(Narra Susan)Gale estaba allí, maltrecho y en ese cuarto de limpieza. Eso significaba una única cosa, él había logrado escapar.—¿Cómo…? —empecé a preguntar.—Fue un golpe de suerte. —respondió él, suspirando de alivio, seguramente creyó que el que estaba abriendo la puerta era un enemigo. —¿Por qué estás aquí tú? —preguntó, desconcertado.—Vine a traer algo que fabricó Ciro, ha conseguido preparar una sustancia que contrarrestará los efectos de los somníferos. —dudé. —Bueno, al menos eso es lo que creemos.El abrió los ojos como platos, aquello debió sorprenderlo más de lo que pensé.—Entonces esta todo sincronizado. He destruido las últimas sustancias que iban a inyectarle a Astor, no conseguirán más fácilmente porque rompí todo lo que había en la botica. —decía él, señalando la puerta. —Por eso estoy aquí, tengo que esconderme hasta que esté recuperado.Comprendí sin dificultad lo que estaba sucediendo.—Aquí vendrán tarde o temprano, así como vine yo a buscar una cubeta. Debes bu
(Narra Gale)Los dos chicos me estaban observando con la armadura en el suelo, era mi puerta de escape de ese condenado castillo. No estaba seguro de que quisiera largarme corriendo y dejar en la prisión a Seth y a Astor.—No me marcharé. —declaré, después de meditarlo unos cuantos minutos.Pude ver como se enfadaban en el momento preciso.—¿Qué? ¿A qué te refieres? —preguntó Teo, gruñendo, ese chico no controlaba la rabia del lobo todavía, era un peligro andante.—No abandonaré a mi hermano y a Seth en la prisión.Esta vez, las expresiones de su rostro cambiaron, Teo estaba afligido.—Escúchenme, ustedes deben marcharse y esconderse en un sitio seguro. Deberán encomendarle a Ciro que los proteja porque es el que está más cerca. —dije, con un comienzo de sonrisa, estaba agradecido con ellos por su esfuerzo. —Si usaré esta armadura, pero no para marcharme. Necesitaré esconderme hasta la ejecución, allí actuaré.—¿Atacarás ese día? —preguntó Susan, con los ojos muy abiertos. —Pero si te
(Narra Eva)Mi cuerpo se hallaba un tanto adolorido después de que los trances cesaran. Seguía viendo a Daren en muchos y a Astor en otros, lo cual era completamente desconcertante para mí. Esperaba que fuera una especie de señal. Tenía que estar más predispuesta a interpretar las visiones y eso solo podría lograrse con más concentración. O al menos eso creía, pero al comentárselo a Maya se mostró en desacuerdo.—No pases tanto tiempo dormida, no te hará un bien. —dijo ella, negando con la cabeza.Ciro todavía no regresaba, pero eso poca relevancia tenía ahora. Ese día partiríamos rumbo a la ciudad con la nueva estrategia del rey para asistir a la ejecución y comenzar con el rescate. Ella esperaba poder buscarlos en la ciudad, no había otra explicación lógica para sus repentinas desapariciones. Ninguno estaba muerto en el bosque, los soldados que regresaron por parte del rey lo corroboraron.Cuando nos dieron la terrible noticia fue tarde como para actuar. Los lobos que habían intenta
(Narra Louis)El día de la ejecución por fin llegó y eso fue un motivo suficiente para que al fin me levantara temprano. Divisé que Lilia no durmió a mi lado, estaba en el sofá con su ceño fruncido de siempre. Comenzaba a molestarme tener que verla todos los días ni bien abriera los ojos. Era peor que madrugar.—Hoy se deciden muchas cosas. ¿Lo sabes? —preguntó, sin darme tiempo siquiera a estirar mi espalda.Decidí ignorarla hasta que tuviera humor para responderle. No era de las personas que tenían la capacidad de hablar ni bien se despertaban. Eso la impacientó, su cara empezaba a contraerse en una mueca de enojo.—Tienes que tomarlo en serio. Sabes lo que ocurrirá, alguien vendrá a querer salvarlos. Louis, si no tienes cuidado pueden arrebatarte la victoria y el ejecutado serás tú. No comprendo como es que puedes dormir con toda la guerra viniendo sobre ti nuevamente. —respiró, haciendo una pausa, para poder continuar con el sermón. —Al parecer cualquier cosa es más importante que
(Narra Teo)El castillo por fuera era mucho más entretenido, bajo mi óptica de lobo. Subir y bajar trepando con ayuda de mis garras se tornó cada vez más sencillo. Primero, comencé a explorar la parte de arriba, en los techos, porque eran tan extensos que pan comido recorrerlos de punta a punta. Había muchos escondites que divisé en los cuales entraba sin ningún problema. Puntos en especifico entre las torres, otros cerca de las chimeneas.Escuchaba varios pasos y entonces ponía a prueba mi velocidad, pero nadie se asomaba hacía afuera como para poder descubrirme. Tenía esa ventaja.Con el pasar de las horas, no pude evitar querer bajar por las paredes hacia las mazmorras. La voz de Gale en mi cabeza me decía que no lo hiciera, eso si sería un nivel de peligro mucho más avanzado y seguramente me lo prohibiría si llegaba a preguntárselo. No lograba contener el impulso y el peligro cada vez me importaba menos.Las conversaciones todas decían lo mismo, la ansiedad por el evento de la eje
(Narra Seth)El silencio en las celdas era algo apreciable con el pasar de los días. Los guardias gritaban tanto y siempre tenían una estrategia nueva para torturarme. Al menos a mí, porque Astor no parecía afectarse por nada.Trataba de hablarle para que escuchara una voz del mundo real. Tenía que despertar a tiempo para su ejecución, era de vital importancia que así fuera. Quedaba poco tiempo, confiaba en que el preparado de Ciro fuera eficaz y nos diera una ventaja sobre toda la caballería que estaría lista para matarnos.Escuché los pasos que venían corriendo hacia las celdas y traté de olfatear, pero mis instintos se habían reducido bastante con el encierro.Al verlo entrar pensé que estaba alucinando.—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, casi en un hilo de voz, todavía no podía creer que era real.Teo estaba allí, en frente, con su forma de lobo que era todavía un cachorro. Llevaba sangre en el pelaje y eso me preocupó. Él pudo notarlo.—Tuve que pelear para que no te cortaran
(Narra Eva)Tomé aire mientras caminábamos, Lucy se aferraba a mi con fuerza, buscaba esa estabilidad que necesitábamos tanto. Nadie podía protegernos, me decía a mi misma, teníamos que abrir ese camino.Las tropas del rey parecían un mal chiste, en comparación con las que contaba actualmente Louis. Las diferencias eran rotundamente aplastantes, cuando nos vieran llegar nos repelerían como a moscas y nos aplastarían. Debía suceder prácticamente un milagro para que pudiéramos llegar hasta Louis y hacerlo un prisionero, como era el plan del rey.En el fondo sabía que era una maniobra que dejaba ver la desesperación que portaba ese hombre. El solo quería recuperar su castillo y nada más le importaba tanto, su valentía repentina se debía a ese objetivo egoísta solamente. Allí radicaba la fuerza que intentó imponernos, por ello jamás sería real.El amor que me impulsaba era mucho más real para mí. Mis esperanzas de reencontrarme con Astor estaban intactas. Maya había tenido la razón, en es
(Narra Louis)—Yo soy el cazador de las tres bestias. —declaré a la multitud que me aplaudía, olfateando su adrenalina de espectadores ansiosos. Era un aplauso embriagador en su totalidad, recibir esa clase de laureles antes de mi rotunda victoria.Llevaba mi corona puesta, brillante como lo era también yo. Mi título era otorgado por la hazaña más increíble que un rey pudiera haber contado en la historia entera. Nadie jamás había cazado a un oso blanco, mucho menos a un lobo al mismo tiempo y, además, a su propio terrible padre. Esas eran mis tres bestias despreciables.El evento se desplegaba, todos podían ver los espectáculos que tenía planeados y las personas estaban felices. Los corazones de todos amaban las fiestas, porque eran un respiro en esta guerra tan tediosa y larga.Lilia llevaba un vestido que la hacía ver, con mis ojos de buen humor, incluso bonita. Estaba sentada a mi lado, con las manos en su regazo y una amplia sonrisa. Seguramente visualizaba a su odiada condesa, a