(Narra Teo)El castillo por fuera era mucho más entretenido, bajo mi óptica de lobo. Subir y bajar trepando con ayuda de mis garras se tornó cada vez más sencillo. Primero, comencé a explorar la parte de arriba, en los techos, porque eran tan extensos que pan comido recorrerlos de punta a punta. Había muchos escondites que divisé en los cuales entraba sin ningún problema. Puntos en especifico entre las torres, otros cerca de las chimeneas.Escuchaba varios pasos y entonces ponía a prueba mi velocidad, pero nadie se asomaba hacía afuera como para poder descubrirme. Tenía esa ventaja.Con el pasar de las horas, no pude evitar querer bajar por las paredes hacia las mazmorras. La voz de Gale en mi cabeza me decía que no lo hiciera, eso si sería un nivel de peligro mucho más avanzado y seguramente me lo prohibiría si llegaba a preguntárselo. No lograba contener el impulso y el peligro cada vez me importaba menos.Las conversaciones todas decían lo mismo, la ansiedad por el evento de la eje
(Narra Seth)El silencio en las celdas era algo apreciable con el pasar de los días. Los guardias gritaban tanto y siempre tenían una estrategia nueva para torturarme. Al menos a mí, porque Astor no parecía afectarse por nada.Trataba de hablarle para que escuchara una voz del mundo real. Tenía que despertar a tiempo para su ejecución, era de vital importancia que así fuera. Quedaba poco tiempo, confiaba en que el preparado de Ciro fuera eficaz y nos diera una ventaja sobre toda la caballería que estaría lista para matarnos.Escuché los pasos que venían corriendo hacia las celdas y traté de olfatear, pero mis instintos se habían reducido bastante con el encierro.Al verlo entrar pensé que estaba alucinando.—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, casi en un hilo de voz, todavía no podía creer que era real.Teo estaba allí, en frente, con su forma de lobo que era todavía un cachorro. Llevaba sangre en el pelaje y eso me preocupó. Él pudo notarlo.—Tuve que pelear para que no te cortaran
(Narra Eva)Tomé aire mientras caminábamos, Lucy se aferraba a mi con fuerza, buscaba esa estabilidad que necesitábamos tanto. Nadie podía protegernos, me decía a mi misma, teníamos que abrir ese camino.Las tropas del rey parecían un mal chiste, en comparación con las que contaba actualmente Louis. Las diferencias eran rotundamente aplastantes, cuando nos vieran llegar nos repelerían como a moscas y nos aplastarían. Debía suceder prácticamente un milagro para que pudiéramos llegar hasta Louis y hacerlo un prisionero, como era el plan del rey.En el fondo sabía que era una maniobra que dejaba ver la desesperación que portaba ese hombre. El solo quería recuperar su castillo y nada más le importaba tanto, su valentía repentina se debía a ese objetivo egoísta solamente. Allí radicaba la fuerza que intentó imponernos, por ello jamás sería real.El amor que me impulsaba era mucho más real para mí. Mis esperanzas de reencontrarme con Astor estaban intactas. Maya había tenido la razón, en es
(Narra Louis)—Yo soy el cazador de las tres bestias. —declaré a la multitud que me aplaudía, olfateando su adrenalina de espectadores ansiosos. Era un aplauso embriagador en su totalidad, recibir esa clase de laureles antes de mi rotunda victoria.Llevaba mi corona puesta, brillante como lo era también yo. Mi título era otorgado por la hazaña más increíble que un rey pudiera haber contado en la historia entera. Nadie jamás había cazado a un oso blanco, mucho menos a un lobo al mismo tiempo y, además, a su propio terrible padre. Esas eran mis tres bestias despreciables.El evento se desplegaba, todos podían ver los espectáculos que tenía planeados y las personas estaban felices. Los corazones de todos amaban las fiestas, porque eran un respiro en esta guerra tan tediosa y larga.Lilia llevaba un vestido que la hacía ver, con mis ojos de buen humor, incluso bonita. Estaba sentada a mi lado, con las manos en su regazo y una amplia sonrisa. Seguramente visualizaba a su odiada condesa, a
(Narra Eva)Sostuve a Lucy entre mis brazos cuando las personas comenzaron a clamar alegres la muerte de Lito.—¡Está muerto! —gritaban todos, una voz que era imposible de rechazar para nuestros oídos.Ella lloraba en mis brazos, con la desesperación tomando su cuerpo. No la dejaría caerse para que le hicieran daño.El rey estaba a una distancia considerable, pero mi vista se había agudizado. Podía ver como observaba a su hijo con una mezcla de admiración y miedo al mismo tiempo. Louis se convirtió en un oponente tan difícil de vencer en un tiempo muy corto.Debió capturar a Lito cuando cazaba al resto de los lobos que buscaron regresar a sus hogares para huir lo más lejos posible. Allí debió comandar una tropa para intentar salvarlos, lo intuía, aunque no se podía saber a ciencia cierta cual habría sido su plan.La cantidad de personas que había allí era aplastante, no conseguía respirar con facilidad porque el oxígeno parecía escasear. Los festejos eran tan crueles, no me entraba en
(Narra Gale)El plan marchaba casi como lo habíamos planeado, siendo que Astor logró liberarse de las cadenas como si nada gracias al efecto de la preparación de Ciro. Eso le habría dado las energías suficientes para no ser ejecutado. Me maldije a mí mismo por no acabar con Louis cuando tuve la preciada oportunidad. Yo estaba en el momento justo, había saltado sobre él y si hubiera tenido un poco más de tiempo lo habría matado de una vez por todas. Un guardia me insertó el tiro de la ballesta en mi pata izquierda trasera, eso me obligó a tener que detenerme por el aullido de dolor que solté. Allí los otros soldados llegaron hacia mí y me obligaron a tener que defenderme de su ataque, liberando a Louis de las garras de la muerte. Se lo estaban llevando y yo solo tuve dos caminos a tomar.Pero Seth seguía encadenado y los soldados tenían órdenes de matarlo antes de que comenzara a generar más problemas. Tomé el camino de salvarlo porque era lo correcto, sabía que si fuera al revés el t
(Narra Eva)Teo estaba gruñendo como un cachorro de lobo valiente, eso me hizo sonreír. Yo lo había conocido cuando era solo un niño pequeño y asustado, el día que Seth lo rescató del sitio en el que Ruth lo mantenía cautivo y aislado del mundo.—No comprendo lo que ocurre… —comenzó a decir Lucy.Yo tampoco poseía muchas respuestas, al intentar reconocer las banderas me había quedado más confundida que antes. Solo nos quedaba rogar porque no fueran enemigos, si lo eran, nuestro tiempo de morir llegaría abruptamente. Mi vista no lograba divisar los rostros de los hombres.Los segundos de espera fueron los más eternos que alguien pudiera haber soñado, una auténtica pesadilla para nosotros tres. Tomé la mano de Lucy y la de Teo, para seguir juntos en el caso de que hubiera que pelear de cerca.Los soldados nuevos atacaron a los hombres del príncipe Louis, haciendo que al fin mi respiración regresara a la normalidad.—¡Son aliados! —gritó Teo, esperanzado y con los ojos brillantes.Tambié
(Narra Felipe)Mi caballería los estaba aplastando y el sentimiento de victoria, siempre sería más gratificante cuando fuera robado. Le arrebaté ese tan preciado triunfo a Louis y ver su cara soberbia siendo humillada, no tendría ningún precio que le hiciera justicia.La sonrisa dibujada en mi rostro parecía no poder borrarse con nada. Bebí de mi cantimplora el añejado vino que reservé para la ocasión. Las cosas estaban saliéndome muy bien, una espera larga para mi vida de lucha en la cual no pude descansar por nada.Arrebatarle la corona era mi fin último, para dársela al rey que me apoyaba y me había dado el poder de ganar. El ejercito que yo traía, sin duda alguna, había sido muy difícil de ganar y me costó bastante dolor.Todo se iluminaría con el pasar de la batalla, como sí el sol solo estuviera brillando para mí en su exclusividad. Esa era una sensación tan embriagadora que podría volverme adicto a ella. Mis hombres estaban luchando con todo lo que tenían, su fuerza como caball