Hace un par de años no pensaba en nada más que no fuera en hacer dinero. Desde que salí de la universidad y mis padres fallecieron, todo su legado recayó en mis hombros; y desde entonces no he descansado hasta verlo tan grande como lo soñaban ellos.Al día de hoy he alcanzado los sueños de mis padres y jamás me arrepentiría de haber dejado mi vida de lado para hacerlos realidad y hacerlos felices, pero sí me hizo falta vivir lo que yo deseaba de corazón. Me enfrasqué tanto en el trabajo y en sacar esos sueños ajenos adelante, que nunca me di cuenta de que dejé ir los míos, algo que nunca me voy a perdonar, porque el tiempo pasó y no hice nada por mí mismo.Cuando era tan solo un niño y soñaba en convertirme en el mejor futbolista de Brasil, recorrer el mundo en diversos equipos y no pensar en nada más que no fuese ir detrás de un balón, todo era mejor y distinto. Pero tuve que madurar de golpe y de una manera que no le deseo a nadie. Estudié por presión de mis padres, porque ellos dec
Tuve que tomar fuerzas de donde no tenía y negarme a su pedido. Por supuesto que quisiera hacerle el amor y beberla por completo hasta desfallecer de ser posible, pero no así. Quiero que cuando esté dentro de ella y me mire, sus ojos brillen como lo han hecho en cada encuentro, no de odio y dolor como ahora lo están haciendo.Contrariado, me acerqué a ella y le puse el vestido en completo silencio y bajo su atenta mirada. La hice caminar conmigo hasta el sofá y nos sentamos uno frente al otro. No sabía por dónde empezar, pero tal como me aconsejó Karim cuando me atreví a confesarle por qué Liz era así conmigo, no debo seguir mintiéndome más a mí mismo ni a los demás.«El amor verdadero no miente, es sincero, Alex», con esas palabras de mi mejor amigo en mente, solté un profundo suspiro y me atreví a enfrentarla.—Estoy muy seguro que no vas a creer en todo lo que tengo que decirte, pero dame la oportunidad por lo menos de escucharme.—No quiero escucharte.—Por favor, Liz —le supliqué
Es tan difícil tomar una decisión acertada cuando tu mente no da para más y tu corazón quiere intentarlo una última vez. Mi razón y mi corazón están en guerra ahora mismo y no tengo ni la menor idea por cuál de los dos apostar.No sé qué pensar ni qué decir ante todo lo que Alexandre me dijo. Una parte de mí no cree en sus palabras. Es estúpido que luego de tanto tiempo yendo y viniendo ahora sí quiera quedarse, porque se dio cuenta de que me ama y no puede estar lejos de mí. Mi cabeza está hecha un lío y no ayuda para nada el tremendo guayabo que tengo.Me separé de sus labios cuando caí en cuenta de que me estaba acariciando las piernas y esa corriente por dentro me gobernó. Lo deseo, pero el sexo no hará que lo perdone y deje pasar como si nada todas las lágrimas que derramé por él.—No creas que la tienes fácil solo porque me dijiste tres palabras bonitas o asegures amarme, maldito cucaracho —peiné mi cabello, mermando ese calor interno y sofocante—. Ve preparando las rodilleras,
NoaDesde que tomé el valor de besar a Karim, todo entre nosotros cambió para bien. Cada que tiene oportunidad y nadie nos ve me besa como si el mundo se fuese a acabar. Sus besos son una adicción, algo delicioso de lo que nunca me voy a cansar de probar.No hemos hablado de lo que tenemos, pero sea lo que sea, no quiero que termine. No hay nada mejor que pasar el tiempo entre sus cálidos brazos y degustando sus labios. Sueño con un nosotros y una bonita historia de amor. Nada más con pensarlo, un suspiro involuntario escapa de mis labios.He querido evitarlo a toda costa por temor a lo que dirán si llegan a descubrir que tenemos algo, pero lo cierto es que no puedo cohibir lo que el corazón y todo mi ser desea y siempre termino cediendo al roce maravilloso de sus labios. Una parte de mí quiere poder tomar su mano sin pensar en nada ni nadie, más no puedo darme el lujo de que hablen de nosotros por los pasillos de su empresa. Suficiente tiene Karim con todo el revuelo que esa loca des
El resto de tarde trabajé ansiosa y queriendo que cayera la noche pronto, pero en cuanto terminamos todo el trabajo que teníamos acumulado, los nervios me jugaron en contra.Sin que Karim se diera cuenta, fui al baño y me cambié el uniforme por la ropa que uso a diario, pero me sentí incomoda y mal de haber ido en mis jeans rotos y tenis. ¿Por qué no me dijo con tiempo y así me hubiera esmerado un poco más en arreglarme? Lo más probable es que me lleve a un restaurante fino. En esta vida no puedo tener tan mala suerte. ¿Por qué jodidos tengo que estar en mis ropas más feas el día que me invita a salir? Por Dios, todavía no puedo creer que vayamos a tener una cita. La emoción burbujea en la boca de mi estómago.Con la moral por el piso y a punto de soltarme a llorar, salí del baño, encontrándome de frente con Karim y su bella mirada. Me regaló una sonrisa brillante luego de soltar un profundo suspiro.—Pensé que te habías olvidado de nuestra cita —me tomó de la mano y dejó un suave bes
Todavía no puedo creer que Karim me haya pedido ser su novia. Todo esto que está pasando es una locura. A veces pienso que solo se trata de un sueño, pero él se encarga todos los días de hacerme ver que no es así, que lo nuestro sí es muy real.Si antes de ser novios me trataba con tanto cariño y dulzura, ahora que somos pareja, me brinda el doble. Sus palabras son tan bonitas y me llenan el corazón de una manera que lo hace latir con gran fuerza. Sus besos son cada vez más adictivos, ya no puedo estar en un espacio cerrado con él y mantener mi boca lejos de la suya. Sus brazos son mi mejor refugio, ese lugar donde me siento la persona más feliz de este mundo.Siento mucho miedo de caer de esa nube tan alta en la que me subí, porque mis sentimientos por él van creciendo a una velocidad inaudita, pero su amor me mantiene segura. Mucho antes de que mi corazón se fijara en el suyo, supe que él era un hombre con buenos sentimientos y leal. Karim me hace sentir de todo, menos inseguridad.
—Me encanta que seas todo un caballero, mi amor —lo acerqué más a mí por su corbata y rocé sus labios—. Pero yo te quiero, Karim. Te quiero sentir, quiero entregarte mi primera vez, quiero que me hagas el amor ahora mismo. Bésame y no te detengas, por favor.Me adueñé de sus labios, soltando su corbata y los primeros botones de su camisa, anhelando acariciar cada centímetro de su piel. Me ha besado tanto, que ahora que ha llegado a más, no quiero que se detenga. Quiero seguir sintiendo sus caricias vagando por mi cuerpo, porque sus manos se sienten extremadamente bien, son muy cálidas y suaves.—Dios mío —gimió, besándome apasionado y con furor—. Definitivamente vas a volverme loco.—No lo pienses más —abrí su camisa de par en par y deslicé mis manos por su abdomen, provocándole un temblor que me hizo sentir poderosa—. Soy tu novia, ¿no?—Pero no deberíamos hacer este tipo de cosas aquí.—¿Por qué? ¿Está mal?Sacudió la cabeza y me besó despacio, antes de descender su boca por mi cuel
Necesitaba con urgencia regresar a casa, pasar tiempo de calidad con mis padres y mi familia y olvidarme de todo eso que me estaba matando la cabeza poco a poco. Han sido semanas maravillosas en mi tierra. No sabía que extrañaba estar en casa, ahora que volví. Las costumbres no son las mismas, la comida incluso me hacía falta y, sin duda alguna, extrañaba como loca el amor de mi familia. En esta vida no hay nada más bello que los abrazos de mamá y papá, saber que están ahí para mí cada mañana para darme una palabra de aliento.No soy mujer de guardar secretos, mucho menos esconderles la realidad a mis padres. Sin necesidad de decirles nada, ya sabían que si había ido antes de lo previsto y sin avisar, era porque estaba sucediendo algo.Les conté de Alexandre y apoyaron mi decisión, incluso me dijeron que pensara en no regresar más a Estados Unidos, que aquí tenía una vida y una familia que jamás me daría la espalda. Me encantaría quedarme con ellos, pero ya hice mi vida fuera de este