El primer contacto fue suave, casi como una pregunta. Pero cuando Axara respondió, entreabriendo sus labios y buscando más, Cael dejó de contenerse. El beso se volvió intenso, profundo, como si intentara robarle el aire y darle el suyo. Las manos de él se deslizaron por su cintura, atrayéndola hacia su cuerpo hasta que no quedó espacio entre ellos. Axara no podía pensar, no podía hacer otra cosa que perderse en la forma en que él la hacía sentir. Sus dedos se aferraron a la tela de la camisa de Cael, sus labios moviéndose en sincronía con los de él. Era una danza de pasión, un choque de emociones que no podía ser contenido. Sin dejar de besarla, Cael la levantó con facilidad, sus manos firmes sujetándola por las caderas. Ella se aferró a sus hombros, su cuerpo temblando ante la fuerza y el control que él irradiaba. La llevó hacia la cama, sus movimientos seguros, pero cargados de urgencia. Cuando la depositó suavemente sobre el colchón, sus ojos recorrieron su cuerpo, deteniéndose
Axara dejó los folletos sobre la mesa y suspiró profundamente antes de girarse hacia él.-Cael... el jefe de esa área me da escalofríos. Es más cruel que tú. Y eso ya es mucho decir.Él rió con una calidez que contrastaba con la descripción que acababa de escuchar.-¿Más cruel que yo? No sabía que tenías tan mala opinión de mí -bromeó, sonriendo mientras rodeaba su cintura con ambos brazos.-No lo digo en serio... bueno, tal vez un poco -respondió ella con una sonrisa traviesa-. Pero en serio, ese Derek Ferrer es intimidante.-Derek puede ser duro, lo admito, pero no es nada que un poco de amor no pueda ablandar -dijo con un tono que mezclaba broma y sinceridad.Axara se detuvo a mirarlo, con una ceja levantada.-¿Hablas de Derek o de ti mismo?-De ambos, supongo. Tú me has cambiado, Axara. Quizás él solo necesita a alguien como tú para darle una lección... o simplemente aprender a ser más humano.Ella dejó escapar una risa ligera y acarició suavemente el rostro de Cael antes de darl
Las dos caminaron juntas de regreso al área de diseño, con Amanda luciendo un poco más aliviada. Sin embargo, mientras Axara la observaba, no podía evitar pensar en cómo lidiar con Derek Ferrer, un hombre que, según Amanda, parecía disfrutar de complicar la vida de los demás. Esa preocupación quedaría pendiente, pero algo era seguro: no iba a permitir que su amiga siguiera sufriendo en silencio.Axara irrumpió en la oficina que compartía con Cael, dejando que la puerta se cerrara con un estruendo que reverberó por toda la habitación. El sonido hizo que Cael, quien estaba revisando unos documentos en su escritorio, alzara la mirada con una mezcla de sorpresa y preocupación.-Nena, ¿qué pasa? Me asustaste -dijo con voz tranquila, pero sus ojos mostraban claramente la inquietud que sentía al verla tan alterada.Axara, con el rostro encendido de ira y las manos temblando, cruzó los brazos mientras trataba de calmarse. Sin embargo, las palabras comenzaron a salir de su boca sin filtro, com
Al salir, encontró a Amanda aún cerca de su escritorio. La joven lo miró con los ojos muy abiertos, claramente impresionada por lo que acababa de ocurrir.-Todo estará bien ahora, Amanda -dijo Cael con una pequeña sonrisa que buscaba tranquilizarla-. Si tienes más problemas, no dudes en venir directamente a mí.Amanda asintió, con un brillo de gratitud en sus ojos.-Gracias, señor Van Der Wijk.Cael le dio una palmada ligera en el hombro antes de regresar por el pasillo, con la certeza de que había dejado un mensaje claro. Nadie en su empresa se atrevería a cruzar esa línea otra vez.Amanda sentía un nudo en el estómago mientras escuchaba su nombre retumbar desde la oficina de Derek Ferrer. Su voz gutural y furiosa no era algo que se pudiera ignorar. Con los nervios a flor de piel, tomó aire y avanzó hacia la puerta, cada paso resonando en su cabeza como un tambor. Cuando la empujó para entrar, lo encontró al otro lado, de pie y claramente fuera de sí. Su rostro estaba endurecido por
Derek no respondió de inmediato. Su rostro estaba peligrosamente cerca del de ella, y aunque no la tocaba, la proximidad era abrumadora. Había algo en su expresión que no lograba descifrar, una mezcla de frustración, rabia y algo más que no se atrevía a nombrar.-Encontraré algo mejor, Amanda -murmuró finalmente, su voz baja y llena de una extraña convicción.Amanda frunció el ceño, confusa y aterrorizada por sus palabras.-¿Qué quiere decir con eso? -preguntó, intentando moverse, pero el espacio limitado la mantenía fija en su lugar.Derek no respondió. Su mirada se sostuvo un momento más sobre ella antes de dar un paso hacia atrás, liberándola de la prisión de sus brazos. La intensidad en su rostro no disminuyó, pero se apartó lo suficiente como para que ella pudiera alcanzar el pomo de la puerta nuevamente.Sin esperar una segunda oportunidad, Amanda abrió la puerta y salió apresuradamente, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza desbocada. Apenas cruzó el umbral, dejó escapar u
Los planes para Style Van Company avanzaban con éxito rotundo. La colección de invierno había conquistado a un público diverso, algo que nunca se había logrado en esa magnitud. Axara, con su visión innovadora y empatía, había conseguido abrir las puertas de la marca a personas con presupuestos más modestos, una idea que inicialmente parecía un riesgo para el equipo de finanzas. Sin embargo, los resultados no dejaban lugar a dudas: esa decisión había expandido no solo los ingresos de la empresa, sino también su alcance e impacto social.Cael estaba en su despacho revisando los reportes finales de ventas cuando vio a Axara entrar. Vestía una camisa ligera que dejaba entrever su estilo desenfadado pero elegante, y el cabello recogido le daba un aire de profesionalismo que lo tenía fascinado. Sin dudar, se levantó de su silla y la abrazó por la cintura, atrayéndola hacia él con una ternura que contrastaba con su carácter usualmente reservado en el trabajo.-Amor, déjame decirte que estoy
Axara salió de la empresa minutos después de que Cael lo hiciera. Aunque llevaban meses juntos, y su relación era sólida, el miedo persistía. No quería que los empleados supieran que mantenía una relación con su jefe, ni que descubrieran que ya vivía con él y su hijo en la imponente mansión familiar. A pesar de estar profundamente enamorada, el temor de que alguien usara su relación o su pasado para perjudicar a Cael o al pequeño Gael la mantenía alerta.Mientras caminaba hacia el estacionamiento, miró de un lado a otro para asegurarse de que nadie la siguiera. Las luces de los faroles iluminaban tenuemente el lugar, y cuando divisó el coche de Cael, su pecho se relajó. Al abrir la puerta y subir, lo primero que vio fue la cálida sonrisa de su pareja.-¿Todo bien? -preguntó él, extendiendo una mano para tomar la suya por un breve instante.-Sí, pero a veces siento que esto es demasiado complicado. No me gusta esconder lo que siento por ti, pero tampoco quiero que nos expongamos -respo
Cuando entraron a la heladería, el aire estaba impregnado de dulzura. Los pocos clientes que había parecían absortos en sus propias conversaciones o en el brillo de sus pantallas. El lugar era acogedor, con luces cálidas y un mostrador lleno de vitrinas que mostraban una infinidad de sabores y colores. Gael, con sus ojos brillando de emoción, se acercó al mostrador, quedándose maravillado ante las opciones.-¡Papi, mira todos los sabores que hay! -exclamó el niño, apoyando las manos en el vidrio y mirando con fascinación.Cael se inclinó a su altura, señalando los sabores uno por uno.-¿Cuál quieres, campeón?Gael lo pensó detenidamente, como si estuviera a punto de tomar una decisión trascendental. Finalmente, sonrió ampliamente.-Quiero de chocolate, caramelo y oreo... ¿puede ser todo eso, papi?Cael rió con ternura ante la petición.-Claro que sí, mi amor. Todos los sabores que desees -dijo, inclinándose para besar la mejilla de su hijo.Mientras tanto, Axara permanecía unos pasos