[ASIEL]
«Voy a ser papá» pienso y siento como mis ojos se van llenando de lágrimas a causa de la emoción. El silencio que hay en el despacho de esta enorme casa se rompe cuando el llanto me quiebra comprobando una vez más que los hombres si lloramos. A través de la ventana la lluvia de Florida típica en el mes de abril comienza a verse y los rayos van dibujando figuras en un cielo que está casi negro al igual que la relación entre Alegra y yo «¿Cómo es que llegamos a esto si fuimos tan felices?»
Me encantaría ser optimista y pensar que ese bebé que crece dentro suyo será como el sol que sale después de la tormenta, pero ¿a quién quiero mentirle? Él o ella solo retrasara un poco lo que le prometí a Mireya para que no hablara con su padre. Fui claro, le dije que si Alegra estaba embarazada, nuestro divorcio sería hasta después que naciera mi hijo y ella acepto esa regla con la esperanza de que no fuera así, pero un trato es un trato, ¿no?
Los rayos caen con más fuerza mientras un fuerte viento se hace presente causando que las hojas de los árboles que hay en el jardín vuelen de aquí para allá, el suelo tiembla por momentos a causa de los rayos y sé cuánto miedo le da esto a ella a pesar de que sabe que la Florida es la capital de los rayos. En nuestros mejores momentos, Alegra se abrazaba a mi cada vez que había una tormenta eléctrica, ¿y ahora? ¿Qué? Debe estar muerta de miedo en el que era nuestro cuarto abrazándose a la almohada y pensando que la odio y que ese bebé es un error. Nunca quise que las cosas terminaran así, pero se salieron de control y cuando quise darme cuenta, ya era muy tarde para dar marcha atrás. Su beso con Alejandro ya ni me duele, me duele más que por su cabeza haya pasado la idea de abortar a nuestro hijo, me mata pensar que su odio hacia mí es tal que ese bebé pueda ser quien pague por mis culpas.
El sonido de mi celular me interrumpe y al ver la pantalla, resoplo, sé que si no le contesto insistirá hasta que lo haga, asique mejor quitarme el problema de una buena vez —Hola Mireya, ¿Qué necesitas? — Pregunto distante.
—¿Y? ¿Está o no embarazada? — Cuestiona de inmediato del otro lado de la línea.
Respiro profundo sabiendo que lo que le voy a decir no le va a gustar nada y tomo valor —Lo siento nena, no me podre divorciar, mi esposa está embarazada— Le informo finalmente y sus gritos comienzan a escucharse del otro lado de la línea y yo de inmediato alejo el celular de mi oído mientras que ella termina de desquitar su rabia —No puedo divorciarme ahora, entiéndelo— insisto e intento mantener la calma que sé que necesito tener para no joderlo todo.
—Entonces, ¿Qué? ¿seguiré siendo tu amante? — Reprocha.
—Sabes cómo son las cosas. — Trato de explicarle.
—Solo sé que, si mi padre te quita su apoyo para tu proyecto, tú te vas a la quiebra, no juegues conmigo— Me amenaza y odio que tenga la pelota del lado de su cancha.
Nunca en mi vida imagine que alguien podría controlar mi vida de esta manera, pero así están las cosas —Solo unos meses, solo eso te pido— Insisto cuando de repente escucho el ruido de algo rompiéndose —Nena, tengo q dejarte, algo paso— Le digo un tanto preocupado.
—Hablamos después baby— Sentencia y rápidamente cuelgo para salir del despacho mientras escucho otro ruido bastante fuerte.
Sigo el sonido hasta llegar a la puerta de la habitación donde esta Alegra y vuelvo a escuchar otro estruendo provocando que yo abra la puerta sin siquiera golpear y la veo a ella arrojando todos los portarretratos que había sobre la cómoda contra la pared —Pero ¡¿que haces?! — Le grito cuando arroja otro más y los pedazos de vidrio saltan por todo el suelo.
—¡Descargando esta rabia que llevo! — Exclama entre lágrimas.
—¿Por estar embarazada de mí? ¿por un bebé que no tiene la culpa de nuestra m****a? — Inquiero acercándome a ella y la tomo de las muñecas tratando de detenerla y la verdad es que me duele demasiado verla así.
—Por seguir atada a ti— Me reclama mirándome fijamente.
—Las cosas son como son— Respondo frio y es que no puedo permitir que entre nosotros dos las cosas se solucionen, la palabra amor no es algo posible.
—No quiero a tu amante en esta casa, ¿lo entiendes? — Me exige y asiento.
—Está bien, pero cálmate, te hará daño— Le pido y al menos debo intentar negociar algunos términos en este nuevo acuerdo que debemos tener.
—¿Más del que me has hecho tú? Lo dudo…— Habla y mueve sus muñecas para que la suelte —Tienes prohibido decírselo a tu familia o a la mía, ¿entendiste? — Me advierte.
—Se darán cuenta cuando te vean y esa panza crezca— Le digo sin entender que busca.
—No los quiero aquí en nuestra casa, no iremos a la suya… no quiero que nadie se ilusiones con este bebé… no quiero que piensen que somos la pareja feliz— Expresa entre lágrimas que me duelen a mí.
—Alegra…— Trato de decir, pero ella levanta su mano.
—No pronuncies mi nombre… no te me acerques más, si tú quieres que no cometa una locura, no me orilles a hacerlo— Me advierte y tan solo asiento mientras doy dos pasos hacia atrás —Vete ahora— Me exige y tengo tanto miedo de que se haga daño, que no puedo más que salir con la esperanza de que su odio al menos no sea tanto.
Me detesto por provocar que lo que debería ser el mejor momento de nuestra vida se convierta en uno de los peores, pero estoy contra la espada y la pared, y si la quiero cuidar, tengo que hacer que me odie.
[ALEGRA]Al día siguiente: 23 de abrilNunca imagine que derramaría tantas lágrimas en mi vida, ni siquiera cuando lo vi en la cama con ella llore como lo hice ayer, me pesan los ojos, me duele la cabeza y la luz me molesta más que nunca. Camino por los pasillos de la empresa intentando no encontrarme con ninguno de mis compañeros de trabajo para no tener que dar explicaciones y al entrar a mi oficina, cierro con llave para que nadie pueda entrar. Enciendo mi computadora, saco mi celular de la cartera, lo dejo sobre el escritorio y al mirar a mi alrededor, veo la cafetera que está sobre el mueble de mi oficina y que tantas veces me ayudo con las consecuencias de mis pocas horas de sueño a causa de cómo aquel hombre que yo creía que era Asiel y yo nos amábamos, «¿Dónde quedo
[ASIEL]Al día siguiente: 24 de abrilNo pude casi ni dormir en toda la noche pensando en que es lo que pudo haber ocurrido con Alegra ayer, no quiero pensar que cumplió con su amenaza de terminar con la vida de nuestro hijo, no podría llegar a soportar una cosa así… toca hacer que me odie, pero en el fondo la amo como a nadie. Me aguante las ganas de llamar a su puerta anoche y entrar a preguntarle que ocurrió... la escuchaba llorar del otro lado de esta y tan solo quería abrazarla y decirle que todo estará bien, pero no puedo, si lo hago todo esto se caerá abajo. Miro la hora en mi celular mientras termino de beber el ultimo sorbo de mi café y no entiendo porque no se ha ido a trabajar, ya son las 9:30am, «¿se sentirá mal?»
[ALEGRA](Horas después)He llamado una y otra vez a Asiel y él simplemente no me contesta. Estoy demasiado preocupada de que haya cometido una locura y sé que no debería ni siquiera preocuparme por él después de todo lo que me hizo, pero no lo puedo evitar, en el fondo mi corazón idiota se niega a dejar de amarlo. Continúo caminando de un lado a otro del salón hasta que escucho el ruido de un auto entrando a la entrada de coches y de inmediato miro a través de la ventana para ver quién es y afortunadamente veo que es su auto. Espero a que entre a la casa y una vez que lo hace me quedo inmóvil —Pero ¡¿qué fue lo que hiciste?! — Le pregunto acercándome a él y observando el corte en su l
[ASIEL]Al día siguiente: 25 de abril Dormir sigue siendo algo imposible, sobre todo después de lo ocurrido con Alegra. Aun siento sus dedos rozando mi piel mientras que curaba mis heridas y el deseo por ella me ha vuelto a atormentar a pesar de que intento que no sea así, pero las cosas ahora son más difíciles. Antes de saber cómo realmente fueron las cosas entre ella y Alejandro, yo me aferraba a la imagen de ellos dos besándose para convencerme de que lo que estaba haciendo era lo mejor, pero ahora ya no hay nada a lo que aferrarse, la culpa recae cien por ciento sobre mí y esto sencillamente es una pesadilla. No quise cruzarme con ella en el desayuno para no flaquear y por eso en estos momentos sobre mi escritorio hay una taza de café, y un plato con m
[ALEGRA]Esa misma nocheMe la he pasado todo el día intentando no pensar en lo que ocurrió con Alejandro, pero la verdad es que me atormentan los recuerdos. Quisiera poder abrazar a Asiel como solía hacerlo antes de que nuestras vidas se convirtieran en esta pesadilla, pero ya nada es igual. No dejo de preguntarme como es que llegamos a todo esto cuando éramos tan felices juntos, ¿Cómo fallamos? Muevo la comida de un lado a otro del plato con mi tenedor y sé que debería alimentarme por el bien de mi hijo o hija, pero la verdad es que la tristeza me gana. Perdí mi trabajo por culpa de un imbécil, mi relación con mi esposo es un infierno y contarle a alguien todo esto que está ocurriendo es imposible. El ruido de la puerta principal abri
[ALEGRA]La incertidumbre me gana al ver su cara de preocupación —Lo que te voy a contar es grave y necesito que me escuches con atención por favor— Me pide y no tengo ni idea de que es lo que me pueda llegar a decir, tan solo me acomodo un poco mejor en el sofá y me cruzo de brazos para que él comience a hablar. Por alguna razón él esta sumamente nervioso y no entiendo nada ¿Qué puede decirme que lo tenga de esta manera? quizás simplemente me pida el divorcio y acabemos con todo esto de una vez por todas, de ser así ¿Cuál sería el problema? sería más un alivio —Para comenzar debo preguntarte esto, ¿recuerdas el proyecto de ampliación del aeropuerto en el que mi empresa esta trabajando? — Me cuestiona y no entiendo que tiene que ver eso con lo que sucede entre los dos.—Si, pero ¿Qué tiene que ver? — In
[ASIEL]Llevo horas esperando a que ella salga de su habitación, no ha salido de allí para nada, ni siquiera para cenar y comienzo a preocuparme «¿Estará bien? ¿Se habrá desmayado?» no sé ni siquiera que pensar… sé que todo lo que le conté ha sido demasiado fuerte y que para nada justifica el hecho de que haya estado con Mireya, pero al menos ahora sabe la verdad. Miro la hora y mi nivel de intranquilidad me lleva a pararme frente a su puerta una vez más, y en esta ocasión me atrevo a golpear a su puerta con fuerza —¡Alegra por favor ábreme!— Exclamo desesperado y es que a pesar de lo muy enojada que pueda estar conmigo, no puede preocuparme de esta manera, ella debe entender que necesito saber que esta bien, que nuestro hijo lo está.
[ALEGRA]Al día siguiente: 26 de abrilTal vez él debió ser el que se tendría que haber ido de la casa para haber pasado la noche en esta habitación de hotel dado que yo soy la que ha sido engañada en la relación, pero decidí que las cosas fueran así. Me gustaría decir que ha habido mucho de orgullo en mi decisión y que fue mi lado de mujer herida la que ha hecho que ahora yo este aquí dando por terminado mi matrimonio con Asiel Del Valle, ese guapísimo ingeniero que conocí en Roma hace algunos meses atrás y futuro padre de mi hijo, pero no… esto lo hago por mi hijo o hija, uno que nadie puede saber que existe.“Es mejor que te vayas si no quieres que tu hijo pague las consecuencias”