¿Olivia tiene razón al pensar que Connor se siente atraída por ella? Tus comentarios son muy importantes para mí, gracias por leer mis historias. Te invito a leer también. 1. Una noche con el millonario 2. El hijo que espera es mío 3. A Solas Contigo Y muchas más Aparezco en las redes como Flor M. Urdaneta
Connor ha evitado mirarme desde que subimos al auto, parece tenso, o tal vez siga enojado conmigo por el comentario que hice antes. Pero no pienso disculparme por eso, es más, estoy considerando exigirle un mejor trato. Si él tiene sus reglas, yo debería tener las mías también. —Todas las miradas estarán sobre ti esta noche, solo sígueme la corriente y todo saldrá bien —enuncia Connor rompiendo el silencio cuando el auto se detiene en el sótano del edificio. —Vale —pronuncio consiguiendo que no me falle la voz a pesar de los nervios. ¡Ha llegado la hora de actuar como la prometida enamorada de Connor Brooks! Diosito, ayúdame a no meter la pata. Como siempre, Connor se baja antes y me espera delante de la puerta. Y apenas estoy afuera, entrelaza nuestros dedos y me lleva de su mano hacia el ascensor, que nos espera con las puertas abiertas. Entramos y él presiona el botón de la azotea, son veinte pisos desde aquí. Su suave y cálida mano sigue sujetando la mía durante el ascenso
Un instante después, Connor se detiene como si hubiera recordado que no estamos solos, que hay personas mirándonos. Lo escucho mascullar una frase que no alcanzo a entender al mismo tiempo que entrelaza nuestros dedos y me lleva de la mano hacia el pasillo que conduce a las habitaciones. Abre la segunda puerta a la derecha y, luego de hacernos entrar, cierra con seguro para después empujarme contra la pared y besarme con pasión, introduciendo su lengua en mi boca con avidez y desenfreno. Y yo le correspondo sin reservas, dejándome llevar por el deseo que me recorre como fuego. Me estoy haciendo adicta a su boca y a sus besos, cada segundo, quiero más y más. Soy como un barco a la deriva, él es el viento que me lleva a donde se le antoja. Mi corazón se paraliza en el momento que me levanta la falda con la mano derecha y me acaricia por encima de la ropa interior con su dedo pulgar, justo donde soy más sensible. —Pídeme que me detenga si es lo que quieres, Olivia. Dime que pare y será
Capítulo 16Un par de minutos después, un médico entra a la habitación presentándose como David Stuart, me examina mientras me hace una serie de preguntas relacionadas a mi salud. Al terminar, me da algunas recomendaciones y me dice que estoy de alta, que una enfermera vendrá pronto para retirarme la vía. Pronuncio una palabra de agradecimiento y veo a Connor en el pasillo cuando el médico abre la puerta. ¿No piensa entrar? No pasa mucho antes de que una enfermera venga y me retire la vía. Me indica dónde está mi ropa y paso al baño a cambiarme. Cuando salgo, a Connor de pie junto a la puerta, apoyado contra la pared, con los brazos cruzados y la vista al suelo. Con el sonido de mis tacones, Connor alza sus ojos hacia mí y su mirada me recorre con lentitud hasta encontrar mis ojos. Mi corazón enloquece dentro de mi pecho y el deseo de besarlo se convierte en necesidad. —¿Estás lista? —me pregunta con el ceño fruncido. —Sí, aunque no sé dónde está mi cartera. —En el auto. Vamos. —
Capítulo 17El beso se vuelve cada vez más intenso y ambicioso correspondiendo al deseo que arde entre nosotros como una enorme hoguera, mas no me puedo dejar consumir por ella, antes, debo aclarar algunas cosas con Connor. Interrumpo el beso y le digo que debemos hablar, pero él no tiene ganas de hablar, dice que podemos hacerlo después. —No, nada de después. Tiene que ser ahora —me impongo separándome de él, estar cerca es demasiada tentación—. Algunas cosas tendrán que cambiar si me quedo, comenzando por la disolución del contrato que firmé.Connor ladea una sonrisa y camina hacia mí, acorralándome entre su cuerpo y la cabina del jet.—El contrato no es negociable, pero puedo prescindir de las reglas y dejar de comportarme como un imbécil contigo. ¿Tenemos un trato?—Solo si puedo leer el contrato —respondo haciendo un gesto de «no voy a ceder en esto».—De acuerdo, pero que quede claro que sus términos no son negociables. ¿Puedo seguir besándote ahora? —me pregunta alzando las cej
Capítulo 18Connor sacude la cabeza y me mira perplejo, parece tan sorprendido como yo de que Amanda esté aquí. Pero sin duda él tuvo que decirle sobre Seattle porque si no ¿cómo lo sabría? —Explica esto, Connor —le exijo de brazos cruzados y con una mirada fulminante, estoy tan enfadada que quiero gritar. —No es lo que piensas, entre Amanda y yo no hay nada, todo está en su jodida cabeza —dice con una disculpa en su mirada que siento sincera—. ¿Cómo diablos entraste aquí? Te advertí que llamaría a la policía si lo volvías a hacer —le reclama a Amanda con voz furiosa. —No te hagas el idiota, Connor, me dijiste que enviarías de regreso a la insípida de tu prometida a Seattle y que te esperara aquí. Es imposible ingresar a tu apartamento sin el código de seguridad —refiere Amanda mostrándose muy segura. Pero, ahora que lo pienso, no creo que Connor hubiera sido tan idiota de traerme aquí sabiendo que ella lo esperaba. —Nunca te dije nada de Olivia y mucho menos te pedí que vinieras a
Connor me deja sobre la cama y comienza a desvestirse delante de mí sin dejar de mirarme ni un instante, primero se quita la camisa, después los zapatos y por último el pantalón, quedando en ropa interior. Lo observo de arriba abajo con absoluto deseo y con unas ganas irrefrenables de recorrer las ondulaciones y surcos de su abdomen, besar su piel, impregnarme de su olor y su calor…Me encuentro a la expectativa de lo que será estar con él, es mi primera experiencia con un hombre del que no estoy enamorada, aunque mi última relación terminó tan mal que no creo que me importe tanto.Mi corazón estalla en latidos en el instante que se acerca a mí y me despoja del pijama, descubriendo mi desnudez.—Eres tan hermosa, Olivia —pronuncia con voz profunda segundos antes de recorrerme con besos cálidos y caricias estimulantes.Mi cuerpo se estremece de puro placer cuando su lengua saborea el interior de mis labios, estoy muy sensible y excitada, y Connor lo sabe. Es muy bueno en esto, muy muy
No, esto no puede estar pasando. No es real. Repito en mi cabeza mientras me aferro a Connor con tanta fuerza que tal vez lo esté lastimando. Él está sobre mí como un escudo protector, me envolvió entre sus brazos y me cubrió apenas caí sobre su cuerpo, pero no estamos a salvo, ninguno lo estará mientras una persona armada se encuentre en la habitación. —Levántate de la cama muy lento, Connor. ¡Aléjate de ella! —grita con histeria una voz que me resulta familiar. ¿Es Amanda? —No hasta que sueltes esa arma, Amanda —responde él con voz de mando. Sí, es ella. No sé si sea una buena idea que le hable así mientras apunta un arma hacia nosotros. —¿Por qué ella, Connor? ¿por qué ella y no yo? Yo te amo de verdad, siempre te he amado. Debiste pedirme a mí que me casara contigo, no a una zorra cazafortunas como ella —enuncia con voz llorosa. Se escucha muy mal, en ese estado, puede hacer cualquier locura. —Hablaremos de todo lo que quieras después que bajes el arma al suelo y la pate
Dos meses despuésConnor me despierta con caricias y besos muy temprano en la mañana, saldrá de viaje a Boston y le dije que no se fuera sin despedirse, como lo hizo la última vez.—Buenos días, dormilona —me saluda besándome en los labios y con una sonrisa seductora. —Buenos días, madrugador —contesto acariciándole los hombros. Tiene el cabello húmedo porque se acaba de duchar, entrena todas las mañanas a la misma hora para mantener su cuerpo en forma. A veces me levanto y entreno con él, pero anoche me dormí tarde leyendo un libro y no me desperté. —Tengo algo para ti, ¿lo quieres? —me pregunta presionando su excitación contra mi pelvis. —Si, dámelo—respondo mojándome los labios. Nos hemos hecho adictos el uno al otro, ya perdí la cuenta de las veces que hemos estado juntos en dos meses. Comencé a tomar la píldora unos días después de volver a Seattle para no tener que usas preservativo, todo se siente mucho mejor sin esa incómoda barrera. Connor amplia la sonrisa antes de tomar