Julie Peterson Durante toda la mañana he estado sentado con el alma pendiendo de un hilo en el lobby de la empresa de Derek Mayer. Han pasado dos horas y aún más aque me recibe aunque sé que está en la empresa. La recepcionista me anunció y me puso en espera desde entonces. «Maldito arrogante»La chica solo cumplió con sus ordenes directas y me explico educada y amablemente que hasta que no terminara la junta de accionistas no sería atendida y que eso podía llevarse perfectamente todo el maldito día . Y aún estoy aquí. Esperando..., y aquí estaré así me tengan que echar cuando se acabe la jornada, pero me tendrá que escuchar así sea a los gritos. Ya no me interesa dar un escándalo más o un escándalo menos. Ese hombre tiene que escucharme, tiene que sacar a Erika de la cárcel. Ya tuvo su venganza, si le parece que con esa semana y tanto que lleva Érika retenida no es suficiente, pues que se joda... porque ya fue suficiente de salirse con la suya. Tiene que entender que no hubo es
(continuación de capítulo anterior) Julie Peterson — Pero eso no fue gracias a Erika…o bueno si. Érika es una eminencia, pero eso ya lo sabes. El equipo se diseñó de la empresa trabaja sin tenerla presente, ella multiplica su creatividad y su productividad pero no la necesitan al frente para trabajar. ¿Puedes decir lo mismo de tu equipo? —hice una pausa para darme un trago de cerveza y el negó con la cabeza. —Tienes razón. En nuestra compañía parecen niños, si Derek no está cerca y supervisándolo todo, pues nada sale bien— era muy valiente por su parte admitiendo eso ante mi. — Ella no estaba con nosotros, pero no era necesario. Tanto así que Érika, con seguridad plena de que nuestro proyecto era superior que no tuvo corazón para ganarle a Derek, así que dio la orden de no presentarnos. Fui yo la que cometí el error de enviar a los clientes el proyecto a última hora. —¿Tú ? ¿Tú fuiste quien presentó el proyecto? ¿Ella dio orden de no presentarse? —Así es, pase por encima
Derek Mayer La noticia del embarazo de Erika Camel, queda rondando en mi cabeza. No se que creer, dieron como el emisario Perfecto para clavar la sutil espina de la duda en mi. Claro que era posible que yo pudiera haber embarazado a Erika. Tuvimos sexo desprotegido más veces de las que puedo recordar. También puede haberse acostado con… Ardo de celos imparables al imaginar que pudo haberse estado acostando con ese novio suyo al mismo tiempo que estaba conmigo. No sé ni siquiera porque estoy valorando la posibilidad de que esté embarazada, si perfectamente se puede tratar de otro engaño de su parte. A fin de cuentas es una experta mentirosa. Cada palabra que dijo el traidor de Dominico da vueltas en mi cabeza. No puedo ni culpar a mi hermano, se del poder de la mujeres Camel para hechizar los sentidos. Analizo todos los hechos. No puede ser cierto que ella se haya retirado del proyecto. Dominico afirma que lo hizo… Solo sé, que si lo hizo no fue por mio por ¿amor? Si lo h
Érika Camel Aún no me podía creer que este hombre tuviera la poca vergüenza de aparecer frente a mi, después de haberme privado de la más elemental libertad durante 15 días completos. Era una suerte que mi padre no se encontrara en su habitual horario de visita esta mañana de lo contrario lo sacaría a patadas de la comisaría. La paciencia interminable de Alejandro Camel está llegando a su fin. Estaba tan furiosa, tan cansada de estar todo el tiempo de mal humor, que no le daría el gusto de que supiera cuánto me estaba afectando se presencia en este sitio. Casi veinte días habían pasado desde que no lo veía, veinte días de no estar en su presencia. ¿Cambio algo durante ese tiempo? Si, algo cambio en mi. No me creía como pude estar tan embobada por ese Alemán, como para perder del todo el sentido común. Si mi noción del peligro no se hubiera desactivado por estar en las nubes, pues me podría hacer dado cuenta que era peligroso lo qué hacía. —Hablemos de ese embarazo entonc
Derek Mayer Mirar la ciudad de New York desde la vidriera de el despacho de la empresa se había vuelto mi único momento de paz, aunque aún me costaba concentrarme solo en la vista. Mi mente trabajaba tan a prisa recopilando retazos de momentos que me llevaban a siempre al mismo punto… Érika. Llevaba una semana maldiciéndome por lo bajo. ¿Y como No? ¿Cómo había sido capaz de besarla? ¿Como pude provocarla tanto al punto de decirle que le quitaría a un hijo que no tengo idea si es mío?. Eso sin mencionar la idiotez de decirle que había regresado a mi compromiso con Rocci, a la cual no deseo ver ni en pintura. ¿Como me pude aprovechar de su encarcelamiento para humillarla. Solo tenía una explicación coherente a todas esas preguntas. Lo había hecho porque soy el más idiota y bruto de los hombres que han pisado la faz d de la tierra. Érika me lastimó, y cuando la vi tan tranquila, en calma y no arrastrándose como yo, pues me dio coraje que yo solo sufriera mientras que el
Erika Camel Estos barrotes más que cortarme la libertad, me cortan el oxígeno. Ya prácticamente no consigo respirar. Me cuesta relajarme y estoy en un estrés contante. Mi alimentación va de mal en peor, aunque me obligo a comer, únicamente me interesa mantenerme sana por mi embarazo. Aún así incluso aquí tengo rutinas que no me permiten desmoronarme. No permitiré que nadie me vea destruida, por encima de todo soy una guerrera, una mujer fuerte que no se deja vencer por las adversidades. Me obligo a levantarme temprano del camastro que tengo por cama, me estiro y hago un poco de yoga para no estar completamente sedentaria, eso no es propio de mi. Luego me cepillo los dientes y me cepillo prolijamente el cabello en espera que uno de los guardias me lleve a los baños comunes para tomar una ducha y ponerme ropa limpia. Lo peor no es estar recluida, es la pérdida total de tu propia privacidad. Esa es la imagen que muestro, pero en mi interior las cosas son muy distintas. Ya casi se
Derek Mayer Salimos al parqueo, y me encamine dando grandes zancadas hacia mi auto. Dominico me seguía de cerca y abordó en el asiento del copiloto sin perder el tiempo. Puse el motor del auto en marcha y conduje a través de la plataforma de salida con destino a la avenida. Parece que le Karma escogió un momento oportuno para molestar, pues me es imposible avanzar un kilómetro sin toparme con un embotellamiento. El GPS del coche avisa que el tapón en la avenida demorará al menos otros treinta minutos. Golpeó el tiemon y maldigo por lo bajo por mi maldita suerte. Dominico tamborileaba con sus dedos en el tablero del coche, al ritmo de Roar. —¿Tienes que escuchar ciertamente esa música? ¿Esa precisamente?— pregunté tratando de transmitirle mi frustración. No era Justo, pero no quería ser el único enojado con el maldito tránsito de Manhattan. —¿Qué debería oír Bro? — preguntó con una sonrisa y moviéndose al ritmo de los acordes del pop—¿La novena sinfonía de Bethoven? ¿O tal vez a
Derek MayerPasaban las tres de la tarde cuando el auto se detuvo frente a la verja de la residencia de los Camel. Detuve el coche ansioso y sin saber cómo Demonios presentarme. Si el cielo antes estaba brillante con un sol caliente y tibio, para este momento las nubes amenazaban por desbordarse sobre la tierra en cualquier instante. Hasta el clima se oponía a mi visita. Maldije por lo bajo y mire a mi hermano tratando que dijera alguna estupidez para hacerme sentir menso tenso. —¿Nervioso? — fue la única palabra que articulo. Ni siquiera el término "Nervioso" cubría cómo me sentía. Me terminarían por salir unas cuantas canas después de esto. Ni siquiera venía a pedir la mano de Érika, aún no; pero me sentía más nervioso que si esa fuera la causa de mi visita.La propiedad entera delataba el poder de la familia que la habitaba. Hasta el propio Dominico se quedó sin habla.Y que mi hermano no tenga ningún chiste o sandez que decir si es absolutamente raro. Tres segundos después de