Ava El resto del desayuno... No sé que hacer conmigo misma. Es como si hubiese entrado en un frenesí incontrolable de emociones peligrosas. No dejaba de observar sus movimientos y aunque estaba escuchando todo lo que decía, no lo escuchaba como antes. Él no lo notaba, en realidad después de decir lo que me volvió loca, comenzó hablar de trabajo únicamente y yo casi ni podía comer. Cuando en di cuenta de que realmente estaba pasando por un mal momento, los temblores en mi mano comenzaron a hacerse presente, ya que está situación no la podía controlar. No podía decirle a mi corazón que dejara de sentir, y a mí cerebro que dejara de imaginar. Eso me estresaba, demasiado. - ¿Por qué no anotas nada? - respiro profundo y con la mano que no me tiembla le doy un mordisco a la arepa que me queda. La segunda. La mi siquiera tengo espacio en mi estómago y siento que después de esto, me voy a desmayar en cualquier superficie medianamente cómoda que me encuentre. -Deje la tablet en algún lu
DanteMe sentía extraño. Realmente extraño, porque a pesar de que las cosas no hacían más que complicarse, me sentía... En paz. Había una calma dentro de mí que no sabía explicar de dónde venía. Era como si todas las voces que antes causaban estragos, decidieran callarse. Una parte de mí tenía el claro presentimiento de la creadora de todo esto, y el resto de mí, se negaba a creerlo.Ya había tomado una decisión, y aunque constantemente encontraba la forma de hacer lo contrario, esa decisión seguía ahí y la razón todavía me taladraba la cabeza.Sin contar que justo en este momento, una de las razones por la que me negaba a todo este show, estaba entrando por la puerta de la enorme oficina con vista al mar, vestida con un traje blanco enterizo, con joyería de oro, cabello perfectamente planchado y de un rubio poco natural, con un maquillaje inflalible y una actitud arrasadora que hacía que todos se fijaran en ella, no importa por dónde pasará, ella amaba que los ojos siempre estuvieras
DanteLo suelto cuando ya lo veo rojo y con los ojos que casi se le salen. El respira profundo y trata de venirse encima, pero Marco lo detiene.-No estamos para estos juegos, ya basta. - me mira.- Los dos. Esto se resuelve a puertas cerradas y ambos lo saben.- suspiro y busco a Ava que tiene los ojos abiertos y la respiración agitada. Alba tiene la mano sobre su hombro y me dice algo que no logro escuchar, mientras que Ava solo le responde negando con la mano y dirigiendo su vista hacia la dirección contraria.- ¿Problemas familiares? - aparece Hannah de la nada con una sonrisa y con la mirada fija en mí.- Pensé que los niños Visconti habían madurado, ya que veo que no fue así.- Hannah, tan elocuente y arpía como siempre. ¿Que te trae a ese paraíso? - es Marco el que le responde, mientras todavía tiene sujeto a Luca por el hombro.-El dinero, claramente. Lo mismo que ustedes.- sus ojos se van hacia Ava, quien le dedica una leve sonrisa.- ¿Quienes son estas... Niñas? No me digan que
Ava Tenía que admitir algo. Alba sabía convencer cuando se lo proponía. Yo realmente no tenía ganas de hacer más nada que acostarme en mi cama y quedarme de mis problemas mentales de inseguridad. Yo no era una persona que se caracterizaba por demostrar sus trabajos, pero en el momento que Dante agarro a Luca por el cuello, me hizo recordar todas las veces que los amigos de mi madre me han hecho lo mismo. Siento que ese el movimiento más común que utiliza un hombre para demostrar dominio, es ese y lo que pasó hoy, me dejó temblorosa, insegura. Y lo peor de todo, es lo que nadie noto. La tranquilidad de Luca. Él se sentía cómodo con eso, en realidad se sentía divertido y seguro. Todo lo que él hace es una actuación y una muy buena, porque mientras le temen más a la Rubia, no notan que el mounstro verdadero lo tienen de tío. Ellos piensan que solo es un ladrón, y aunque lo sea, hay algo mucho más profundo que se muestra en su mirada. Así que, aunque yo quería quedarme tratando de
DanteApenas duro hablando cómodamente con Ava unos 5 minutos antes de aparezca una Alba molesta, la agarre de la mano y se la lleve a la pista de bailar. Ava solo se va con los ojos abiertos y yo no sé si reír por la extra situación o ir detrás de ella, porque la tenía tan perfecta entre mis brazos, con un olor dulce desprendiendo de ella, con sus sonrisas relajadas y mejillas sonrojadas.Busco a Marco y aparece con cierta expresión en su rostro.- ¿Qué carajos pasó? - el arruga el ceño y se pega de espalda a la barra.-Le dije Amanda.- arrugo el ceño y niego con la cabeza, riendo sin poder evitarlo.- ¿Por qué mierda le dijiste Amanda? ¿Sigues hablando con ella? - me mira, suspira, se cruza de brazos y asiente, lo que me hace tomar de mi trago, observando el vaso vacío de Ava... No pensé que le gustará tomar... Solo he sido capaz de contarle 4 vasos de estos, y ya me está comenzando a preocupar, porque ella no es buena copa..- Antes de venir aquí, hablé con ella... Me calentó el oí
Dante Que Ava reaccionara a mi era el mejor regalo que me podían dar. Y cuando su cuerpo busco el mío, sin restricciones, me sentí el hombre más afortunado de este planeta. Su cuerpo se se acercó al mío y cuando nuestros respiraciones fallaron, mis besos fueron trazando un camino por su mejilla y bajando por su cuello, el cual cayó ligeramente hacia atrás para darme mayor acceso. Sin embargo, la posición en la que estábamos no parecía del todo cómoda, así que solo la agarré por las caderas y la atraje más así mi. Ella sola pasó su pierna encima de las mías y se acomodo a horcadas, haciéndome gemir cuando sus partes conectaron con las mías. Sus ojos se enfocaron en los míos y había fuego en ellos. Podía leer las ganas y eso me encendió demasiado, así que solo busque sus labios y nos volvimos deseosos de consumir al otro sin parar. Mis manos se posaron sobre sus muslos y comenzaron a subir, mientras sus sus dedos fueron desabrochando con dificultad mi camisa. Eso son separarnos no
Muchas veces me consideré una persona con metas claras. Nunca pensé que podría arriesgar algo por lo que llevo luchando tanto tiempo hasta que Dante chocó sus labios contra los mío. En ese momento se me olvidó todo. No pensé en las consecuencias de mis actos, lo único que quería era que el no dejara de hacerlo. Me sentía tan cómoda, como si estuviese en el lugar indicado entre sus brazos. Me encanta como se siente mi mente, en calma, tan callada que lo único que se escucha ahí dentro es mi respiración. No hay nada más y ese es un regalo tan preciado que me causa miedo, porque todavía también le temo aceptar que mis sentimientos están cambiando, que por primera vez en la vida, le están respondiendo a alguien. Yo jamás pensé que eso iba a pasar y mucho menos que pasara a alguien que... Puede ser la causa de mi despido. Observo el rostro durmiente de Dante y no sé que hacer. Una parte de mí quiere salir corriendo y la otra, sumergirse en sus brazos., y aunque ambas partes suenen conv
Dante Dolía saber que Ava tenía tanto dentro de ella, y que tuviera miedo de mostrarlo. Pude ver la vergüenza en sus ojos, puse sentir sus ganas de salir corriendo para ocultarse y encerrarse para volver a construir esos muros que la rodean. Aunque tal vez pude dejarla ir, y terminar con esto, no me salía hacerlo. No la quería sola en su habitación pensando en todo lo malo, la queria en mis brazos y por eso mismo la rodeé con ellos. No sabía si era lo correcto, pero lo que si sabía es que preguntarle si estaba bien no iba a servir de nada. Ella no estaba bien, todo en ella estaba gritando que no estaba nada bien, sus temblores por el llanto me lo demostraban. Yo quería sanar todo lo que le hacía mal, quería alejarla de todo aquello que le provocaba el miedo, solo que no sabía cómo hacerlo. Si ella no me contaba, no podía entenderla. ¿Y podría culparla por no decirme lo que le pasaba? Ella era una niña jugando a ser mamá mientras sufría por motivos externos que al parecer provocad