Capítulo 28

[ALEGRA]

Roma vuelve a convertirse en testigo de momentos importantes entre nosotros dos y es que una vez más estamos aquí sentados frente a frente en un restaurante con una pizza romana de por medio y los sentimientos a flor de piel después de que viéramos juntos a nuestro hijo. No sé como es que sigo amando a este hombre cuando en realidad lo que me ha hecho debería hacerme odiarlo o al menos no amarlo de esta manera, pero al parecer los sentimientos son tan fuertes que no entienden de lógica alguna.

—Gracias por permitirme ver a mi hijo— Me dice rompiendo el silencio que se había creado entre los dos.

Debo haberme visto como una tonta al mentirle de mi supuesta cita cuando en realidad la pedí exclusivamente para que él pudiera ver al b

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