a gran velocidad y sin siquiera mirarme.
Para mí es mejor así, es como si él quisiera meterse más al fondo en mi vida, eso es algo que no puedo tolerar y no debo permitir.
Al estar al frente de la casa, bajé del carro dando un adiós frío. Él aceleró y se fue, es mejor así, no me gusta que se preocupen por mi.
Al entrar a la casa siento un olor a tabaco fuerte, me dirijo a donde proviene. Allí está mi tía con la sala vuelta nada, algunas cosas rotas y ella en el suelo, la miro y paso de largo, ella me agarra la pierna, parece una indigente, me da vergüenza y lástima verla así.
—¿Qué quieres? —le pregunto sin mirarla a la cara, estoy agotada mentalmente como también soportarla a ella con sus estupideces.
—¿Cómo que quiero? me enteré lo que hiciste, ¿Crees qué estoy bien? porque te puedo asegurar que no lo estoy, eres una infeliz mal agradecida, una persona que no le importa nadie más que ella misma. —Sonrió y luego suelto mi pierna de su agarre.
—Creo que eso es un poco injusto, en especial si contamos que tu no haces nada para ganarte las cosas. Lo único que hice fue estar un poco más cómoda conmigo misma , con eso quiero decir que me cansé de mantener parásitos. Quiero que trabajes o hagas algo, no pienso seguirte manteniendo ¿Entendido? —Ella me mira e inhala su veneno.
—Eres peor de lo que me imaginé, tu padre dejó claro que debías mantenerme, que deberías hacerte cargo de mí. Recuerda que estoy lisiada, que no puedo hacer nada por mi misma. No seas insolente y deja de hacer ese tipo de cosas.
—Mira, lo que pasa es que me cansé de ver como utilizas para cosas banales el dinero de mi familia, el dinero que mi padre y yo hemos conseguido a lo largo de los años con mucho esfuerzo, así que agradece que aún te dejó vivir en este lugar que es tan sagrado para mí. —Ella se pone de pie y me mira con odio.
—Tu padre dejó claro algo…
—Mi padre ya está seis metros bajo tierra, lo que él pensaba o quería ya no me importa mucho, en especial si tiene que ver contigo. —Sus ojos se abren de par en par.
—Eres una insolente, —busca la forma de darme una bofetada, pero yo la tomo del brazo y la lanzó al sofá—. Tu padre debe estar revolcándose en su tumba por tus palabras, por lo que has hecho y por todo lo que haces conmigo.
—No te atrevas o te aseguro que no volverás a respirar mi mismo aire. ¿Entendiste? Adicional no hay que ser adivina para que puedas deducir porque hice esto, en tu vida vuelves a humillar a mi hermana, ella no está sola, yo estoy aquí y puedo demostrarte que soy capaz de defenderla con uñas y dientes. —Agarro unas mechas de su cabello acariciandolo, mientras que le sonrió en todo momento.
—Ya entiendo porque tu padre era así, es porque tu y tu hermana son iguales a su mamá, todas zorras.
Pase saliva, no puedo creer que se atreva tanto, con mi mano agarré su cabello desde la parte de atrás, lo jale con fuerza viendo como ella se quejaba de dolor. Apretaba mis manos, para poder ejercer presión hacia abajo y que su cabeza bajará al mismo tiempo. Saqué una pequeña navaja, la que siempre llevo en mi pantorrilla para ponerla en su cuello haciendo muy poca presión.
—Tu vuelves a nombrar a mi mamá y te aseguro que te corto la lengua en pedazos, no me medire con lo que pueda hacer, simplemente lo haré como si fueras la peor de las cucarachas.
—Ya no más… Lo siento, perdón. Eres como una hija para mí y lo sabes, lo único es que tenemos nuestros choques como cualquier persona en su sano juicio —comenta y yo solo puedo mover mi cabeza a los lados negando.
Esta señora jamás será como mi madre, aún no se me olvida todo lo que hizo por mi cuando era pequeña, que a pesar de que mi padre le daba todo, ella quería más, creo que toda ella me da repulsión, si no fuera por lo que sé, ya la hubiese botado a la calle como un perro sucio.
—¿Perdón? es que no logro comprender a donde quieres llegar con eso. Esa palabra perdón, no sabía que existía en tu vocabulario, pensé que de tu boca solo salían insultos sin sentido. ¿Qué es lo que me quieres decir? —La jale con más fuerza, ella busca la forma de soltarse de mí, sin embargo, no la dejó, no se lo permito.
—Que me perdones, no vuelvo a nombrar a esa mujer, ni tampoco a ofenderte.
—Exacto, tu boca es muy sucia para que pronuncies su nombre, para que hables de ella ¿Está claro? —ella mueve su cabeza afirmando—. Ahora, vas a pagar por tu estancia en esta casa. Voy a buscar algo que puedas hacer y cuando lo tenga listo, te avisaré. —La solté.
Ella tomó su cabello, para luego bajar su mirada ante mí. Chasquee con mi lengua y caminé rumbo a mi habitación.
No puedo permitir que sigan pasando por alto lo que digo. Mire la hora, tenía mucha presión encima, mi cuerpo estaba tenso, necesitaba relajarme. Tomé mi teléfono y le marque a Fabrizio, le pedí que llegará en una hora, hoy iba a descontrolarme, necesitaba sacar toda la adrenalina que estaba en mi cuerpo.
Me di un baño, el agua tibia caía por mi cuerpo mientras pasaba una esponja con los ojos cerrados, mi cuerpo necesitaba acción, debo decir que todo eso es una descarga para mi que hace que pueda trabajar y ser yo en mi mejor y mayor esplendor. Aplique crema corporal y maquillaje, mirando mi reflejo en el espejo sonrió, muchas veces aprovecho mi belleza para poder salirme con la mía, tengo muchos atributos que cualquiera quiera tener, sacar provecho de esto es algo que no dudo. Me coloco un vestido de seda, uno muy delgado y sensual, peino mi cabello y bebo una gran copa de vino tinto.
Observé por la ventana cuando la camioneta se acercó a la casa, iré a visitar a mi gran amiga Nicol, ella tiene un bar en donde hacemos algunos trabajos también, no obstante, es el sitio adecuado para combinar placer con negocios. Bajo las escaleras, miro que ya todos están durmiendo y eso me da un toque de tranquilidad, no hay como salir sin verle la cara a nadie, eso sin duda haría que me indispusiera.
Al salir la puerta del carro estaba abierta, Fabrizio mira al frente sin parpadear, paso por su lado sintiendo como su aroma entra por mis fosas nasales, muerdo el interior de mi labio y sonrió. Él entra por el otro lado y le indico por donde ir.
Enciendo un cigarro, cierro mis ojos sintiendo como aquel humo repleto de nicotina se apodera de mí, siento un sacudón cuando Fabrizio frena de manera abrupta el carro.
CharlotteApague mi cigarro y observe al frente, una persona en una motocicleta completamente vestida de negro, estaba adelante de nosotros. El claxon sonó en repetidas ocasiones pero aquel sujeto no se movía. —No se preocupe señora, de inmediato iré a ver que quiere —La voz ronca de Fabrizio suena, mientras mi concentración está principalmente en aquel hombre.Irreconocible a primera vista con su casco y su vestimenta, pero demostraba tener fuerza y era realmente intrigante, su cuerpo ancho, me hacía mojar los labios. Fabrizio se ubicó frente a él, le decía algo que claramente no podría escuchar desde aquí, movía sus manos reclamando y claramente exigiendo que se hiciera a un lado. Levanté una ceja cuando vi que se retiró el casco, movió su cabeza acomodando su cabello mojado, sonreí con picardía, no puedo creer que sea ese mismo hombre. Abrí la puerta del carro, fui caminando lentamente haciendo sonar la punta de mis zapatos altos, lo observaba detrás de Fabrizio, sus brazos cruza
CharlotteOmití el hecho que estaba él aquí, ¿cómo coincidimos en este lugar? es una gran incógnita que tarde o temprano voy a averiguar, mientras tanto, decidí continuar con lo que estaba. Moví mis caderas al ritmo de la música, me encanta este tipo de música. Esa que hace que tu cabeza vuele. Él sacó de su bolsillo aquel polvo que necesitábamos para que la noche continuará de manera única, movió mi cabello haciendo una gran presión, en mi espalda, estaba tan deseoso como yo de pasar la noche. Luego de probar aquel manjar continuamos con nuestra celebración, en estos momentos los demás habían aparecido a mi alrededor. Me senté cuando la temperatura de mi cuerpo subió, mi vestido se pegaba de sobre manera en mis curvas pronunciadas, Luciano puso su mano en mi trasero mientras acariciaba mi pierna. —Me desobedeciste, te dije que te fueras a hacer algunas cosas por allí, no te di permiso de venir a ninguna fiesta —dije. Él lamía sus labios mientras seguía con su juego de miradas—. Es
Adriano Mi cabeza da vueltas, de rabia. No puedo creer que todo salga mal y la maldita mujer no quiera aceptar el trato con nosotros… ¿Quién pu7as se cree? no entiendo porque ella cambia de opinión y juega con mi cabeza. No tengo claro que debo hacer para que ella caiga en mi juego, es mi maldito juego y no el de ella. Me quedo mirando como ella baila, con tanta sensualidad que hace que deba apretar mi centro, evitando que algo en él crezca. Ese hombre, ese que fue con ella a la reunión está aquí, sin contar que la está besando y tocando de una manera bastante estresante para mí, claramente no quiero que ella esté feliz, no quiero que ella esté bien porque eso arruinaria de muchas formas lo que tengo planeado. Entre peor le vaya mucho mejor, porque sé que es una de las formas que puedo aprovechar para desquitarme y sacar todo el odio que traigo acumulado.Él la toca de forma sensual y ella parece disfrutarlo, todo esto está haciendo que mi cabeza explote. No puedo creer que mientras
CharlotteLlegué hasta la azotea de la casa de Nicol, allí es donde puedo estar cubierta la mayor parte del tiempo, al menos hasta darme cuenta exactamente que sucedió, en especial si eso era para mí o para cualquier otra persona que estuviera en el lugar. No tardó en llegar Luciano, con un hombre, lo tenía sujeto y apuntaba en su cabeza, evitando que de esa forma él se escapara de su agarre. —Te traje uno de los que estaba disparando, no fue difícil someterlo. Al parecer dejaron de seguir una orden y pretendieron camuflarse con los demás. Aquel hombre no dice nada, mantiene su mirada helada y sin rumbo. Nicol también llegó, ella mira la escena sin poder opinar nada, su trabajo poco tiene que ver con el mío. así que no tiene permitido hacer preguntas o dar ideas, sin embargo, nosotros sí podemos prestarles alguna ayuda, ofreciendo mercancía de cualquier tipo, claro está, ella debe darme un mayor porcentaje de ganancias. Me quedé mirando a Luciano, está realmente furioso, lanza al
CharlotteLlegué temprano al puerto, hoy llegaba uno de los cargamentos más importantes del último trimestre. Con este cargamento podremos suministrar pedidos a unos cuantos países más. Luciano está encargado de verificar que la cantidad sea correcta. Me hago a un lado. Este último cargamento, lleno de armas me costo demasiado dinero, por tal motivo debo garantizar que sea entregado en mayor medida a las manos correctas, no me gusta que las cosas se salgan de control. Se acerca Fabrizio, él hace silencio ante lo que ve, creo que fue suficiente advertirle que no puede hacer nada que ponga en peligro la vida de su tía, es el único familiar que le encontramos y eso lo voy a aprovechar de sobre manera, lo que me sorprendió fue como él tomó las cosas tan bien, como si estuviera esperando que yo le diera este "voto de confianza" para poder sentirse importante, supongo que fue por su pasado triste y precario, de alguna forma me identifico con él, sufrió tanto de niño que siento que es la pe
CharlotteEntramos al contenedor, este era uno de mis favoritos, aquí fue donde cometí uno de mis primeros “delitos” , lo invité a sentarse en una de las tantas sillas que habían, retiré las gafas de sol que tenía puestas, él estaba mirando con desconfianza, se veía completamente serio y unas cuantas gotas de sudor aparecieron en su frente. —¿Qué hacemos acá? —él cuestiona, su voz sale ronca. Pasa un escalofrío por mi cuerpo. Definitivamente, él deberá calmar esa sed que está creciendo dentro de mí, de alguna u otra manera. —Quiero mostrarte lo que sucede cuando alguien se entromete en mis asuntos. —Su rostro cambió. —Meterme en tus asuntos es ¿querer trabajar en conjunto contigo? porque si es así, te veo mal —dice como si me estuviera retandome—. Charlotte, creo que te equivocas conmigo. Parece que estás segura que puedes someterme a tus cosas, te respeto, te admiro. Sin embargo, solo quiero trabajar contigo, no quiero ser tu enemigo. —¿Te estás dando cuenta en la forma en la qué
Adriano Llegó a la casa lastimado, mis piernas me tiemblan y mi abdomen duele. Abro la puerta de la casa, me derrumbé cuando entré. Una de las mujeres del servicio me ayudó a levantar, mientras llamaba a uno de mis hermanos. En mi mente solo podía pasar la imagen de la hija de pu7a esa, cada día que pasa la odio más. Donato baja las escaleras y me ayuda a levantarme. Para luego llevarme hasta el sofá y pedirle a esta mujer que llame a un médico. —¿Esto te lo hizo ella? —cuestiona furioso.—Fue uno de sus gatos, pero ella dio la orden. —Frunzo las cejas.—Debería matarla de una vez por todas, esa mujer no merece ni un solo segundo de compasión —habla, para alistar su arma—. Te dije desde un principio que tu plan no serviría para absolutamente nada, sin embargo, preferiste conformarte con tus decisiones. ¿No te estás dando cuenta que lo estás haciendo mal? —me grita. Como puedo me levanto, en estos momentos el nivel de adrenalina se ha bajado por mi cuerpo, mi cerebro simplemente s
AdrianoLos detalles fueron claros y precisos, deberíamos enviar cinco toneladas, algo muy sencillo para mí. Porque es muy poco de lo que estábamos acostumbradas a manejar. La ventaja es que tengo los contactos para poder hacer todos estos movimientos, me preparé correctamente para poder estar listo en todo lo que se refería a esto.No fue muy difícil comunicarle a mis hermanos, porque no sé como ellos nos avisaron a todos. Enzo sería el encargado de manejar todo virtualmente, esa facilidad la tiene desde pequeño.Despache a Franchesca, con la promesa que celebrariamos este triunfo, estoy más que seguro que luego de esto, tendré a Charlotte en mis manos, ella va a confiar tanto en mí, incluso más de lo que confía en ella misma.Debo admitir que Franchesca está ahí, lado del cañón. No le importó venirse conmigo desde América, con tal de cumplir su sueño de modelaje y de vez en cuando ser mi fiel amante. Luego de un par de horas mis hermanos llegaron y vamos camino al lugar que ella no