El sol comenzaba a filtrarse por los gigantescos y elegantes ventanales del Plaza, Maddie lentamente fue abriendo sus ojos, lo primero que vio fue el apuesto rostro de su esposo porque estaban frente a frente y no solo eso, ¡estaban abrazados! La joven parpadeó, trató de librarse de los fornidos brazos de Blake, pero él la tenía amarrada.“Oh Dios, es tan guapo, pero maldito hasta más no poder. Si fuese un poco más agradable, quizás hasta me agradaría, pero no. Por ahora solo lo detesto con toda mi alma y juro como que me llamo Madelaine Aston Green que lo que me hizo, me las va a pagar” pensó apretando los labios.De pronto se quedó tensa y frunciendo el ceño ante sus pensamientos.“Un momento... ¿Estoy pensando que él es guapo? ¡No! Es un hombre horrible. Más que eso, monstruo, un cerdo e inculto. ¡Si, si eso! ¡y lo odio!” La confusión en su mente la inquietaba, como si una parte de ella se resistiera a odiarlo por completo.Como si Blake percibiera que era objeto de observación
La mansión de Blake Townsend era un impresionante testimonio de su éxito y ambición. Situada en un extenso terreno rodeado de frondosos jardines, la residencia se alzaba majestuosa, con una fachada de piedra blanca que reflejaba el poder y la riqueza de su dueño. Las columnas de estilo neoclásico enmarcaban la entrada principal, dando la bienvenida a un mundo de lujo y sofisticación. Antes de entrar toda la servidumbre esperaba para presentarse ante la señora. El primero que lo hizo fue el mayordomo._ Señora Townsend, es un honor para mí darle la bienvenida a su nuevo hogar. Mi nombre es Thomas y soy el mayordomo de la casa. Si hay algo en lo que pueda asistirle o cualquier detalle que desee discutir, por favor no dude en decírmelo. Estoy aquí para ayudarle en todo lo que necesite y hacer que su experiencia en esta casa sea lo más agradable posible._ Bienvenida señora _ dijo una mujer de unos 50 años _ soy Mary, el ama de llaves. Es un honor conocerla.Madelaine, vio en Mary a su
La habitación que habían dispuesto para la joven era grande y elegante y muy bien iluminada. Con todas las comodidades de que alguien como Madelaine pudiera exigir. Pero ella, no emitió ni una palabra. La fragancia de las peonías, lirios y gardenias inundaban el lugar, dándole un aspecto acogedor al ambiente. Maddie cerró sus ojos aspirando aquel dulce olor que la hacía recordar a su hogar. _ Déjennos solos _ ordenó Blake _ si necesitamos algo los llamaré. Los sirvientes asintieron, yéndose inmediatamente. Madelaine recorrió el lugar, cruzada de brazos, mirando todo. Pasó su mano por uno de los delicados muebles. _ ¿No vas a decir nada? _ dijo frunciendo el ceño el hombre _ ¿O vas a seguir con tus martes 13? ¿Hasta cuando vas a estar así de caprichosa? _ dijo agarrándola de los hombros. _ ¡Suélteme bestia primitiva! _ se soltó de él dándole un empujón _ ¿Acaso se olvida de lo que me hizo? _ puso cara de afligida _ me lastimó y veo que pretende seguir haciéndolo. Blake se
Blake se encontraba en su oficina, evaluando algunos negocios que le estaban llegando a sus manos. Últimamente eran cada vez más los que le pedían ayuda o le ofrecían asociarse para salvar lo poco que la caída de Wall Street les había dejado. Esa había sido una de las razones por la cual había retrasado su viaje de bodas a Europa. Además, no sólo tenía que enfrentar eso, sino también cuidar sus negocios clandestinos. Porque a pesar de tener el apoyo de la mafia italiana, pero sobre todo la de su tío materno Carlo Vitale, quien era jefe de una de las facciones más importantes del bajo mundo, ahora más que nunca debía cuidarse la espalda. De a poco él estaba puliendo su imagen en la alta sociedad, así que debía andarse con cuidado ya que enemigos no le faltaban._ Señor Townsend _ le interrumpió su secretaria _ el doctor Smith está aquí, dice que usted lo citó. Blake asintió esbozando una sonrisa. El médico entró raudamente, Smith era otro de los hombres de confianza con los que conta
Blake estuvo todo el camino rumiando junto a su furia, la mejor manera de aleccionar a su esposa de lo que le pasaba a quien tuviera la osadía de atentar contra él. Madelaine podía gustarle mucho y de cierta manera ser vulnerable ante sus encantos, pero esto había sobrepasado todo lo que él podía aceptar y soportar de alguien. Sentía un incontrolable odio, tanto que trataba de calmarlo ya que en otra circunstancia podría matarla sin contemplación alguna. Pero no, como ya se lo había dicho con anterioridad, matarla sería darle un premio. _ Me las vas a pagar, esta vez vas a pedirme de rodillas que te perdone, eso te lo puedo asegurar _ espetó, mientras encendía un habano _ vas a conocer hasta donde soy capaz de llegar cuando quiero algo _ sonrió de manera maquiavélica. Cuando llegó a la mansión la visión optimista con la que había llegado en la mañana junto a Maddie, se había tornado oscura y tenebrosa. Era como una bestia salvaje que estaba sedienta de sangre y destrucción, domi
Maddie trató de evitar su mirada, pero él la tomó del mentón con una mano firme, forzándola a mirarlo a los ojos. _ ¿Creíste que podrías jugar conmigo así? que podrías decirme que te repugno, mientras supuestamente, amás a ese imbécil ¡ja! Eres una tonta _ su voz era un susurro venenoso, cada palabra estaba cargada de odio reprimido.Blake mantuvo el contacto visual, su respiración era lenta y medida, cada inhalación y exhalación estaban perfectamente controladas. Su calma era aterradora, la forma en que contenía su ira hacía que su amenaza fuera aún más impactante._ ¿Sabes, Maddie? _ dijo mientras dejaba escapar el humo del cigarro con una sonrisa cruel _ Hay formas de hacer que alguien pague por sus pecados, y no siempre implican una muerte rápida. Conozco muy bien a las mujeres de tu clase _ la miró despectivamente _ señoritas con aires de princesa y exhibiendo una moralidad y ética que no tienen... seguramente, ¡ni siquiera eres virgen! Ese idiota de Hamilton ya debe haberse ac
Patrick estaba en su despacho, tratando de pensar que hacer con la información que tenía. Sabía que todo era cuestión de tiempo para que Blake supiera lo que él ahora, sabía.Madelaine solo se había comunicado con una sola persona ese día y era justamente, Patrick Stanton. La razón por la cual Madelaine lo había llamado era para agradecerle por todo lo que la noche anterior él había hecho por ella.El abogado se recostó en su elegante asiento y se llevó los brazos detrás de la nuca. Cerró los ojos y suspiró hondo. En ese momento, recordó la conversación que había tenido unas horas antes con Maddie._ Entonces, ¿todo está bien entre ustedes ahora? _ le preguntó él.Ella dio un largo suspiro y se quedó en silencio por un momento._ Digamos que sí. Ya no lo sé... _ hizo una pausa _ Es que se me hace muy difícil estar aquí y con él, no hay nada que él haga que me convenza para estar a su lado. No lo amo, ¡ni lo amaré! _ espetó con vehemencia_ sé que eres su amigo, pero... por alguna
Blake Townsend podría ser muy poderoso y siempre se salía con la suya, pero últimamente, todo en su vida parecía estar de cabeza. La situación con Madelaine lo estaba llevando a un punto del que parecía no tener retorno. Le estaba pesando el hecho de haberse encaprichado con ella y de haber pensado que le iba a ser muy fácil someterla. Hubiese querido quedarse en la mansión para completar el castigo ejemplar que le tenía preparado a su rebelde esposa, pero tenía que ir de manera urgente al club, ya que ahí lo estaba esperando su tío, el Don, Carlo Vitale. Apenas llegó notó que su tío ya estaba ahí. Había varios autos con guardaespaldas con armas que se apersonaban no solo en la vereda sino también en la puerta del lugar. Blake respiró hondo y entró casi sin saludar; Henry lo esperaba a la entrada de la oficina, pero solo lo saludó inclinando levemente la cabeza sin dejar de mirarlo; eso solo significaba una cosa: Problemas. _ Vaya, parece que la vida de recién casado te tie