Cuatro meses después: 21 de abril
Alegra y yo llevamos cuatro meses de casados ya y si, aquel compromiso fugaz termino en una íntima y romántica boda a solas en un pequeño pueblo de Florida llamado St. Agustine, lugar donde también pasamos nuestra luna de miel. Días después, cuando regresamos a Miami, para ser más exacto, el 25 de diciembre, que fue cuando nuestras familias se juntaron por primera vez en navidad, les dimos el anuncio de nuestro casamiento y si, por supuesto que nadie nos podía creer hasta que mostramos el acta de matrimonio.
Afortunadamente nuestras familias se han llevado bien desde el día uno y en mi familia, adoraron a Alegra mientras que sus padres me adoraron a mi como yerno. Supongo que la manera que nos amamos fue lo que hizo que nadie durara de lo que sentíamos, pero este cuarto mes, en el cual se supone que deberíamos estar celebrando en medio de una cena romántica como lo hicimos los tres meses anteriores, no es precisamente lo que nosotros esperábamos.
Alegra está en el que era nuestro cuarto y yo en el de huéspedes, así llevamos más de dos semanas. Ella no me habla, yo tampoco le dirijo la palabra y supongo que ambos llevamos culpa en esto. Yo no supe frenar a Mireya a tiempo y todo lo que estábamos construyendo se empezó a desmoronar poco a poco, pero de repente todo termino de joderse cuando nos lastimamos de una manera que jamás creíamos que lo haríamos.
Por mi parte, le rompí el corazón cuando ella me vio en brazos de Mireya en la misma cama donde dormía cada noche con ella y por más que eso tiene una explicación, ya no merece la pena darla. Ella por su parte se dejó llevar por el despecho y una noche se fue a un bar con unas amigas. En ese bar se encontraba un grupo de mis empleados y la fotografiaron besándose con su jefe quien cabe destacar que yo no sabía que era el dueño de la empresa que compite directamente con la mía. Fue de esta manera como yo, Asiel Del Valle descubrió que su esposa lo engañaba con Alejandro Faure y de este modo se convirtió en el hazme reír de todos los que conocen nuestra rivalidad. Cada vez que pienso en esa fotografía, muero de rabia por imaginar que ella no solamente me engaña con él, sino que le pasaba información de mi empresa. Ahora entiendo porque nunca quiso renunciar a su trabajo y pasarse a trabajar conmigo… «es que fui un idiota.» todo este tiempo me estuvo mintiendo.
El divorcio parecería ser la solución más conveniente y sobre todo la que necesitamos para que ambos estemos a salvo del otro, pero no todo es tan fácil como firmar un papel y darlo todo por terminado. En estos instantes solo nos queda esperar a mañana para saber si está o no embarazada. Tiemblo con la idea de que el resultado sea positivo y no solo porque no tenga la certeza de si ese hijo es mío o no, pero también porque si estuviera embarazada y fuera mío, no quisiera que nuestro hijo crezca en medio de este “odio” que sentimos el uno por el otro. Ella porque le fui infiel y yo por su engaño.
—Solo unas horas más. — Me repito mientras doy vueltas en la cama, pero dormirme es algo que parece imposible. Me levanto harto de intentarlo, salgo de la habitación y voy a la cocina de esta enorme casa que hasta hace poco era el refugio de un amor que parecía a prueba de balas y ahora ha terminado desangrado tirado en el suelo y sin poder respirar.
Al entrar a la cocina, allí esta ella frente al refrigerador usando uno de esos demoniacos conjuntos de pijama de dos piezas que tantas noches desaparecieron de su cuerpo gracias a mis dedos. Voltea al escuchar mis pasos y apenas puede sostenerme la mirada —Ya me iba. — Dice agarrando el vaso de agua en sus manos e intenta alejarse, pero yo la sujeto del brazo antes de que vaya.
—¿Aun nada? — Pregunto firme y ella sabe muy bien a que me refiero.
Sus ojos grises se fijan en los míos y los recuerdos de la primera vez que la vi regresan a mi mente. Aun no comprendo cómo me deje chantajear por Mireya, «¿Cómo deje que arruinara mi matrimonio, mi vida, mi todo? Aunque pensándolo bien, fuimos los dos quienes lo arruinamos todo» Pienso y cada día estos pensamientos son peores.
—¿Crees que, si no me ha venido en una semana y media, me vendrá en una noche? — Se queja y mueve su brazo para que la suelte. —Ojalá y no este embarazada. No quiero un hijo tuyo, solo quiero el divorcio. — Me dice con sus ojos completamente cristalizados, me duele verla así, pero ella tampoco es una santa.
—¿Y si lo estas, pero no es mío? — Cuestiono firme y lo siguiente que siento es su mano dándome una fuerte cachetada.
—¡Estoy harta de decirte que no hubo nada más que ese beso! — Me grita llena de rabia —Ojalá que no esté embarazada para firmar es maldito divorcio de una puta vez. — Exclama entre lágrimas.
—Es lo mejor Alegra.— Digo aunque sé que no lo es. En el fondo yo no quiero divorciarme de ella, pero decirlo en voz alta sería un gravísimo error.
—Claro que lo es, nunca debí conocerte en aquel viaje, que error tan grande. — Expresa y me encantaría decirle las cosas como han sido, pero no me creara y yo tampoco puedo creerle a ella.
—Nos apresuramos demasiado. —Sentencio, aunque se perfectamente que ese no es el problema entre los dos.
—Nadie puede enamorarse y decidir casarse en menos de una semana, fuimos demasiado estúpidos los dos, ahora permíteme. — Me pide y me mueve con su cuerpo para que ella pueda pasar y dejarme aquí con unos cuantos “te amo” anudados en mi garganta en medio de este amor y dolor que siento gracias a ella.
«Es mejor que me odies, las cosas serán más fáciles así, me ayudaras más si me odias…» Pienso mientras abro el refrigerador para sacar la jarra de agua y servirme un vaso yo también.
«¿Qué es lo que voy a hacer si la pierdo definitivamente? Sé que confiar en ella una vez más será difícil, pero de verdad aun la sigo amando…» Mi mente es un caos ¿como se puede amar y odiar a alguien al mismo tiempo?
Por otra parte, pienso en lo que realmente debo hacer y aunque me duela, tengo claro que debo alejarla de mi para cumplir con lo que me ha pedido el padre de Mireya…Me niego a que sea así, pero ¿acaso me queda otra opción?
[ALEGRA]Al día siguiente: 22 de abrilDos rayitas… eso es lo que veo en las tres pruebas de embarazo que me hice e inevitablemente rompo en llanto. No quiero tener un hijo suyo… esto no puede estar pasándome.—¡Alegra! — Lo escucho gritar del otro lado de la puerta del baño mientras golpea una y otra vez —¡ábreme la puerta antes de que la tire abajo! — continua y simplemente me muevo un poco aun sentada en el suelo y estiro mi brazo para alcanzar la perilla y girarla. Él rápidamente abre la puerta, entra y me mira como intentando entender lo que ocurre, pero decide observar las pruebas de embarazo antes de preguntarme nada.Cada vez que lo veo, viene a mi cabeza la imagen de él en nuestra cama con ella. No entiendo cómo pudo hacerme esto, como de repente destruyo todo así —No lo quiero tener— Digo llena de rabia.«S&ea
[ASIEL]«Voy a ser papá» pienso y siento como mis ojos se van llenando de lágrimas a causa de la emoción. El silencio que hay en el despacho de esta enorme casa se rompe cuando el llanto me quiebra comprobando una vez más que los hombres si lloramos. A través de la ventana la lluvia de Florida típica en el mes de abril comienza a verse y los rayos van dibujando figuras en un cielo que está casi negro al igual que la relación entre Alegra y yo «¿Cómo es que llegamos a esto si fuimos tan felices?» Me encantaría ser optimista y pensar que ese bebé que crece dentro suyo será como el sol que sale después de la tormenta, pero ¿a quién quiero mentirle? Él o ella solo retrasara un poco lo que le prometí a Mireya para que
[ALEGRA]Al día siguiente: 23 de abrilNunca imagine que derramaría tantas lágrimas en mi vida, ni siquiera cuando lo vi en la cama con ella llore como lo hice ayer, me pesan los ojos, me duele la cabeza y la luz me molesta más que nunca. Camino por los pasillos de la empresa intentando no encontrarme con ninguno de mis compañeros de trabajo para no tener que dar explicaciones y al entrar a mi oficina, cierro con llave para que nadie pueda entrar. Enciendo mi computadora, saco mi celular de la cartera, lo dejo sobre el escritorio y al mirar a mi alrededor, veo la cafetera que está sobre el mueble de mi oficina y que tantas veces me ayudo con las consecuencias de mis pocas horas de sueño a causa de cómo aquel hombre que yo creía que era Asiel y yo nos amábamos, «¿Dónde quedo
[ASIEL]Al día siguiente: 24 de abrilNo pude casi ni dormir en toda la noche pensando en que es lo que pudo haber ocurrido con Alegra ayer, no quiero pensar que cumplió con su amenaza de terminar con la vida de nuestro hijo, no podría llegar a soportar una cosa así… toca hacer que me odie, pero en el fondo la amo como a nadie. Me aguante las ganas de llamar a su puerta anoche y entrar a preguntarle que ocurrió... la escuchaba llorar del otro lado de esta y tan solo quería abrazarla y decirle que todo estará bien, pero no puedo, si lo hago todo esto se caerá abajo. Miro la hora en mi celular mientras termino de beber el ultimo sorbo de mi café y no entiendo porque no se ha ido a trabajar, ya son las 9:30am, «¿se sentirá mal?»
[ALEGRA](Horas después)He llamado una y otra vez a Asiel y él simplemente no me contesta. Estoy demasiado preocupada de que haya cometido una locura y sé que no debería ni siquiera preocuparme por él después de todo lo que me hizo, pero no lo puedo evitar, en el fondo mi corazón idiota se niega a dejar de amarlo. Continúo caminando de un lado a otro del salón hasta que escucho el ruido de un auto entrando a la entrada de coches y de inmediato miro a través de la ventana para ver quién es y afortunadamente veo que es su auto. Espero a que entre a la casa y una vez que lo hace me quedo inmóvil —Pero ¡¿qué fue lo que hiciste?! — Le pregunto acercándome a él y observando el corte en su l
[ASIEL]Al día siguiente: 25 de abril Dormir sigue siendo algo imposible, sobre todo después de lo ocurrido con Alegra. Aun siento sus dedos rozando mi piel mientras que curaba mis heridas y el deseo por ella me ha vuelto a atormentar a pesar de que intento que no sea así, pero las cosas ahora son más difíciles. Antes de saber cómo realmente fueron las cosas entre ella y Alejandro, yo me aferraba a la imagen de ellos dos besándose para convencerme de que lo que estaba haciendo era lo mejor, pero ahora ya no hay nada a lo que aferrarse, la culpa recae cien por ciento sobre mí y esto sencillamente es una pesadilla. No quise cruzarme con ella en el desayuno para no flaquear y por eso en estos momentos sobre mi escritorio hay una taza de café, y un plato con m
[ALEGRA]Esa misma nocheMe la he pasado todo el día intentando no pensar en lo que ocurrió con Alejandro, pero la verdad es que me atormentan los recuerdos. Quisiera poder abrazar a Asiel como solía hacerlo antes de que nuestras vidas se convirtieran en esta pesadilla, pero ya nada es igual. No dejo de preguntarme como es que llegamos a todo esto cuando éramos tan felices juntos, ¿Cómo fallamos? Muevo la comida de un lado a otro del plato con mi tenedor y sé que debería alimentarme por el bien de mi hijo o hija, pero la verdad es que la tristeza me gana. Perdí mi trabajo por culpa de un imbécil, mi relación con mi esposo es un infierno y contarle a alguien todo esto que está ocurriendo es imposible. El ruido de la puerta principal abri
[ALEGRA]La incertidumbre me gana al ver su cara de preocupación —Lo que te voy a contar es grave y necesito que me escuches con atención por favor— Me pide y no tengo ni idea de que es lo que me pueda llegar a decir, tan solo me acomodo un poco mejor en el sofá y me cruzo de brazos para que él comience a hablar. Por alguna razón él esta sumamente nervioso y no entiendo nada ¿Qué puede decirme que lo tenga de esta manera? quizás simplemente me pida el divorcio y acabemos con todo esto de una vez por todas, de ser así ¿Cuál sería el problema? sería más un alivio —Para comenzar debo preguntarte esto, ¿recuerdas el proyecto de ampliación del aeropuerto en el que mi empresa esta trabajando? — Me cuestiona y no entiendo que tiene que ver eso con lo que sucede entre los dos.—Si, pero ¿Qué tiene que ver? — In