OliviaDescubrir que estaba embarazada justo cuando atravesaba el peor momento de mi vida lo cambió todo, ya no podía pensar solo en mí, había un pequeño ser creciendo dentro de mi vientre que me necesitaría. Cuando me enteré, sentí pánico, pero pronto me di cuenta de lo afortunada que era. Mi bebé era una bendición, un regalo inesperado que traería alegría a mi vida. Esa misma semana, me hice una ecografía y lloré de emoción y felicidad. Era real, estaba embarazada, una nueva vida se formaba en mí, un pequeño bebé mío y de Connor. Pensar en él me hizo sentir triste, habríamos compartido este momento juntos con mucha ilusión si él no hubiera arruinado nuestra relación por su egoísmo y cobardía. Sacudí a Connor de mis pensamientos y decidí disfrutar con ilusión el momento más hermoso que había vivido hasta entonces. En unos días, asistiría a mi primera consulta de control prenatal con la obstetra que atendió a Kate, aunque debía comenzar a buscar un trabajo para poder pagar todo
Olivia Tres semanas después La transición hacia mi nueva vida no estaba siendo fácil, pasé toda mi vida llamando mamá y papá a dos personas distintas, y la verdad, para mí seguirían siendo mis padres, ellos me cuidaron, me protegieron, me amaron y me enseñaron valores que me hicieron la mujer que soy. Siempre tendrían un lugar en mi vida y mi corazón. Pero ahora tenía dos personas más a quienes amar y honrar: Albert y Anastasia, mis padres biológicos. Los dos están tan felices con mi regreso que se me hincha el corazón de alegría. Mi madre es muy dulce y amorosa, me abraza cada vez que me ve y a veces llora, ya no tanto como antes, pero hay momentos que las lágrimas surgen. Hemos conversado mucho en estas semanas, quiere saber todo de mí, conocerme, y creo que vamos por un camino, aunque no he mencionado a Connor ni a Samuel y tampoco les he contado del bebé. No estoy segura de cómo tomen la noticia de mi relación con él por todo el asunto de la enemistad entre familias. Mi padre
ConnorEsta es la primera oportunidad que he tenido de estar cerca de Olivia en semanas y tengo que jugar muy bien mis cartas para que me deje entrar de nuevo en su vida. No será fácil, no pretendo que me perdone de la noche a la mañana, pero es un comienzo. Voy a casa por algunas cosas y conduzco hasta el edificio donde vive Kate sintiéndome ansioso. He estado esperando encontrar cualquier excusa para pasar tiempo con Olivia, aunque no ha sucedido de la manera ideal, porque odio que Samuel se enferme.Kate me recibe cuando llego y me invita a pasar. Me dice que Samuel está dormido y que Olivia se encuentra en la ducha. —Siéntate donde gustes, preparé café. ¿O prefieres otra cosa? —Café está bien.Me siento en el sofá de la sala y noto que hay cajas apiladas en varias esquinas del apartamento.—¿Se van a mudar? —pregunto inquisitivo.—Escúchame bien: Olivia es mi mejor amiga en todo el mundo y odio que sufra, lo que significa que no eres mi persona favorita en este momento.
OliviaTonta, tonta y mil veces tonta. Dejé que Connor me besara, y lo peor fue que le correspondí. Algo así no puede pasar otra vez, no dejaré que me seduzca como lo hizo la primera vez. —Sigue ahí, me ha dicho que está esperando que Samuel se despierte para llevárselo —menciona Kate cuando entra a la habitación. —¿Cómo que va a llevárselo? No, él se queda conmigo. —Lo siento, Oli, pero eso es algo que deben hablar ustedes. —Sí, perdóname por tenerte en medio de todo esto. Connor me va a escuchar. Salgo de la habitación echa una fiera y me planto delante de él con actitud desafiante. —No vas a llevarte a Samuel, es mi turno con él.Connor alza la mirada hacia mí y se encoje el corazón al ver sus ojos enrojecidos, ha estado llorando. —Es mi hijo, puedo llevármelo si eso quiero —responde hablando pausado, con la mirada más triste que vi alguna vez.—También es mi hijo y quiero que se quede. —¿Lo es ahora? —me pregunta alzando las cejas. —Nunca dije que no lo fuer
Olivia Llevo toda la mañana de mal humor, me sentó muy mal enterarme de que esa rubiecita cuida de mi tesoro cuando no está conmigo. Aunque creo que Connor la envió a propósito, todo lo que hace es intencional. Porque si en verdad ella es la persona que eligió como niñera, no lo hizo pensando con la cabeza sino con otra cosa. Le preparo un baño a Samuel después de la comida, con mucha espuma como le gusta. A él le encanta el agua, seguro va a ser surfista o algo relacionado con el mar cuando crezca. Lo malo es que siempre hace un berrinche cuando lo saco, si fuera por él, viviría en la tina. Luego de un baño de casi media hora, lo saco del agua y su llanto no se hace esperar.—Ha sido suficiente, mi amor, vas a arrugarte como pasa —le digo mientras lo envuelvo en la toalla—. Oh, Dios mío —grito cuando doy la vuelta y veo a Connor en el umbral de la puerta del baño. —Lo siento, no quería asustarte —dice con una disculpa en su mirada. —Pero lo hiciste. —Paso por su lado con S
OliviaLa cena en casa de mis padres se convirtió en una reunión que se alargó hasta altas horas de la noche, por lo que no pude hablar con ellos sobre Connor. Y, siendo honesta, estaba reconsiderando dejarlo para más adelante, claro, antes de que mi embarazo fuera notorio. El lunes, la estilista de mi madre llegó a mi apartamento con una gran cantidad de vestidos de distintos colores y estilos, todos de diseñadores renombrados, como si fuera una celebridad importante. Kate estaba brincando en una pata de la emoción, gritaba cada vez que Hilda mencionaba quien había diseñado cuál vestido. Yo apenas reconocí dos nombres, Carolina Herrera y Oscar de la Renta, de los otros no tenía idea. Pero mi amiga amaba la moda, su entretenimiento favorito era ver desfiles de moda y pasar horas hojeando revistas. Me medí varios vestidos antes de que uno me llamara la atención, era color durazno, de diseño sencillo y discreto, con mangas cortas, escote cuadrado, ajustado hasta la cintura y con a
Capítulo 48OliviaEra la primera vez que veía a mi madre así de enojada. Y no estaba segura si lo que la había enojado era que estuviera casada con Connor o que se enterara por otra persona. Pero no tardaría mucho en saberlo. —No puedo creer que tuviera que enterarme por Margaret. Todos están hablando sobre eso. ¿Cómo piensas que he quedado yo cuando mi prima me lo dijo y yo no lo sabía? —cuestionó indignada.—Lo siento, mamá. No estaba segura de cómo decírselos, sé sobre la enemistad entre los Brooks y nuestra familia. —¿Enemistad? Christian Brooks te alejó de nuestro lado, él fue quien te secuestró, aunque nunca pudimos probarlo —reveló mi madre, confirmando lo que sospechaba—. Cuando tu padre se entere, no sé que hará. Odia a muerte a los Brooks. —¿Hacer sobre qué? Christian Brooks está muerto y enterrado, no hay nada qué hacer. Y no estoy de acuerdo con la venganza, todo hay que dejarlo en las manos de Dios.—Creo lo mismo, Dios es el mejor juez. Pero tu padre piensa di
OliviaLo menos que quería era ir a casa de mis padres y hablar sobre Connor, pero les debía una explicación. No fue hasta que recibí un mensaje de mi madre diciéndome que me esperaba a las cinco cuando recordé que tenía preguntarle a Connor sobre la posibilidad de que su padre fuera quien me secuestró, tendría que esperar hasta la siguiente vez que nos viéramos porque no era algo de lo que podíamos hablar por teléfono.La muchacha de servicio me recibió cuando llegué y me dijo que mis padres me esperaban en la sala. Le di las gracias y me reuní con ellos sin tener idea de cómo les diría que estaba esperando un hijo de Connor, algo que ni a él le había contado.Saludé a ambos con un gesto y me senté en el sillón, por sus caras, era evidente que estaban molestos.—¿Cuándo pensabas decirnos que ese hombre era tu esposo? —inquirió papá, enfadado. —Quería hacerlo, pero justamente por esto no lo hice, supuse que no tomarían bien la noticia. —¿Y qué te dijo él sobre mí? Porque seguro me r