(Narra Teo)No me habían invitado a la reunión en la tienda real, yo no tenía edad para esa clase de discusiones y mi opinión poco valía. Quería asistir, era un deseo que latía en mi con fuerza, porque debía ayudar a Seth, el mejor padre que había tenido. Imaginé una vida tranquila con ellos, en otra casa, una en la que estuviéramos seguros y al fin pudiera darme el lujo de vivir en una familia normal. En la que yo escogí, que era lo más importante para mí.Al verlos salir de allí sin esperanza en sus ojos imaginé que no habían llegado a un buen acuerdo. Fue en ese instante en el cual el instinto comenzó a poseerme, mi instinto de lobo que creí casi inexistente, al ser un cachorro inexperto. Comenzó como un zumbido en mi oreja, que continuó en un temblor en mi pie izquierdo. Esa sensación no se quitaba y recorría enteramente mi cuerpo. El tiempo parecía congelarme y mis patas comenzaron a andar solas sin un rumbo conocido. Estaba saliendo del campamento de las tropas del rey, alejándo
(Narra Lilia)Mi noche había resultado esplendida después de esa victoria embriagadora que me hizo tocar el cielo con las manos. Incluso Louis y yo parecíamos llevarnos mejor ante esa buena fortuna. Me encontraba de un humor maravilloso, esa capacidad tenía la victoria en mí, de sacudir toda esa amargura que a veces cargaba en mi espalda.Mi consciencia me decía que las mentiras saldrían a la luz tarde o temprano, cuando menos lo imaginara. Louis era asusto y me hizo entender que sabía que algo conmigo andaba mal. Esas advertencias no pasaron desapercibidas en mí. Era un abismo en el cual caer no era permitido. Desde que era una niña se me había ordenado que obedeciera, que fuera una dama, que mantuviera siempre la compostura y me mostrara cordial. Eran las enseñanzas que nunca pude llevar a cabo y aquí estaba, como la nueva reina de la ciudad y nadie podía hacer nada para cambiarlo.Sonreí, mirándome al espejo con la corona sobre me cabeza. Se me veía esplendida. En el pasado, había
(Narra Gale)El dolor de las quemaduras imposibilitaba mi capacidad de razonar con claridad. No debía haber nada peor que estar quemado, mi pelaje había soportado hasta donde pudo, pero las llamas habían alcanzado mi piel. No quería ni siquiera ver como había quedado de herido mi cuerpo en mi forma humana. Prefería estar como un lobo, para sanar más rápido, aunque tardara mucho de igual modo.El humo que me hacía toser no se expulsaba fácilmente de mi cuerpo. Cada vez que tosía parecía como si me doliera cada parte de todos los órganos que poseía.Seth estaba mejor, pero no podía decir lo mismo de mi hermano. Astor estaba en un estado terrible y no solo porque había sido golpeado por el proyectil de un cañón directamente. Sino porqué, su mente ya no estaba como siempre y no parecía mejorar. Cada vez que un rayo de lucidez se asomaba venían a inyectarle más sustancias.A pesar de que era un hombre sumamente fuerte dudaba que pudiera seguir resistiendo. Que muriera no era el peor de mis
(Narra Louis)Descansaba todavía en mi alcoba, jamás había sido sencillo para mí levantarme temprano y arrastré eso toda mi juventud. Quería demostrar cosas hace algunos años, mostrarle a mi padre y la corte entera que era un digno hijo y príncipe. El nunca lo pensó así, decía que solo era un vil holgazán que se levantaba para fastidiar y ya, como si no hiciera nada útil por el reino. Esa era la impresión que tuvo de mí siempre.El mantenía las apariencias, era como si ensayara un discurso por la mañana para llevarlo a cabo durante el día, nada con el era improvisado. No me salía muy bien fingir y desde niño arruiné las cosas.Recordé, uno de los momentos más humillantes de mi infancia, cuando mi padre estaba planeando la boda de un señor importante al que casi ni recuerdo salvo por su nombre. Si no me equivoco se llamaba Rust o algo así.El buscaba que las cosas siempre se vieran perfectas y el azar nunca caminaba por sus pasillos. Así era también mi vida, todo ya tenía un porque y u
(Narra Eva)Mi cabeza retumbaba sin piedad en ese tambor incesante. La orquesta del rey intentaba darnos ánimos mientras, esperábamos la fecha exacta de la ejecución para al fin actuar. Quedarme con los brazos cruzados era para mí el peor veneno, estando tan cerca del castillo para intentar darlo todo para recuperar al hombre que amaba.Me sentía encerrada nuevamente, como mis días en la torre, cuando lloraba en silencio para que nadie me escuchara ni me golpeara. Recuerdo como Felipe me prohibió tantas veces hacer ruido incluso con el llanto, porque eso lo fastidiaba, hacía que me maltratara todavía más. Si cerraba los ojos incluso podía escuchar nuevamente sus gritos, la forma en la que me sometía, el dolor de mi piel al ser flagelada. Los azotes no provocaban tanto sufrimiento como cuando quería estar dentro de mí, allí, conocía el verdadero infierno.La espera me consumía poco a poco, necesitaba hacer algo de inmediato para cambiar las cosas. Astor estaba allí, moribundo y quizás
Narra Gale)Lilia esperaba su respuesta, era una verdadera bruja y me prometí que la mataría, lo haría cuando pudiera, no dejaría pasar esa oportunidad. No quería hacerle caso y lo peor yacía en que era la única opción que nos quedaba. El tiempo se los agotaba conforme las sustancias entraban en el cuerpo de mi hermano, caminábamos por una cuerda floja, un hilo que parecía querer cortarse.—¿Qué pasa, muchachos, se acobardan ante hacer el amor? Son bestias… Esperaba más ferocidad… —me miró, examinándome de pies a cabeza. —No sean tímidos, van a decir que no sería agradable pasar un buen rato…Ella soltó una risa larga, que interrumpía mis constantes pensamientos.No sabía cuanto tiempo más resistiría Astor antes de que explotara, pero entendía, que ese momento llegaría si ninguno de los dos accedía a acostarse con esa mujer. Lilia era despiadada y lo demostraba en cada acto.—No le des importancia, quiere mostrar su poder. —dijo Seth, soltando un gruñido.No era tan fácil como eso.Li
(Narra Lilia)Él estaba haciendo tal cual lo que imaginé en todas mis húmedas fantasías. Había querido experimentar ese placer desde que los vi acompañando a Eva y luego, pasé noches enteras fantaseando que tenía a uno de esos hombres en mi cuarto solo para mí.Tenía un vigor más grande y fuerte que un hombre normal, su miembro tenía un buen tamaño, mejor que el de Louis y eso, me estaba haciendo ir por el cuarto orgasmo. No quería que se detuviera nunca, no creí sentir dentro de mí semejante fuerza.El me apoyaba contra la pared mientras me penetraba sin piedad, como toda una bestia salvaje. Jalaba mi cabello, pasando sus manos por mis senos y apretando mi cuello. Mi humedad parecía no conocer límites.Necesitaba que se quedara, que me hiciera suya todo el tiempo, no volvería a poder vivir sin ese placer. Era tan intenso, una sensación completamente nueva para mí. Mi ropa estaba hecha jirones en el suelo y mi desnudez expuesta en las mazmorras y poco me importaba. Solo quería que me
(Narra Gale)Con la sangre de todas esas personas en mis garras corrí con toda la fuerza que mis patas me permitieron, sin volver la vista hacía atrás. Me quedé encerrado en una de las pequeñas habitaciones de servicio bañado en sangre, trabando la puerta con todo lo que encontré y cubriendo las ventanas. No podía salir y enfrentarme a todos los soldados en mis condiciones, la fuerza lentamente se me estaba agotando y necesitaba descansar.El tiempo era crucial para mí, necesitaba que hallar un hueco y una distracción para entrar a la botica del castillo y romper absolutamente todas las sustancias que allí hubiera, solo así haríamos que Astor se recuperara y pudiéramos escapar. Estaba buscando el momento indicado y mirando por una grieta, pero las personas estaban amontonadas en otra de las habitaciones que alcanzaba a divisar. Allí había muchos nobles, mujeres mayores y algunas jóvenes, incluso caballeros y todos lloraban, diciendo palabras que no alcanzaba a comprender. Eran muchas