El viernes, la casa de huéspedes quedó lista para que instalaran los pisos y la pintaran. Bob el Constructor ya tenía qué colores y suelos queríamos, así que su gente comenzaría el lunes siguiente la tercera y última etapa de las reparaciones.
El sábado llegó con lluvia, viento y una temperatura inusualmente baja. Oh, y mi cumpleaños. Trisha sabía que no me gusta celebrarlo, porque es sólo dos días antes del aniversario del primer diagnóstico de cáncer de mamá. Y no le importaba en absoluto. A pesar de estar preparándose para mudarse a Los Ángeles, donde se instalaría para trabajar con Isaac y Brandon, encontró tiempo para lucir su bocota indiscreta y contarle a Amy de mi cumpleaños. Así que aunque hubiera preferido pasar un día tranquilo con los Blotter, leyendo y escribiendo para mantenerme distraída d
LIBRO 3: LOS OJOS DEL CAZADORSi pudiera estar contigo esta nocheTe cantaría hasta que te duermasNunca los dejes robarte la luz que brilla tras tus ojosFallé y perdí esta luchaNunca te pierdas en la oscuridadRecuerda que siempre brillarás así.—My Chemical Romance, La Luz Tras Tus Ojos* * *Demasiado OcupadosBrandon solía llamarme todas las noches, y de pronto, el miércoles no llamó. Esa primera noche supuse que estaba ocupado y no quise molestarlo. El día siguiente pasó sin que supiera nada de él. Extraño. Pero aún no quería molestar. Sabía que estaba hasta el cuello de trabajo, produciendo tres proyectos simultáneamente. Lo último que necesitaba era que lo
La pelotita destelló cerca de mi cabeza y sentí el roce frío en mi hombro.—No te lo guardes dentro, Fran.Me erguí un poco, incapaz de dejar de llorar.—¿Y qué quieres que te diga, Lizzie? ¿Que soy una idiota? ¡Soy la peor idiota de la historia!—Vaya vanidad.Solté una risita amarga. Se notaba que era hija de Joseph, para responder así.—Me haré café —gruñí, parándome.—¿En verdad creíste que te estaba engañando?Me encogí de hombros desde la cocina. —No lo sé. No entiendo por qué parecía la única explicación posible para que no me llamara. O sea, sí, era lo que solía hacer después de cenar, pero no era serme infiel. Porque era antes que decidiéramos mudarnos juntos, cuando él creía que yo no quería estar con él. —Meneé la cabeza—. ¿Puedes creerlo? ¿Cómo pudo pensar algo así?—Pero era cierto. Jamás lo consideraste seriamente hasta que vino por última vez.Asentí pensativa. ¿P
La llamada de Brett el martes por la mañana me recordó que se suponía que iría a Pennhurst el día anterior. Miré a Brandon, aparentemente dormido a mi lado.—Intentaré ir hoy o mañana.—Recuerda que este fin de semana es la Paracon, así que el asilo va a estar lleno de gente a partir del jueves con los preparativos.—Oh, bueno saberlo. Entonces intentaré ir hoy.Me iba a escabullir de la cama cuando Brandon pasó un brazo en torno a mi cintura para retenerme donde estaba.—Dile que nos reserve una habitación para esta noche en el hotel con el que suelen trabajar —murmuró contra mi frente.Me tragué la risa. El muy controlador registraba cuanto ocurría aun mientras dormía.—No deberías venir. No es un buen lugar para tus pulmones.Me besó sin prisa, tendiéndose so
Escuché un ruido diferente: voces fuertes y pasos apresurados a la distancia. ¡Al fin! ¿Para qué mierda tenían cámaras y personal de seguridad, si les tomaba siglos aparecer cuando había problemas? El lugar era un laberinto, y el eco del goteo constante de agua hacía que me resultara imposible darme cuenta de dónde venían.—La tengo.—Bien. Ve —resollé apretándome el pecho.Vi que Kujo salía del sótano y alcé el LED apenas cruzó el umbral, para llenar de luz ese breve pasillo. Me estaban por ceder las rodillas, así que mantuve la espalda contra la pared y me deslicé hacia abajo hasta sentarme en el suelo frío y húmedo. Sabía que necesitaba salir de allí. Necesitaba respirar aire fresco. Pero también sabía que no lograría regresar por donde había venido. No t
Brandon se quitó la máscara apenas subió a la camioneta, frotándose la cara con un gruñido irritado. Me abroché el cinturón de seguridad en silencio. Sabía lo que se me venía, sólo ignoraba cuándo.El maldito me dejó sudar, sin pronunciar palabra en todo el camino al hotel. Como nos alojábamos en un apartamento privado con cocina, habíamos comprado comida, así que al llegar, tomó del refri lo necesario para un bocadillo vegano, ignorándome olímpicamente.Fui al dormitorio, dejé la mochila, me quité los tenis mojados, me puse calcetines secos. Y él seguía en silencio. Así que regresé a la cocina. Me hubiera gustado hacerme café, pero la cafetera estaba en el rincón de la mesada, y no podía usarla mientras Brandon preparaba su snack en la esquina de la mesada.Se mantuvo de espa
Era fantástico, volver a casa con Brandon y hallar que todo estaba en orden. Lo dejé trabajando en el estudio y me senté con mi laptop en la cocina, decidida a actualizar mi diario antes de la cena. Su mensaje de texto sólo veinte minutos más tarde me hizo reír: el Cazador Supremo tenía sed. Yo había comprado la cafetera para el estudio, junto con un dispensador de agua fría y caliente, y había armado un bonito rincón con té, café, tazones, cucharas, azúcar y todo lo necesario para preparar una infusión sin dar más de dos pasos desde el escritorio. Pero no. Él quería algo frío con más sabor que el agua.Así que ahí fui, por las escaleras hasta el tercer piso, con un termo de litro lleno de su jugo de mango recién sacado del refri. Iba a ser un alivio cuando se montara su oficina en la casa de huéspedes, donde podría tener su propio refri, y yo no tendría que interrumpir lo que estuviera haciendo para ir a servir la mesa de milord.Mentira. No sé a quién pretendo engaña
Isaac nos despertó a la siete la mañana siguiente, para avisarnos que ya habían aterrizado en Logan. En ausencia de Brandon, él había sido designado comandante de la expedición, pero aun así quería reportarse con el generalísimo.Les llevaría un buen rato en las camionetas de alquiler cargar todo lo que trajeran. Desde el aeropuerto se dirigirían todos juntos en caravana a Worcester, donde se alojaría el equipo. Una vez que estuvieran todos registrados y acomodados, los tres Cazadores continuarían camino hacia la mansión, trayendo el equipo de filmación que consideraran necesario para filmar tomas adicionales hasta hartarse, y un par de cosas más porque nunca se sabe.—Avísame cuando salgan de Worcester —dijo Brandon, los ojos cerrados, su brazo reteniéndome junto a él como si yo fuera a tratar de apartarme.Colgó
Tuve que jurar sobre siete libros santos que llamaría a Susan si necesitaba ayuda. Y Brandon terminó de ganarse a los Collins cuando los invitó a la barbacoa que planeábamos para la noche. Por suerte para mí, agradecieron y se disculparon porque tenían una reunión en la iglesia.Los Cazadores coparon la cocina para hacer el almuerzo y revisar en sólo dos computadoras cuanto filmaran y fotografiaran. Estaba a punto de sentirme un poco fuera de lugar cuando Brandon me pidió ayuda, como si la precisara. Me dejó a cargo de lo que estaba haciendo y fue a sentarse a la mesa con Ricky. Para llamarme un momento después.—Yo me encargo —dijo Cake, con una sonrisa cálida en su rostro endurecido de motoquero.—Mira, amor, creo que capturamos algo —dijo Brandon cuando yo rodeaba la mesa hacia él—. ¿Quién podría estar en la biblioteca?—Déjame ver —murmuré, parándome tras él. Apoyé las manos en sus hombros y me incliné un poco hacia adelante, pero no vi nada raro en l