OliviaLa cena en casa de mis padres se convirtió en una reunión que se alargó hasta altas horas de la noche, por lo que no pude hablar con ellos sobre Connor. Y, siendo honesta, estaba reconsiderando dejarlo para más adelante, claro, antes de que mi embarazo fuera notorio. El lunes, la estilista de mi madre llegó a mi apartamento con una gran cantidad de vestidos de distintos colores y estilos, todos de diseñadores renombrados, como si fuera una celebridad importante. Kate estaba brincando en una pata de la emoción, gritaba cada vez que Hilda mencionaba quien había diseñado cuál vestido. Yo apenas reconocí dos nombres, Carolina Herrera y Oscar de la Renta, de los otros no tenía idea. Pero mi amiga amaba la moda, su entretenimiento favorito era ver desfiles de moda y pasar horas hojeando revistas. Me medí varios vestidos antes de que uno me llamara la atención, era color durazno, de diseño sencillo y discreto, con mangas cortas, escote cuadrado, ajustado hasta la cintura y con a
Capítulo 48OliviaEra la primera vez que veía a mi madre así de enojada. Y no estaba segura si lo que la había enojado era que estuviera casada con Connor o que se enterara por otra persona. Pero no tardaría mucho en saberlo. —No puedo creer que tuviera que enterarme por Margaret. Todos están hablando sobre eso. ¿Cómo piensas que he quedado yo cuando mi prima me lo dijo y yo no lo sabía? —cuestionó indignada.—Lo siento, mamá. No estaba segura de cómo decírselos, sé sobre la enemistad entre los Brooks y nuestra familia. —¿Enemistad? Christian Brooks te alejó de nuestro lado, él fue quien te secuestró, aunque nunca pudimos probarlo —reveló mi madre, confirmando lo que sospechaba—. Cuando tu padre se entere, no sé que hará. Odia a muerte a los Brooks. —¿Hacer sobre qué? Christian Brooks está muerto y enterrado, no hay nada qué hacer. Y no estoy de acuerdo con la venganza, todo hay que dejarlo en las manos de Dios.—Creo lo mismo, Dios es el mejor juez. Pero tu padre piensa di
OliviaLo menos que quería era ir a casa de mis padres y hablar sobre Connor, pero les debía una explicación. No fue hasta que recibí un mensaje de mi madre diciéndome que me esperaba a las cinco cuando recordé que tenía preguntarle a Connor sobre la posibilidad de que su padre fuera quien me secuestró, tendría que esperar hasta la siguiente vez que nos viéramos porque no era algo de lo que podíamos hablar por teléfono.La muchacha de servicio me recibió cuando llegué y me dijo que mis padres me esperaban en la sala. Le di las gracias y me reuní con ellos sin tener idea de cómo les diría que estaba esperando un hijo de Connor, algo que ni a él le había contado.Saludé a ambos con un gesto y me senté en el sillón, por sus caras, era evidente que estaban molestos.—¿Cuándo pensabas decirnos que ese hombre era tu esposo? —inquirió papá, enfadado. —Quería hacerlo, pero justamente por esto no lo hice, supuse que no tomarían bien la noticia. —¿Y qué te dijo él sobre mí? Porque seguro me r
Olivia Tuve que disimular porque no quería que mi padre se diera cuenta de que Connor estaba en el restaurant, no estaba segura de cuál sería su reacción si se daba cuenta. Estábamos a varias mesas de distancia, pero desde mi posición, los podía ver muy bien. Luchaba con el impulso de ir a allá y confrontarlo, aunque no tenía derecho de reclamarle nada, Connor era ahora un hombre libre y sin compromiso, igual que yo. —Lo siento, ¿qué me decías? —le pregunté a Thomas luego de queme habló. Estaba tan distraída en mis pensamientos que no le presté atención.—Te pregunté como te ha ido con la lectura del manual. ¿Tienes alguna pregunta? —Bien, está muy completo y es fácil de entender. —Es lo que buscaba cuando lo escribí, que fuera sencillo y que tuviera toda la información necesaria sobre la empresa. —Y lo conseguiste —comenté con simpatía. Thomas era un hombre muy agradable, educado, inteligente y, según mi padre, leal. En otras circunstancias, estaría encantada de salir con él.
ConnorMi secretaria me llamó cerca de las once para recordarme de mi almuerzo con Jacob, un viejo amigo de mi padre que me había contactado para decirme que necesitaba hablar conmigo. Le pedí a Cecilia que cuidara de Samuel porque no me daría tiempo de llevárselo a Olivia, además, no demoraría mucho. Le di un beso a mi hijo y salí de casa con destino al restaurante que Jacob había elegido, lo conocía de nombre, pero nunca había ido. Cuando llegué al restaurant, pregunté por la mesa que Jacob King había reservado y me indicaron que era la última a la izquierda. Pensé que tal vez se habían equivocado por Jacob no estaba en esa mesa sino una mujer. —Connor, soy Laura, la hija de Jacob. ¿Me recuerdas? —me saludó la mujer sonriendo —¿Laura? No te veía desde que tenías ¿cuántos? ¿trece años? —Sí. —Se levantó y me saludó con un beso en la mejilla. Había cambiado mucho desde la última vez que la vi, recuerdo que estuve enamorado de ella un tiempo, pero nunca se lo dije ni intenté n
OliviaEstaba enojada, furiosa conmigo misma por haberme entregado a Connor como una mujer fácil. Y lo peor de todo es que lo hice sin tener idea de quién era esa mujer ni lo que hacía con ella en ese restaurant. Es que no estaba pensando, me dejé llevar por el deseo sin medir las consecuencias. Pero no iba a pasar de nuevo, Connor no me pondría ni un dedo encima nunca más. Si tenía que contratar un equipo de seguridad completo para que no se acercara a mí, lo haría. Fui al baño y me di una ducha, su olor se había impregnado en mi piel y quería borrar cualquier rastro de lo que había pasado en esa habitación. Pero una cosa es querer y otra poder, porque no paraba de recordar cada instante de aquel momento. Ya vestida con ropa de casa, fui a la cocina y me preparé algo de comer, estaba hambrienta. A ese ritmo, rodaría en vez de caminar en los siguientes meses. Eso de comer por dos como que no era un mito.Más tarde, llamé a Kate para contarle lo que pasó entre Connor y yo. —Ya se ha
Olivia Connor llegó en quince minutos al hospital, debió venir corriendo, y eso que le dije que estaba bien. Me llamó y le dije que me esperara en la entrada, no quería que me hiciera ninguna pregunta estando aún en el hospital. Un camillero me llevó en silla de ruedas hasta la salida y los ojos de Connor se ampliaron cuando me vio. —Si estás bien, ¿por qué te traen en silla de ruedas? —preguntó alarmado.—Te lo diré en el auto. Ve a traerlo. Connor me miró con sospecha, pero hizo lo que le dije sin rechistar. No tenía ida de cómo se lo diría, ni mucho menos cuál sería su reacción, pero no había marcha atrás, tenía que hacerlo. Me subí al puesto del copiloto del auto de Connor y él no esperó a que cerrara la puerta para preguntarme qué estaba pasando.—Esperemos a llegar a mi apartamento, no puedo decírtelo mientras conduces. —Por Dios, Olivia. ¿Por qué tanto misterio? ¿estás enferma? ¿se trata de algo malo? —No, no estoy enferma. Pero si no puedes esperar, detén el auto y te lo
OliviaConnor ni se inmutó, me dijo que no tenía nada que esconder, que respondiera si quería. Pero no pensaba hacerlo, solo quería darle una probada de su propia medicina. Le tendí el teléfono, él lo alcanzó, desvió la llamada y se lo guardó en el bolsillo trasero del jeans. —Laura es la mujer con la que estaba ayer en el restaurant, es hija de un viejo amigo de mi padre. La reunión era con él, pero ella vino en su lugar. No tengo ningún interés en salir con Laura ni con ninguna otra mujer. —Pero guardaste su número —mencioné enarcando una ceja. —Sí, para saber que es ella llamándome y no responder. No para de hablar nunca, es insoportable. —Ahora dices que es insoportable, aunque ayer parecías muy a gusto con ella —mencioné sin filtrar mis celos. —Solo estaba siendo cortés.—Sí, seguro —giré los ojos. —Es la verdad, Olivia, pero tú solo quieres pensar lo peor de mí. —¿Por culpa de quién? —dije alzando una ceja. —Aquí vamos de nuevo —mencionó exhalando mucho aire.