Los helicópteros aproximándose al lugar del encuentro programado por Bastian antes de dejar a su esposa comenzó a escucharse. Samara mantuvo su porte elegante mirando al cielo para mirar si se trataba de una trampa, pues su sobrino jamás le dijo de una aeronave sobrevolando la zona. Tomó su teléfono y conectó la llamada hacia el móvil que le dijeron.__ Somos nosotros. Nos ayudaron a salir de ahí. Todo está bien. - dijo Chang al teléfono. - Solo necesitamos una ubicación exacta para aterrizar. __ Lanzaré dos bengalas. - dijo ella colgando la llamada, pidiendo lo sugerido a uno de los hombres que fue rápidamente por dicha cosa al auto, entregandolo a la mujer que apuntó al cielo lanzando el primero para avisar de su locación y un segundo para reafirmar.El coronel Willow fue el primero en avisar de las luces frente a ellos, redirigiendo los helicópteros a ese lugar, mientras Kiara no tenía palabras ni creyó que lo que veía fuese real. Nada tenía sentido, pues su abuelo no le ayudarí
__ Asegúrate de encontrar a Bastian. Lo traes conmigo o lo matas en el proceso, pero vivo no debe seguir. - ordenó el sujeto de traje beige a Jace. - Ya me cansé de que arruine mis planes. __ ¿Cree que el capitán Ford sea confiable? - preguntó mirando el reflejo de este, pues aún no podía creer que hubiesen personas tan parecidas. - Sus referencias son buenas, pero dudo de sus capacidades. Se rige con leyes, no con órdenes de...__ Lo quiero solo para atraparlo. Tengo claro que un militar no es alguien en quien confiar. - dijo él. - Pero por ahora me conviene que esté rabioso. - dejó caer dos cucharadas de azúcar a su café. - La rabia es el mejor aditivo para una persecución. No se miden las consecuencias. Se da todo de sí y no va a tratarlo con condescendencia. El capitán quiere reconocimiento, sentirse útil y no como un completo tonto. - movió la cuchara en el líquido que luego llevó a su boca. - Le estoy dando las armas. Incluso me odia a mí, como lo haces tú.__ Yo no...__ No in
Jace se dejó llevar por las manos de la esclava que hicieron su trabajo, deseando que ese momento borrara todo el estrés que lo estaba haciendo perder la paciencia con todos. Debía mantener el control de lo que hacía, pero que una simple matriarca le llevara la contraria también era parte de lo que odiaba. Le molestó ver que sus órdenes no eran cumplidas al pie de la letra como sucedía con el Don. A Bastian le temían tanto que tan solo al decir algo que podría considerarse una orden, esta le era cumplido a la velocidad de un rayo, siendo muy diferente con él. De solo recordar el poder que tenía, los ánimos de f0llar se le fueron. Apartó a Ruth y miró a las demás esclavas en la cama, quienes esperaban por él, muy atentas a cada detalles. Sabía muy bien que estas murmuraban lo que ocurría en esa casa y de seguro que no pudo culminar nada con ellas, como estaba convencido que pasaba con Bastian, ya que la hombría de este jamás se puso en duda, pero la suya estaba en riesgo de andar d
__ No nos superan en número, pero en armamento estoy seguro que sí. - le informaron al sujeto tras el computador en donde se veía claramente lo que sus pilotos tenían en frente de sus narices. __ Son ellos. Puedo oler las acciones de los rusos a años luz. - refunfuñó. - Pero ¿que hacen aquí? ¿Que tienen que ver con Bastian?__ No se presentan así como así. - contestó el sujeto en la silla. - Solo hay dos opciones. Estan de lado del Don o vienen a acabar con todos para tomar el territorio entero, como se dijo que pasaría después de la caída de los Meyer. __ Los Meyer dejaron más que solo ruinas. Dejaron historia. - exclamó. - La más grande de todas. Que nadie debería retar a gente como esa.__ ¿Que hacemos? __ Déjame pensar. - se llevó la mano a la barbilla mientras oyó y vio la alerta de haberse vuelto un objetivo de uno de sus pilotos. Ni siquiera le importó que estuvieran a punto de morir. En su cabeza el único que en verdad era de suma importancia era solo él. En tanto en la f
__ Dije abajo. - con una risa perversa Bastian señaló el suelo, Jace arrugó ligeramente el ceño al ver que le estaba pidiendo saltar de ese sitio. - Treinta segundos.__ No pensarás...__ Sí, es justo lo que estoy pensando. - exclamó este sin dejar de apuntarle. - Tienes veinte ahora. __ Bastian, podemos negociar. - dijo ganando tiempo para buscar una salida que no fuera lanzarse de ese lugar, sin saber que la decisión ya había sido tomada.__ No, no podemos. - contestó Bastian, viendo las intenciones de Jace por disparar. - Quien inició un complot en mi contra fuiste tú. No hago acuerdos con quien quiere mi cabeza.__ Estás llevando la tríada a la ruina. - acusó insatisfecho. - Te casaste con una esclava con numeración. Concebiste una hija con ella. Le diste la joya que debió portar alguien con el temple para acabar con lo que se ponga en su camino, no con una mujer que a la primera de cambio no enfrenta sino que se esconde. __ Sigues cometiendo el mismo error. Subestimas a quien no
El mundo podría estar en su etapa final, colapsar por culpa de alguien más o que como sucedía, recibir una fuerte dosis del alemán que no pensó en dejar que se dieran gusto diciendo que lo capturaron para juzgarlo como tanto deseaban. Pero para Bastian, lo único que generó motivos suficientes para estar alterado fue no tener a su mujer y a su hija con él. Nada más que ir por ellas interesó, atravesando la ciudad en auto, mientras la policía cerró las carreteras buscando de vehículo en vehículo para dar con él, sin saber que alguien como el Don tenía sus propias salidas de la ciudad, sin necesidad de esforzarse más que una mínima parte. Sus costillas quemaron. Su mano aún sangraba y el olor a sangre en su ropa lo hizo sacar de bajo el asiento una camisa nueva y un saco que se colocó, mojó un pedazo de tela con el que limpió su cara de las salpicaduras y cambió la venda de su mano, pidiendo al conductor que quemara las prendas al solo llegar. La mañana estaba llegando y él también se
Vivir en un mundo donde los malos instantes eran más fáciles de obtener que aquellos disfrutables logró que todo aquel que llegara a apreciar su vida, tuviera como deseo el extender ese tipo de momentos. Por lo que para Bastian ver a su mujer salir con una de sus camisas encima encendió sus ganas al segundo que cruzó el umbral. No tenía un solo gramo de maquillaje encima, el cabello le cayó en hebras húmedas por los hombros, mientras el portátil seguía en las piernas de su marido. Pero él no se negó a olvidar lo que estaba revisando cuando Kiara alzó los brazos para alcanzar una maleta tenía intención de preparar para marcharse por la mañana como lo había planeado. El alemán colocó el computador sobre la pequeña mesa a su lado, cerrandola para disfrutar de la vista que elevó la presión en sus pantalones, siendo un dolor que incrementó cuando pasó la mano encima de la tela. __ No podemos volver a la fortaleza si no confías en ellos. - reiteró algo que su esposo ya tenía solucionado.
__ Nos quedaremos unos días más. - dijo Bastian cuando vio a Nessi muy a gusto en ese lugar. La niña se lo pidió y al ser la única vez que lo hacía de esa forma accedió. __ ¿Y tu trabajo? En la fortaleza pueden necesitarte. - le recordó Kiara. __ Tengo a Marc allá. Él sabe como mantener quietos a todos. - dijo. Además que sabía de su romance con la matriarca que creía esconder, pero él notó las miradas desde meses antes. __ ¿Confías mucho en él? - le preguntó interesada en eso. Pues entre tanto Marc era el único que veía más cercano a Bastian siempre. Nunca se le separaba y tampoco el Don tenía secretos con él. __ Estuvo más que Artemio. - contestó sin ahondar más en ello, pero dando a entender que apreciaba mucho su presencia. Kiara supo lo que quiso decir. Le sonrío viendo que no era el ser inhumano del que todos hablaban. Sí tenía afecto por alguien más, y ese alguien también estaba dispuesto a dar su vida por él, por algo más que como un deber. Sino como un padre, sin nec