Aún recuerdo el día en que la conocí, lo hermosa que se veía en ese vestido blanco y en su largo cabello ser revuelto por el viento. Recuerdo muy bien lo cautivado que me dejó al dormir como un ángel a mi lado. Aunque en ese momento no me atreví a ponerle un solo dedo encima, lo cierto era que moría por tocar su piel y asegurarme de la suavidad que a simple vista se notaba en ella.El destino estuvo a mi favor y me puso al amor de mi vida en mi camino cuando menos lo esperaba, ahora que la tengo un paso más cerca de ganarme su corazón, no puedo describir la felicidad que siento por dentro cada día.No ha sido fácil para ella, ya que aceptar a un desconocido en su vida que jura amarla no debe ser algo fácil de asimilar, pero siempre trato de ser honesto y demostrarle todo lo que me hace sentir. Si mi corazón solo palpita por ella, ¿por qué dejar de expresarle con actos y palabras lo mucho que la amo? Abrazarla, besarla, acariciarla, tenerla encima de mi pecho mientras se pierde en sueñ
CORACon cada milésima de segundo que iba transcurriendo y Jacob no aparecía, los nervios se acrecentaban en mi interior. Había pensado durante muchos días hacer la cena y confesar al fin mis sentimientos, después de todo, mi corazón ya se encontraba bajo su poder desde hace mucho tiempo y una parte de mí se negaba a aceptarlo quizá por miedo de salir herida. En mi mente todo estaba claro, las palabras que iba a decirle y esa pequeña sorpresa que tenía preparada y estaba segura que iba a gustarle mucho, pero los nervios se estaban apoderando de mí y me daba miedo meter la pata luego de que él me ha esperado por tantos años.Puse en un jarrón con agua las flores que trajo y las acerqué a mi nariz, disfrutando de su aroma. Son unas flores preciosas y, aunque no me gustan este tipo de detalles porque siempre he creído que las flores son para los muertos, viniendo de él, me parecen hermosas y se siente muy bien recibirlas. Tomé la pequeña nota que había dejado minutos antes sobre la mesa
Nos separamos agitados y nos quedamos viendo por unos segundos antes de volver a fundirnos en la boca del otro con más suavidad, menos fuerza, pero con más pasión y profundidad.-Te amo y me acabas de hacer el hombre más feliz de este jodido mundo - murmuró entre el beso, afianzando una de sus manos a mi cabello.Su otra mano se posó sobre mi mejilla y me acarició suavemente, deslizando la yema de sus dedos por mi piel mientras yo me aferraba de su cuello y me hacía sobre sus piernas para sentirlo más cerca de mí. Parecía que nunca nos habíamos besado, porque ni siquiera nos tomamos algo de aire para continuar. Lo cierto era que no me quería separar de sus labios y él tampoco tenía intención de hacerlo. Sin duda, estos besos se sienten mucho más libres y el doble de deliciosos.-Me quiero casar inmediatamente contigo, mi reina hermosa - succionó mi labio inferior, arrancándome un audible gemido tras esa corriente y esa potencia que sentí en mis adentros-. Muero por hacerte mía.-Hazme
—Esa miradita que me estás dando me está gustando mucho y me hace creer que estás pensando cosas muy sucias de tu amado esposo.—Eres muy sexi — mordí mi labio inferior, recorriendo a gusto cada forma de su trabajado abdomen al momento que se quite la camisa y su torso queda al descubierto—, por supuesto que estoy pensando cosas muy sucias contigo. Soltó una risita divertida, desabrochando su pantalón muy lentamente y dejándolo caer al suelo sin apartar su mirada de la mía. Es imposible que mi mente no vuele tan alto al tener un hombre tan atractivo y desnudo frente a mis ojos. Además de que esa montaña tan grande me confirma lo mucho que soy capaz de provocar en él.No sé sí se trataba de esa mirada tan penetrante y oscura, de la forma en la que se quitó la ropa o esa sonrisa tan maliciosa que me dedicó al jugar con el borde de su bóxer que me tenía con la piel latiendo de deseo y ganas. No hacía falta que me preparara más, con esos besos tan ricos que dejó y con esa manera de desnu
JACOB Al despertar y recordar que la mujer de mis sueños aún sigue dormida entre mis brazos, una sonrisa boba aparece en mis labios. Mi corazón se siente tan cálido estando enredado entre su dulce aroma y su hermoso corazón. Si me hubieran advertido del peligro que corría una vez me entregara al amor de mi vida, hacía mucho tiempo me habría mostrado frente a ella y declarado mis sentimientos. No puedo describir con una sola palabra lo feliz y dichoso que me siento al tenerla entre mis brazos, al saberla mía y al ser correspondido por su corazón de la misma forma en la que mi corazón la ama.¿Puede existir en este mundo mayor felicidad y satisfacción que esta? ¡Nada se compara!, ni siquiera mi copia barata puede hacerme sentir todo lo que Cora ha hecho crecer en mi interior durante tanto tiempo. Ahora que se ha entregado por completo a mí, no dejaré que esa tierna palomita escape de mis manos. La contemplé mientras dormía, pero no era suficiente con solo verla. Esa parte que la procl
CORAVivía en un sueño y no quería despertar nunca de este. Hace un tiempo que mi relación con Jacob se fortaleció debido a nuestra entrega y nada me hace más feliz que ello, porque no hay día que no nos amemos por cada rincón de la casa y nos demostremos tanto con palabras como con hechos, el amor que sentimos el uno por el otro. Estoy tan perdidamente enamorada de él. Siempre está en mi mente, en mis sueños, en mi realidad e irrealidad. No sé qué hizo ese hombre conmigo, pero me tiene totalmente cautivada en su corazón.Los preparativos de nuestra boda están a la vuelta de la esquina y, en cierto modo, siento temor por varias razones. Ni siquiera llevamos medio año juntos para que nuestro amor sea invencible, pero en estos pocos meses que hemos estado muy cerca el uno del otro, siento que cada día lo necesito más y que ya no podría vivir sin él en un futuro. Vamos caminando demasiado rápido y ese hecho me asusta de sobremanera.Aunque nos amemos cómo lo hacemos, siento en mi pecho
—¿De qué estás hablando, mi amor? Nunca podría llegar a mentirte — señaló a Jacob—. ¿Qué le dijiste a mi hija, cretino?—La verdad y nada más que la verdad, suegrito — sonrió, encogiéndose de hombros.—¡Deja de ser tan descarado, papá!—Cora, mi amor, hablemos tú y yo a solas, ¿sí? Lo que este tipo te haya dicho, es mentira. Por favor, cree en mí.—Bien, hablemos — accedí, aferrándome de la mano de Jacob—, pero mi esposo se queda con nosotros.—Tu esposo es un vil mentiroso y un maldito estafador.—¿Y tú qué eres entonces? ¿Acaso no me mentiste y, de paso, me vendiste como si me tratase de un objeto? Cuéntame, ¿qué tipo de padre le haría eso a su propia hija?—Lo estás viendo de una mala manera, mi amor — sacudió la cabeza—. No te vendí ni mucho menos te dije mentiras. Fue un trato que él mismo propuso y yo acepté.—¡Ya no más! — exploté—. ¡Sé la razón por la que me ofreciste! Déjame decirte que me siento muy decepcionada de ti y de mamá. No puedo creer que hayas jugado con el rumbo d
Los días fueron pasando muy lentamente, las semanas parecían ir a paso de tortuga y todo a mi alrededor parecía rodar en cámara lenta. Algo cambió dentro de mí en ese instante en el que mi padre dejó de ser el héroe de mi mundo, para convertirse en mi primera enseñanza y lección de vida. Puede que aun sienta algo de resentimiento por él, quizás porque no se atrevió a escogerme a mí por encima de todo, pero miento al decir que no me hace falta.Cometió sus errores, no es un ser perfecto, pero me cuesta tanto dejar de amarlo y de pensar no solo en él, sino también en mi madre y en mis hermanitas. Deseo tanto verlas, saber que se encuentran bien y que no están pasando por malos ratos. Muchas veces he querido ir con ellas, pero con solo de pensar que estaré frente a mis padres, todas las ganas se reducen a la nada, aún así, ellas son las que menos culpa tienen, después de todo, los que fallaron fueron ellos. No voy a descansar hasta no verlas, abrazarlas y escuchar sus bonitas y alegres r