[ALEGRA]
Al día siguiente: 22 de abril
Dos rayitas… eso es lo que veo en las tres pruebas de embarazo que me hice e inevitablemente rompo en llanto. No quiero tener un hijo suyo… esto no puede estar pasándome.
—¡Alegra! — Lo escucho gritar del otro lado de la puerta del baño mientras golpea una y otra vez —¡ábreme la puerta antes de que la tire abajo! — continua y simplemente me muevo un poco aun sentada en el suelo y estiro mi brazo para alcanzar la perilla y girarla. Él rápidamente abre la puerta, entra y me mira como intentando entender lo que ocurre, pero decide observar las pruebas de embarazo antes de preguntarme nada.
Cada vez que lo veo, viene a mi cabeza la imagen de él en nuestra cama con ella. No entiendo cómo pudo hacerme esto, como de repente destruyo todo así —No lo quiero tener— Digo llena de rabia.
«Sé que este bebé no tiene la culpa, pero quiero que él sepa que no quiero nada suyo»
Repentinamente me sujeta del brazo obligándome a poner de pie y me acerca a su cuerpo —Ni se te ocurra cometer una locura— Amenaza y no sé como se atreve a pedirme algo así.
—Ni siquiera crees que es tuyo, ¿Qué te importa lo que haga con mi hijo? — Lo reto mientras que siento como las lágrimas siguen cayendo por mis ojos —Además, así te dejo el camino libre para que te vayas con ella… créeme que no quiero volver a verte cogiéndotela como lo hiciste la otra vez. — Sentencio y muevo mi brazo para que me suelte, pero solo consigo que me sujete con más fuerza.
—Escúchame Alegra, no estoy jugando — Me advierte —No vas a hacerle nada a ese bebé, ¿me escuchaste? — Ordena.
—¡¿Y quién te crees que eres?! Ya no tienes ningún derecho sobre mí, lo perdiste el día que te acostaste con ella. — Le reclamo sin poder parar de llorar y me siento la más estúpida del mundo.
—Alegra…— Pronuncia mi nombre en un susurro —Por favor, no lo hagas… no hagas que el bebé pague por nuestras culpas. — Me pide y es la primera vez que lo veo con tanto remordimiento.
—Por las tuyas querrás decir, porque no fui yo quien te engaño— Sentencio sin dejarme convencer por sus palabras.
—¿Tú no me engañaste? ¿No le dabas información de mi empresa a tu jefe? ¿no te casaste conmigo sabiendo quien era y lo que buscabas de mí? — Me pregunta y odio que piense que todo lo que viví con él fue solo por interés, uno que nunca existió.
—Piensa lo que quieras— Respondo sin siquiera intentar defenderme de su acusación y muevo mi brazo una vez más consiguiendo que esta vez me suelte.
«No lo puedo creer, voy a ser mamá…» pienso mientras camino por la casa hasta salir al jardín y de manera instintiva llevo mis manos sobre mi abdomen —¿Qué vamos a hacer tú y yo? — Le pregunto a mi hijo y realmente siento ganas de huir de Asiel, de esta casa y hasta de esta ciudad para intentar recuperar algo de la paz que perdí desde aquella noche en que lo que creía que era mi feliz matrimonio se derrumbó en mil pedazos.
—Alegra— Lo escucho llamarme.
—¿Qué quieres? — Cuestiono sin voltear a mirarlo.
—¿Qué vamos a hacer ahora? — Me pregunta y quisiera decirle demasiadas cosas, pero no tengo fuerzas.
—No lo sé. — Decido responder.
Él se para delante de mí y me mira con esos ojos negros profundos con los que me convenció de tantas cosas tantas veces —¿Les diremos a nuestras familias? — Averigua.
—Quiero el divorcio. — Respondo sin rodeos.
Él se queda en absoluto silencio por lo que a mí me parece una eternidad y mira hacia el suelo —Lo siento, pero no te voy a dar el divorcio hasta que nazca el bebé, no quiero que cometas una locura y así deba ponerte a alguien que te vigile las 24 horas del día para que no le hagas nada, lo hare. — Me advierte.
—Tú también querías el divorcio, no te entiendo, ¿Qué cambio? Ni siquiera confías en mí. — Le pregunto completamente confundida.
—Cambio que no cargare con la culpa de que le hagas algo a ese niño…— Explica.
—No le hare nada, ¿feliz? ¿me das el divorcio ahora? — Negocio.
—No y es mi última palabra, cuando nazca el bebé volveremos a hablar del asunto. — Rebate y quisiera ahorcarlo con mis propias manos en estos momentos.
—¡No sé qué m****a consigues con retenerme a tu lado si estas con ella! — reclamo y lo golpeo en el pecho —¡¿Por qué no me dejas en paz?! ¡¿No te das cuenta que no quiero verte?! ¡que me lastimaste demasiado! — Le reclamo entre lágrimas de rabia que no me dejan ni siquiera respirar.
—¡Alegra! — escucho que me grita, pero no lo puedo ver.
[…]
Me pesa demasiado la cabeza, intento abrir mis ojos, pero la luz me molesta —Al fin despiertas, me asuste…— Oigo su voz que me dice y al voltear, está sentado a mi lado sobre la cama.
—Sal de aquí… no quiero verte y mucho menos tenerte cerca. — Le exijo.
—Yo me voy de aquí, pero que sepas que tú no vas a irte con mi hijo— Dice firme y se levanta de la cama para marcharse.
—No quiero que nuestras familias lo sepan— Le grito antes de que cruce la puerta.
—Como quieras. — Sentencia y da un portazo mientras que yo me siento infeliz cuando debería estar feliz y emocionada porque voy a ser mamá…
«¿Cómo es que llegamos a esto?» esa es la pregunta que me hago una y otra vez en mi cabeza.
[ASIEL]«Voy a ser papá» pienso y siento como mis ojos se van llenando de lágrimas a causa de la emoción. El silencio que hay en el despacho de esta enorme casa se rompe cuando el llanto me quiebra comprobando una vez más que los hombres si lloramos. A través de la ventana la lluvia de Florida típica en el mes de abril comienza a verse y los rayos van dibujando figuras en un cielo que está casi negro al igual que la relación entre Alegra y yo «¿Cómo es que llegamos a esto si fuimos tan felices?» Me encantaría ser optimista y pensar que ese bebé que crece dentro suyo será como el sol que sale después de la tormenta, pero ¿a quién quiero mentirle? Él o ella solo retrasara un poco lo que le prometí a Mireya para que
[ALEGRA]Al día siguiente: 23 de abrilNunca imagine que derramaría tantas lágrimas en mi vida, ni siquiera cuando lo vi en la cama con ella llore como lo hice ayer, me pesan los ojos, me duele la cabeza y la luz me molesta más que nunca. Camino por los pasillos de la empresa intentando no encontrarme con ninguno de mis compañeros de trabajo para no tener que dar explicaciones y al entrar a mi oficina, cierro con llave para que nadie pueda entrar. Enciendo mi computadora, saco mi celular de la cartera, lo dejo sobre el escritorio y al mirar a mi alrededor, veo la cafetera que está sobre el mueble de mi oficina y que tantas veces me ayudo con las consecuencias de mis pocas horas de sueño a causa de cómo aquel hombre que yo creía que era Asiel y yo nos amábamos, «¿Dónde quedo
[ASIEL]Al día siguiente: 24 de abrilNo pude casi ni dormir en toda la noche pensando en que es lo que pudo haber ocurrido con Alegra ayer, no quiero pensar que cumplió con su amenaza de terminar con la vida de nuestro hijo, no podría llegar a soportar una cosa así… toca hacer que me odie, pero en el fondo la amo como a nadie. Me aguante las ganas de llamar a su puerta anoche y entrar a preguntarle que ocurrió... la escuchaba llorar del otro lado de esta y tan solo quería abrazarla y decirle que todo estará bien, pero no puedo, si lo hago todo esto se caerá abajo. Miro la hora en mi celular mientras termino de beber el ultimo sorbo de mi café y no entiendo porque no se ha ido a trabajar, ya son las 9:30am, «¿se sentirá mal?»
[ALEGRA](Horas después)He llamado una y otra vez a Asiel y él simplemente no me contesta. Estoy demasiado preocupada de que haya cometido una locura y sé que no debería ni siquiera preocuparme por él después de todo lo que me hizo, pero no lo puedo evitar, en el fondo mi corazón idiota se niega a dejar de amarlo. Continúo caminando de un lado a otro del salón hasta que escucho el ruido de un auto entrando a la entrada de coches y de inmediato miro a través de la ventana para ver quién es y afortunadamente veo que es su auto. Espero a que entre a la casa y una vez que lo hace me quedo inmóvil —Pero ¡¿qué fue lo que hiciste?! — Le pregunto acercándome a él y observando el corte en su l
[ASIEL]Al día siguiente: 25 de abril Dormir sigue siendo algo imposible, sobre todo después de lo ocurrido con Alegra. Aun siento sus dedos rozando mi piel mientras que curaba mis heridas y el deseo por ella me ha vuelto a atormentar a pesar de que intento que no sea así, pero las cosas ahora son más difíciles. Antes de saber cómo realmente fueron las cosas entre ella y Alejandro, yo me aferraba a la imagen de ellos dos besándose para convencerme de que lo que estaba haciendo era lo mejor, pero ahora ya no hay nada a lo que aferrarse, la culpa recae cien por ciento sobre mí y esto sencillamente es una pesadilla. No quise cruzarme con ella en el desayuno para no flaquear y por eso en estos momentos sobre mi escritorio hay una taza de café, y un plato con m
[ALEGRA]Esa misma nocheMe la he pasado todo el día intentando no pensar en lo que ocurrió con Alejandro, pero la verdad es que me atormentan los recuerdos. Quisiera poder abrazar a Asiel como solía hacerlo antes de que nuestras vidas se convirtieran en esta pesadilla, pero ya nada es igual. No dejo de preguntarme como es que llegamos a todo esto cuando éramos tan felices juntos, ¿Cómo fallamos? Muevo la comida de un lado a otro del plato con mi tenedor y sé que debería alimentarme por el bien de mi hijo o hija, pero la verdad es que la tristeza me gana. Perdí mi trabajo por culpa de un imbécil, mi relación con mi esposo es un infierno y contarle a alguien todo esto que está ocurriendo es imposible. El ruido de la puerta principal abri
[ALEGRA]La incertidumbre me gana al ver su cara de preocupación —Lo que te voy a contar es grave y necesito que me escuches con atención por favor— Me pide y no tengo ni idea de que es lo que me pueda llegar a decir, tan solo me acomodo un poco mejor en el sofá y me cruzo de brazos para que él comience a hablar. Por alguna razón él esta sumamente nervioso y no entiendo nada ¿Qué puede decirme que lo tenga de esta manera? quizás simplemente me pida el divorcio y acabemos con todo esto de una vez por todas, de ser así ¿Cuál sería el problema? sería más un alivio —Para comenzar debo preguntarte esto, ¿recuerdas el proyecto de ampliación del aeropuerto en el que mi empresa esta trabajando? — Me cuestiona y no entiendo que tiene que ver eso con lo que sucede entre los dos.—Si, pero ¿Qué tiene que ver? — In
[ASIEL]Llevo horas esperando a que ella salga de su habitación, no ha salido de allí para nada, ni siquiera para cenar y comienzo a preocuparme «¿Estará bien? ¿Se habrá desmayado?» no sé ni siquiera que pensar… sé que todo lo que le conté ha sido demasiado fuerte y que para nada justifica el hecho de que haya estado con Mireya, pero al menos ahora sabe la verdad. Miro la hora y mi nivel de intranquilidad me lleva a pararme frente a su puerta una vez más, y en esta ocasión me atrevo a golpear a su puerta con fuerza —¡Alegra por favor ábreme!— Exclamo desesperado y es que a pesar de lo muy enojada que pueda estar conmigo, no puede preocuparme de esta manera, ella debe entender que necesito saber que esta bien, que nuestro hijo lo está.