Axara sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, aunque no estaba segura de por qué. Tal vez era la sinceridad en sus palabras, o el hecho de que nunca había pensado que alguien como Cael pudiera quererla de esa manera.-Está bien... lo pensaré -dijo finalmente, su voz temblorosa.Cael asintió, inclinándose para besarla de nuevo, esta vez con una dulzura que la hizo sentir como si todo el peso del mundo desapareciera por un momento. Y en ese instante, Axara supo que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.El aroma a café recién hecho llenaba la cocina, mezclándose con el tenue sonido del aceite chisporroteando en la sartén. Axara movía con cuidado la espátula mientras preparaba el desayuno. A cada tanto, giraba la cabeza para mirar hacia el pasillo, esperando que Cael apareciera en cualquier momento. Había pasado un buen rato desde que él se había levantado, y aunque intentaba mantener la calma, no podía evitar sentir una ligera ansiedad por su presencia.De repente, una vo
Axara se inclinó sin pensarlo, recibiéndolo en un abrazo que la hizo sentir un calor inesperado en el pecho. Lo sostuvo con fuerza, dejando que la inocencia y la felicidad del niño la envolvieran por completo.-Claro que vine -dijo, sonriéndole mientras acariciaba su cabello-. Estoy aquí para que me muestres esos juguetes que tienes.Gael rió, lleno de emoción, y se separó apenas lo suficiente para mirarla a los ojos.-¡Tengo un avión nuevo que vuela de verdad! ¡Te lo voy a enseñar ahora mismo!Cael observaba la escena en silencio, con los brazos cruzados sobre el pecho. Su expresión, aunque contenida, mostraba un leve destello de algo que parecía ternura.-Gael -intervino con suavidad, aunque sin perder su tono autoritario-, primero déjala entrar a la casa. No querrás que se pierda todo lo demás por quedarse jugando contigo en el jardín, ¿verdad?Gael lo miró, luego volvió su atención a Axara y asintió con entusiasmo.-Está bien. Pero solo si me prometes que no te vas a ir rápido.-T
En ese momento, el ruido de pasos anunció la llegada de Cael, quien apareció con una bandeja en las manos y una sonrisa ligera en el rostro.-Espero que el pastel esté a la altura de las expectativas -bromeó, colocando la bandeja sobre la mesa.Axara lo miró, y en sus ojos había algo diferente, algo más cálido. Quizá, pensó, todo aquello que había comenzado a asustarla podía ser mucho más llevadero de lo que creía. Quizá, con ellos, podría encontrar un lugar al que pertenecer.Axara no podía evitar sonreír al ver la escena frente a ella. Cael, estaba inclinado junto a Gael, sosteniendo el avión de juguete mientras le explicaba cómo maniobrarlo con delicadeza. El entusiasmo del niño llenaba el jardín, y la conexión entre padre e hijo era evidente.-¡Eso es magnífico! -exclamó Axara, aplaudiendo con genuino entusiasmo cuando el avión comenzó a planear de manera estable gracias a las pequeñas manos de Gael.El niño levantó la vista hacia ella con una sonrisa radiante, claramente orgullos
Axara lo miró fijamente, tratando de procesar sus palabras. La culpa que él sentía, el peso que había cargado todo este tiempo... todo comenzaba a encajar.-Cael... yo no sabía... -comenzó a decir, pero él la interrumpió.-No tienes que disculparte por nada, Axara. Todo lo que quiero ahora es que sigamos adelante, que dejemos atrás lo que pasó.- Necesito decirte algo más, algo sobre como conseguí el empleo en tu empresa...Axara estaba de pie frente a Cael, su cuerpo temblando mientras las palabras se formaban torpemente en sus labios. Sabía que lo que estaba a punto de confesar podría cambiarlo todo, pero no podía seguir escondiendo esa verdad. Él la miraba con curiosidad, pero también con esa paciencia que la hacía sentir más vulnerable de lo que jamás había estado.-No estoy orgullosa de lo que hice, Cael -comenzó, su voz temblorosa mientras se frotaba las manos con nerviosismo. Las palabras parecían atraparse en su garganta, y la vergüenza que sentía era evidente.Cael no dijo na
El primer contacto fue suave, casi como una pregunta. Pero cuando Axara respondió, entreabriendo sus labios y buscando más, Cael dejó de contenerse. El beso se volvió intenso, profundo, como si intentara robarle el aire y darle el suyo. Las manos de él se deslizaron por su cintura, atrayéndola hacia su cuerpo hasta que no quedó espacio entre ellos. Axara no podía pensar, no podía hacer otra cosa que perderse en la forma en que él la hacía sentir. Sus dedos se aferraron a la tela de la camisa de Cael, sus labios moviéndose en sincronía con los de él. Era una danza de pasión, un choque de emociones que no podía ser contenido. Sin dejar de besarla, Cael la levantó con facilidad, sus manos firmes sujetándola por las caderas. Ella se aferró a sus hombros, su cuerpo temblando ante la fuerza y el control que él irradiaba. La llevó hacia la cama, sus movimientos seguros, pero cargados de urgencia. Cuando la depositó suavemente sobre el colchón, sus ojos recorrieron su cuerpo, deteniéndose
Axara dejó los folletos sobre la mesa y suspiró profundamente antes de girarse hacia él.-Cael... el jefe de esa área me da escalofríos. Es más cruel que tú. Y eso ya es mucho decir.Él rió con una calidez que contrastaba con la descripción que acababa de escuchar.-¿Más cruel que yo? No sabía que tenías tan mala opinión de mí -bromeó, sonriendo mientras rodeaba su cintura con ambos brazos.-No lo digo en serio... bueno, tal vez un poco -respondió ella con una sonrisa traviesa-. Pero en serio, ese Derek Ferrer es intimidante.-Derek puede ser duro, lo admito, pero no es nada que un poco de amor no pueda ablandar -dijo con un tono que mezclaba broma y sinceridad.Axara se detuvo a mirarlo, con una ceja levantada.-¿Hablas de Derek o de ti mismo?-De ambos, supongo. Tú me has cambiado, Axara. Quizás él solo necesita a alguien como tú para darle una lección... o simplemente aprender a ser más humano.Ella dejó escapar una risa ligera y acarició suavemente el rostro de Cael antes de darl
Las dos caminaron juntas de regreso al área de diseño, con Amanda luciendo un poco más aliviada. Sin embargo, mientras Axara la observaba, no podía evitar pensar en cómo lidiar con Derek Ferrer, un hombre que, según Amanda, parecía disfrutar de complicar la vida de los demás. Esa preocupación quedaría pendiente, pero algo era seguro: no iba a permitir que su amiga siguiera sufriendo en silencio.Axara irrumpió en la oficina que compartía con Cael, dejando que la puerta se cerrara con un estruendo que reverberó por toda la habitación. El sonido hizo que Cael, quien estaba revisando unos documentos en su escritorio, alzara la mirada con una mezcla de sorpresa y preocupación.-Nena, ¿qué pasa? Me asustaste -dijo con voz tranquila, pero sus ojos mostraban claramente la inquietud que sentía al verla tan alterada.Axara, con el rostro encendido de ira y las manos temblando, cruzó los brazos mientras trataba de calmarse. Sin embargo, las palabras comenzaron a salir de su boca sin filtro, com
Al salir, encontró a Amanda aún cerca de su escritorio. La joven lo miró con los ojos muy abiertos, claramente impresionada por lo que acababa de ocurrir.-Todo estará bien ahora, Amanda -dijo Cael con una pequeña sonrisa que buscaba tranquilizarla-. Si tienes más problemas, no dudes en venir directamente a mí.Amanda asintió, con un brillo de gratitud en sus ojos.-Gracias, señor Van Der Wijk.Cael le dio una palmada ligera en el hombro antes de regresar por el pasillo, con la certeza de que había dejado un mensaje claro. Nadie en su empresa se atrevería a cruzar esa línea otra vez.Amanda sentía un nudo en el estómago mientras escuchaba su nombre retumbar desde la oficina de Derek Ferrer. Su voz gutural y furiosa no era algo que se pudiera ignorar. Con los nervios a flor de piel, tomó aire y avanzó hacia la puerta, cada paso resonando en su cabeza como un tambor. Cuando la empujó para entrar, lo encontró al otro lado, de pie y claramente fuera de sí. Su rostro estaba endurecido por