Rose estaba sentada al borde de la tina, admirando la ancha espalda de Blake. _ Estás muy tenso mi amor _ le dijo Rose mientras le pasaba la esponja por la espalda _ ¿no quieres que me meta contigo? Sé muy bien que hacer para quitarte todas las inquietudes _ le dio un beso en el cuello. Él resopló con cansancio. _ No rose, no estoy de humor_ dijo molesto _ no empieces con esas cosas. Sabes muy bien que no me gusta que me estén encima. Rose hizo un gesto de tristeza y resignación. Se moría por estrecharlo en sus brazos, por hacer el amor con él. O al menos lo que ella creía que era hacer el amor con él. _ Es mejor que vayas a dormir Rose... _ le dijo él sin mirarla _ no estoy de humor para hacer nada _ solo necesito estar solo y tranquilo. La mujer se paró, se abrió su bata de seda dejando a la vista su blanca y tersa piel y luego se inclinó frente a él quedando cara a cara. _ Blake, no sé que es lo que te sucede, pero al menos dejame cuidarte ... puedes hablar con
A medida que avanzaba por las calles vacías, Blake sintió cómo la rabia y la frustración hervían bajo su piel. ¿Por qué no podía sacarla de su mente? ¿Por qué, a pesar de todo el poder que había acumulado, ella seguía siendo la única cosa que no podía poseer completamente? Maddie no era como Rose. No se doblegaba, no se rendía, y eso lo enfurecía tanto como lo fascinaba. Pero esta noche, no importaba. Tenía que regresar a su lado como fuera, aunque lo odiara, lo insultara y hasta lo repudiara. Sentía que era lo único que necesitaba para calmar la inquietud que sobrellevaba por dentro y que apenas lo dejaba respirar, aunque fuera momentáneo. _ ¡No puedo estar haciendo esto! _ protestó enojado consigo mismo _ quise darle una lección, y aquí estoy como un idiota regresando a su lado, solo para saber cómo está. ¡Pero que imbécil soy! _ bufó con intensidad, mientras se pasaba la mano por el pelo _ y ahora, voy a llegar y seguramente me arrojará con todo lo que tenga a mano... ¡de eso est
El sol comenzaba a filtrarse por los gigantescos y elegantes ventanales del Plaza, Maddie lentamente fue abriendo sus ojos, lo primero que vio fue el apuesto rostro de su esposo porque estaban frente a frente y no solo eso, ¡estaban abrazados! La joven parpadeó, trató de librarse de los fornidos brazos de Blake, pero él la tenía amarrada.“Oh Dios, es tan guapo, pero maldito hasta más no poder. Si fuese un poco más agradable, quizás hasta me agradaría, pero no. Por ahora solo lo detesto con toda mi alma y juro como que me llamo Madelaine Aston Green que lo que me hizo, me las va a pagar” pensó apretando los labios.De pronto se quedó tensa y frunciendo el ceño ante sus pensamientos.“Un momento... ¿Estoy pensando que él es guapo? ¡No! Es un hombre horrible. Más que eso, monstruo, un cerdo e inculto. ¡Si, si eso! ¡y lo odio!” La confusión en su mente la inquietaba, como si una parte de ella se resistiera a odiarlo por completo.Como si Blake percibiera que era objeto de observación
La mansión de Blake Townsend era un impresionante testimonio de su éxito y ambición. Situada en un extenso terreno rodeado de frondosos jardines, la residencia se alzaba majestuosa, con una fachada de piedra blanca que reflejaba el poder y la riqueza de su dueño. Las columnas de estilo neoclásico enmarcaban la entrada principal, dando la bienvenida a un mundo de lujo y sofisticación. Antes de entrar toda la servidumbre esperaba para presentarse ante la señora. El primero que lo hizo fue el mayordomo._ Señora Townsend, es un honor para mí darle la bienvenida a su nuevo hogar. Mi nombre es Thomas y soy el mayordomo de la casa. Si hay algo en lo que pueda asistirle o cualquier detalle que desee discutir, por favor no dude en decírmelo. Estoy aquí para ayudarle en todo lo que necesite y hacer que su experiencia en esta casa sea lo más agradable posible._ Bienvenida señora _ dijo una mujer de unos 50 años _ soy Mary, el ama de llaves. Es un honor conocerla.Madelaine, vio en Mary a su
La habitación que habían dispuesto para la joven era grande y elegante y muy bien iluminada. Con todas las comodidades de que alguien como Madelaine pudiera exigir. Pero ella, no emitió ni una palabra. La fragancia de las peonías, lirios y gardenias inundaban el lugar, dándole un aspecto acogedor al ambiente. Maddie cerró sus ojos aspirando aquel dulce olor que la hacía recordar a su hogar. _ Déjennos solos _ ordenó Blake _ si necesitamos algo los llamaré. Los sirvientes asintieron, yéndose inmediatamente. Madelaine recorrió el lugar, cruzada de brazos, mirando todo. Pasó su mano por uno de los delicados muebles. _ ¿No vas a decir nada? _ dijo frunciendo el ceño el hombre _ ¿O vas a seguir con tus martes 13? ¿Hasta cuando vas a estar así de caprichosa? _ dijo agarrándola de los hombros. _ ¡Suélteme bestia primitiva! _ se soltó de él dándole un empujón _ ¿Acaso se olvida de lo que me hizo? _ puso cara de afligida _ me lastimó y veo que pretende seguir haciéndolo. Blake se
Blake se encontraba en su oficina, evaluando algunos negocios que le estaban llegando a sus manos. Últimamente eran cada vez más los que le pedían ayuda o le ofrecían asociarse para salvar lo poco que la caída de Wall Street les había dejado. Esa había sido una de las razones por la cual había retrasado su viaje de bodas a Europa. Además, no sólo tenía que enfrentar eso, sino también cuidar sus negocios clandestinos. Porque a pesar de tener el apoyo de la mafia italiana, pero sobre todo la de su tío materno Carlo Vitale, quien era jefe de una de las facciones más importantes del bajo mundo, ahora más que nunca debía cuidarse la espalda. De a poco él estaba puliendo su imagen en la alta sociedad, así que debía andarse con cuidado ya que enemigos no le faltaban._ Señor Townsend _ le interrumpió su secretaria _ el doctor Smith está aquí, dice que usted lo citó. Blake asintió esbozando una sonrisa. El médico entró raudamente, Smith era otro de los hombres de confianza con los que conta
Blake estuvo todo el camino rumiando junto a su furia, la mejor manera de aleccionar a su esposa de lo que le pasaba a quien tuviera la osadía de atentar contra él. Madelaine podía gustarle mucho y de cierta manera ser vulnerable ante sus encantos, pero esto había sobrepasado todo lo que él podía aceptar y soportar de alguien. Sentía un incontrolable odio, tanto que trataba de calmarlo ya que en otra circunstancia podría matarla sin contemplación alguna. Pero no, como ya se lo había dicho con anterioridad, matarla sería darle un premio. _ Me las vas a pagar, esta vez vas a pedirme de rodillas que te perdone, eso te lo puedo asegurar _ espetó, mientras encendía un habano _ vas a conocer hasta donde soy capaz de llegar cuando quiero algo _ sonrió de manera maquiavélica. Cuando llegó a la mansión la visión optimista con la que había llegado en la mañana junto a Maddie, se había tornado oscura y tenebrosa. Era como una bestia salvaje que estaba sedienta de sangre y destrucción, domi
Maddie trató de evitar su mirada, pero él la tomó del mentón con una mano firme, forzándola a mirarlo a los ojos. _ ¿Creíste que podrías jugar conmigo así? que podrías decirme que te repugno, mientras supuestamente, amás a ese imbécil ¡ja! Eres una tonta _ su voz era un susurro venenoso, cada palabra estaba cargada de odio reprimido.Blake mantuvo el contacto visual, su respiración era lenta y medida, cada inhalación y exhalación estaban perfectamente controladas. Su calma era aterradora, la forma en que contenía su ira hacía que su amenaza fuera aún más impactante._ ¿Sabes, Maddie? _ dijo mientras dejaba escapar el humo del cigarro con una sonrisa cruel _ Hay formas de hacer que alguien pague por sus pecados, y no siempre implican una muerte rápida. Conozco muy bien a las mujeres de tu clase _ la miró despectivamente _ señoritas con aires de princesa y exhibiendo una moralidad y ética que no tienen... seguramente, ¡ni siquiera eres virgen! Ese idiota de Hamilton ya debe haberse ac