Axara salió de la empresa minutos después de que Cael lo hiciera. Aunque llevaban meses juntos, y su relación era sólida, el miedo persistía. No quería que los empleados supieran que mantenía una relación con su jefe, ni que descubrieran que ya vivía con él y su hijo en la imponente mansión familiar. A pesar de estar profundamente enamorada, el temor de que alguien usara su relación o su pasado para perjudicar a Cael o al pequeño Gael la mantenía alerta.Mientras caminaba hacia el estacionamiento, miró de un lado a otro para asegurarse de que nadie la siguiera. Las luces de los faroles iluminaban tenuemente el lugar, y cuando divisó el coche de Cael, su pecho se relajó. Al abrir la puerta y subir, lo primero que vio fue la cálida sonrisa de su pareja.-¿Todo bien? -preguntó él, extendiendo una mano para tomar la suya por un breve instante.-Sí, pero a veces siento que esto es demasiado complicado. No me gusta esconder lo que siento por ti, pero tampoco quiero que nos expongamos -respo
Cuando entraron a la heladería, el aire estaba impregnado de dulzura. Los pocos clientes que había parecían absortos en sus propias conversaciones o en el brillo de sus pantallas. El lugar era acogedor, con luces cálidas y un mostrador lleno de vitrinas que mostraban una infinidad de sabores y colores. Gael, con sus ojos brillando de emoción, se acercó al mostrador, quedándose maravillado ante las opciones.-¡Papi, mira todos los sabores que hay! -exclamó el niño, apoyando las manos en el vidrio y mirando con fascinación.Cael se inclinó a su altura, señalando los sabores uno por uno.-¿Cuál quieres, campeón?Gael lo pensó detenidamente, como si estuviera a punto de tomar una decisión trascendental. Finalmente, sonrió ampliamente.-Quiero de chocolate, caramelo y oreo... ¿puede ser todo eso, papi?Cael rió con ternura ante la petición.-Claro que sí, mi amor. Todos los sabores que desees -dijo, inclinándose para besar la mejilla de su hijo.Mientras tanto, Axara permanecía unos pasos
El sol apenas comenzaba a filtrarse por las ventanas de la habitación, iluminando suavemente el rostro de Cael, quien dormía profundamente a su lado. Axara lo observó por unos instantes, sintiendo una mezcla de emociones que oscilaban entre el amor y la ansiedad. Verlo tan tranquilo y sereno le provocaba una ligera alegría, pero al mismo tiempo, su mente no dejaba de analizar todo lo que estaba ocurriendo.Si realmente estaba embarazada, tener un hijo de Cael sería la mayor bendición de su vida. Pero la realidad pesaba: su relación seguía siendo un secreto, y ahora podría complicarse aún más con un bebé en camino. ¿Cómo podríamos manejarlo todo? pensó. Entre sus dudas y esperanzas, el tiempo pasó rápido. Miró el despertador. Eran las seis y media de la mañana, un horario en el que normalmente ya estarían levantados y listos para el trabajo. Sin embargo, era sábado, y decidió dejar que Cael descansara un poco más.Se levantó con cuidado para no despertarlo, tomó una ducha rápida, pero
Axara caminaba con paso ligero después de salir de la farmacia, el pequeño paquete cuidadosamente guardado en su bolso. Su corazón latía rápido, pero no por la prueba en sí, sino por las preguntas que la asaltaban: ¿Qué haré si es positivo? ¿Cómo se lo diré a Cael? Intentando despejarse, decidió caminar sin rumbo fijo por las calles de Londres.Las vidrieras de las tiendas la distraían con su elegante ropa y accesorios. Incluso reconoció algunas piezas de la nueva colección de invierno que la empresa de Cael había lanzado recientemente. Se sintió orgullosa al ver los escaparates decorados con los frutos del arduo trabajo de la compañía.Sin embargo, fue una tienda infantil la que captó toda su atención. Los colores pastel de la decoración, los diminutos conjuntos de ropa y los juguetes dispuestos perfectamente la invitaron a entrar casi sin darse cuenta. Axara recorrió el lugar con una mezcla de nostalgia y emoción. Sus manos tocaron suavemente un pequeño body blanco con un dibujo de
Cael se movía de un lado a otro frente al baño, las manos enterradas en los bolsillos de su pantalón, intentando controlar el temblor de sus dedos. Suspiraba profundamente, pero ningún intento de calmarse parecía funcionar. De vez en cuando, lanzaba miradas furtivas hacia la puerta del baño, como si eso pudiera acelerar el tiempo.-Entonces... estás embarazada, ¿verdad? -preguntó con una voz cargada de ansiedad y emoción.Desde el otro lado de la puerta, la voz de Axara sonó suave pero cargada de una mezcla de nerviosismo y ternura.-Amor, te dije que debemos esperar cinco minutos para el resultado -dijo ella con una pequeña risa nerviosa.Cael se detuvo un momento y apoyó la frente contra la fría pared junto a la puerta.-Perdóname, Axara. Perdóname por ser tan estúpido antes... No sé cómo pude ser tan ciego. Está claro que Laura quería manipularme, alejarme de ti.Axara abrió un poco la puerta, dejando asomar solo su cabeza, y lo miró. Su sonrisa tímida y sus ojos brillantes bastaro
La mañana siguiente comenzó con un torbellino de emociones. Gael corría por la mansión con la energía imparable de un niño emocionado.-¡Voy a tener un hermanito! -gritaba mientras iba de habitación en habitación, haciendo reír a los empleados con su entusiasmo. Axara observaba desde la sala con una mezcla de ternura y nerviosismo. Cael, por su parte, se mantenía sereno, aunque su mirada delataba que estaba en constante alerta.-Será mejor que nos preparemos -dijo él mientras tomaba las llaves del coche-. Hoy el mundo entero querrá mirarnos de cerca.Axara asintió en silencio, sintiendo el peso de las miradas que caerían sobre ellos, pero decidió que no dejaría que eso la intimidara.Al llegar a la empresa, la escena que los recibió fue aún peor de lo que habían imaginado. Cientos de periodistas rodeaban la entrada principal. Micrófonos, cámaras y flashes convertían el lugar en un verdadero caos. Las preguntas comenzaron a volar apenas pusieron un pie fuera del coche.-¡Señor Van Der
Axara se detuvo un momento, sorprendida por el título que la joven le había dado. Cael, sin embargo, sonrió ampliamente y respondió con confianza. -Buenos días. Prepárate, porque será un día largo. Y, con esas palabras, ambos continuaron hacia el ascensor, listos para enfrentar lo que el día les tuviera preparado. Las puertas del elevador se abrieron, y Axara salió junto a Cael. Sus manos entrelazadas transmitían un mensaje claro a todos: ya no había nada que ocultar. Caminaron con paso firme por el pasillo principal, rodeados de miradas curiosas y, en algunos casos, de murmullos apenas disimulados. Cael, como siempre, mantenía su postura elegante y autoritaria, mientras Axara intentaba concentrarse en el ruido de sus propios tacones para no dejarse intimidar. Cuando llegaron al área de oficinas, Carmen, la secretaria principal, los esperaba detrás de su escritorio. Su expresión era fría y severa, como si nunca hubiese aprobado ni comprendido la relación que ambos mantenían. -Bue
Axara entró en la oficina que compartía con Cael, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Trató de calmarse mientras lo veía concentrado en una pila de documentos, sus cejas ligeramente fruncidas. Respiró hondo y, tratando de no sonar desesperada, se acercó lentamente hacia él.—¿Qué pasa, amor? —preguntó Cael alzando la vista de los papeles, su tono sereno, aunque algo distraído.Axara tragó saliva, sus manos temblaban un poco mientras las cruzaba frente a su abdomen.—Ya lo descubrí, Cael. —Habló rápidamente, su voz apenas contenía la mezcla de enojo y angustia que sentía—. Derek le ha estado pasando información nuestra a Laura. Estoy segura de eso, incluso tengo pruebas. Acabo de ver las cámaras de seguridad de la empresa... ¡ella lo ha estado visitando!Cael dejó los papeles a un lado de inmediato. Se levantó de su silla con una rapidez que reflejaba tanto sorpresa como incredulidad. Su expresión cambió a una mezcla de ira y escepticismo.—No puede ser —dijo en un tono que ray