ConnorMi secretaria me llamó cerca de las once para recordarme de mi almuerzo con Jacob, un viejo amigo de mi padre que me había contactado para decirme que necesitaba hablar conmigo. Le pedí a Cecilia que cuidara de Samuel porque no me daría tiempo de llevárselo a Olivia, además, no demoraría mucho. Le di un beso a mi hijo y salí de casa con destino al restaurante que Jacob había elegido, lo conocía de nombre, pero nunca había ido. Cuando llegué al restaurant, pregunté por la mesa que Jacob King había reservado y me indicaron que era la última a la izquierda. Pensé que tal vez se habían equivocado por Jacob no estaba en esa mesa sino una mujer. —Connor, soy Laura, la hija de Jacob. ¿Me recuerdas? —me saludó la mujer sonriendo —¿Laura? No te veía desde que tenías ¿cuántos? ¿trece años? —Sí. —Se levantó y me saludó con un beso en la mejilla. Había cambiado mucho desde la última vez que la vi, recuerdo que estuve enamorado de ella un tiempo, pero nunca se lo dije ni intenté n
OliviaEstaba enojada, furiosa conmigo misma por haberme entregado a Connor como una mujer fácil. Y lo peor de todo es que lo hice sin tener idea de quién era esa mujer ni lo que hacía con ella en ese restaurant. Es que no estaba pensando, me dejé llevar por el deseo sin medir las consecuencias. Pero no iba a pasar de nuevo, Connor no me pondría ni un dedo encima nunca más. Si tenía que contratar un equipo de seguridad completo para que no se acercara a mí, lo haría. Fui al baño y me di una ducha, su olor se había impregnado en mi piel y quería borrar cualquier rastro de lo que había pasado en esa habitación. Pero una cosa es querer y otra poder, porque no paraba de recordar cada instante de aquel momento. Ya vestida con ropa de casa, fui a la cocina y me preparé algo de comer, estaba hambrienta. A ese ritmo, rodaría en vez de caminar en los siguientes meses. Eso de comer por dos como que no era un mito.Más tarde, llamé a Kate para contarle lo que pasó entre Connor y yo. —Ya se ha
Olivia Connor llegó en quince minutos al hospital, debió venir corriendo, y eso que le dije que estaba bien. Me llamó y le dije que me esperara en la entrada, no quería que me hiciera ninguna pregunta estando aún en el hospital. Un camillero me llevó en silla de ruedas hasta la salida y los ojos de Connor se ampliaron cuando me vio. —Si estás bien, ¿por qué te traen en silla de ruedas? —preguntó alarmado.—Te lo diré en el auto. Ve a traerlo. Connor me miró con sospecha, pero hizo lo que le dije sin rechistar. No tenía ida de cómo se lo diría, ni mucho menos cuál sería su reacción, pero no había marcha atrás, tenía que hacerlo. Me subí al puesto del copiloto del auto de Connor y él no esperó a que cerrara la puerta para preguntarme qué estaba pasando.—Esperemos a llegar a mi apartamento, no puedo decírtelo mientras conduces. —Por Dios, Olivia. ¿Por qué tanto misterio? ¿estás enferma? ¿se trata de algo malo? —No, no estoy enferma. Pero si no puedes esperar, detén el auto y te lo
OliviaConnor ni se inmutó, me dijo que no tenía nada que esconder, que respondiera si quería. Pero no pensaba hacerlo, solo quería darle una probada de su propia medicina. Le tendí el teléfono, él lo alcanzó, desvió la llamada y se lo guardó en el bolsillo trasero del jeans. —Laura es la mujer con la que estaba ayer en el restaurant, es hija de un viejo amigo de mi padre. La reunión era con él, pero ella vino en su lugar. No tengo ningún interés en salir con Laura ni con ninguna otra mujer. —Pero guardaste su número —mencioné enarcando una ceja. —Sí, para saber que es ella llamándome y no responder. No para de hablar nunca, es insoportable. —Ahora dices que es insoportable, aunque ayer parecías muy a gusto con ella —mencioné sin filtrar mis celos. —Solo estaba siendo cortés.—Sí, seguro —giré los ojos. —Es la verdad, Olivia, pero tú solo quieres pensar lo peor de mí. —¿Por culpa de quién? —dije alzando una ceja. —Aquí vamos de nuevo —mencionó exhalando mucho aire.
OliviaNo imaginé que lo que Connor iba a decirme estaba relacionado con mi secuestro, supuse que sería sobre la adopción de Samuel o sobre nosotros. —¿De verdad? No me digas que fue tu padre. —No, no fue él. Pero descubrió quién lo hizo —respondió serio—.Esta información la obtuve hace unos días, pero necesitaba asegurarme de que fuera cierto antes de hablar contigo. ¿Recuerdas que te conté que Laura es hija de un viejo amigo de papá? —asentí—. Su nombre es Jacob, me citó en el restaurant para decirme algo importante, pero él no asistió sino que envió a Laura. Ese día, me entregó una memoria USB y lo olvidé por completo, Cecilia la encontró en mi ropa cuando iba a lavarla y, cuando conecté la memoria en mi portátil, me pedía un código para acceder. Recordé algo que me dijo Laura, que en ese momento no tuvo sentido, y esa fue la clave para ingresar. Abrí la única carpeta que había y reproduje en video que mi padre había grabado poco antes de morir, señalando a Abraham Wilson como
Olivia Tal como Connor suponía, Thomas estuvo desviando cantidades de dinero hacia distintas cuentas durante años, que terminaron sumando una cuantiosa cifra millonaria, además, autorizó inversiones de las que mi padre no tenía conocimiento, falsificaba su firma y se quedaba con las ganancias sin que nadie se enterara. Pero no actuó solo, estaba confabulado con el administrador de la empresa. Papá contrató a un auditor para que se encargara de corroborar las cuentas de la empresa y, luego de ocho semanas, nos entregó un informe detallado donde se reflejaba una fuga importante de dinero. El sospechoso número uno era Thomas, pero no bastaba con saber que faltaba dinero, también debíamos probar que él era el responsable.Durante semanas, tratamos de encontrar alguna prueba que lo acusara, pero llegamos a un punto muerto, ya no sabíamos dónde más revisar. Solo quedaba una opción: revisar la portátil de Thomas en busca de alguna conexión. Él se la llevaba a todos lados, nunca salía sin e
OliviaAbrí los ojos sobresaltada siendo totalmente consciente de que había sido secuestrada. Me encontraba acostada en una cama, atada de manos en lo que parecía el sótano de una casa. No tenía idea de quien lo había hecho ni porqué, pero, quien fuera, planeó todo muy bien. No pudo ser casualidad que el vehículo de Mike se averiara, sabían que me bajaría del auto y esa sería su oportunidad de atraparme.No estaba segura de cuánto tiempo llevaba confinada en ese hoyo oscuro y húmedo, pero supuse que no podían haber pasado más de algunas horas. Grité por ayuda, aunque sospechaba que sería en vano, no me habían amordazado, lo que significaba que sabían que si gritaba, nadie me escucharía. Pasó un rato antes de que alguien viniera. Escuché una puerta abriéndose y pasos de una persona bajando las escaleras. Mi corazón comenzó a palpitar de prisa, estaba aterrorizada, quien estuviera viniendo, podía hacerme lo que quisiera. Pronto, la figura de un hombre se fue acercando a mí y mis ojos
Connor Mike me escribió que estaba esperando a que Olivia bajara, trataba de llamarla por su nuevo nombre, pero para mí seguía siendo mi Olivia. Ella me había pedido que llevara a Samuel para el baby shower, quería compartir este día con él, y yo también hubiera querido estar a su lado, pero su padre me despreciaba y no era bienvenido en su casa. No podía culparlo, a pesar de que papá no tuvo nada que ver con la desaparición de su hija, mantuvo una guerra con él durante años por la enemistad que Abraham Wilson creó entre los dos, incluso, influyó tanto en mí que planeé esa tontería de la venganza solo porque pensaba que así honraría su memoria. Que idiota era, estaba tan vacío por dentro que no sabía ni lo que hacía. —Ya estás listo, campeón. Tu mamá te va a comer a besos cuanto te vea —le dije a Samuel cuando terminé de vestirlo. Olivia había comprado ese atuendo especialmente para ese día, un conjunto estilo marinero blanco y azul. Hace solo un par de semanas, Olivia se había c