El mundo pareció detenerse por un segundo. Axara sintió un nudo en el estómago y notó cómo Cael alzaba la mirada hacia ella, expectante, aunque no dijo nada. Era como si también esperara su respuesta, estudiándola con esa intensidad suya que siempre la ponía nerviosa.Ella se aclaró la garganta, alargando la mano hacia su copa de vino por inercia, pero se detuvo al recordar lo que iba a decir.-Ellos murieron, Gael -respondió con suavidad, aunque las palabras le dolieron más de lo que esperaba.El niño abrió los ojos, sorprendido, y luego bajó la mirada al plato.-Oh... lo siento, Axara.Axara le sonrió con ternura, tratando de aliviar la culpa que parecía invadir al pequeño.-No te preocupes, príncipe. Eso pasó hace mucho tiempo.Tomó la copa de vino, pero antes de que pudiera siquiera acercarla a sus labios, recordó su herida. Dejó la copa de inmediato y murmuró, más para sí misma que para los demás:-No puedo beber. Estoy tomando medicamentos por la herida.-Entonces toma de mi jug
El ascensor de cristal subía lentamente, reflejando el caos emocional que Axara intentaba ocultar bajo su apariencia tranquila. Su mente era un torbellino de pensamientos, incapaz de ignorar los sentimientos que Cael despertaba en ella, pero también desgarrada por la sensación de que estaba cruzando una línea peligrosa. Cada segundo dentro del ascensor se sentía eterno, y sus manos jugaban nerviosas con el borde de su bolso. Cuando finalmente las puertas se abrieron en el último piso, respiró hondo y caminó con la espalda recta, esforzándose por no mostrar el menor signo de incertidumbre.-Buenos días, Carmen -saludó Axara, dedicando una pequeña sonrisa a la secretaria que estaba absorta en su computadora.Carmen levantó la mirada y le devolvió una expresión neutra.-Buenos días, Axara. Ahora no puedes entrar. El señor Cael está reunido y me pidió que te quedaras aquí -dijo con profesionalismo, señalando los sofás de la sala de espera.Axara asintió despacio, aunque no pudo evitar que
El ambiente en la oficina estaba cargado de tensión. Cael mantenía sus ojos fijos en Axara, como si estuviera intentando descifrar sus pensamientos. Había algo en su mirada, algo que traspasaba las barreras de la formalidad y el autocontrol que solía tener.Axara sintió cómo el aire se hacía pesado, y sus propios pensamientos eran un caos. No pudo evitar notar cómo los ojos de Cael se desviaban a sus labios, y ese simple gesto la desarmó. Su corazón latía con fuerza, resonando en sus oídos.Fue entonces cuando tomó una decisión impulsiva. Sin pensarlo demasiado, cerró la distancia entre ellos y lo besó. Sus labios se encontraron con los de Cael en un gesto lleno de pasión y deseo reprimido.Cael reaccionó al instante, rodeándola con fuerza por la cintura, como si temiera que ella se apartara. Profundizó el beso, dejándose llevar por una emoción que lo había estado carcomiendo en silencio. En un movimiento fluido, la volteó y la presionó contra su escritorio, sosteniéndola con firmeza
Cael no reaccionó de inmediato, pero sus ojos la observaban con una intensidad que la hizo sentirse desnuda ante él. Finalmente, negó con la cabeza, avanzando hasta quedar frente a ella.-No -dijo, su voz cargada de una sinceridad que la sorprendió-. No haré eso contigo, Axara. Eres tan diferente...Llevó sus manos hacia las de ella, tomándolas con suavidad, como si temiera que se rompieran. Axara sintió el calor de su piel contra la suya, pero no se permitió ceder a ese contacto.-No soy diferente, Cael -dijo ella, con voz quebrada pero firme-. Usted no me conoce del todo.Él frunció el ceño, sus manos apretando las de ella un poco más, como si temiera que se alejara.-Entonces déjame conocerte -dijo, su voz apenas un susurro-. Déjame demostrarte que esto que siento no es como lo que tuve con Andrea o Laura. Contigo...Se interrumpió, sus ojos buscando los de ella desesperadamente, como si necesitara que le creyera.-Contigo es real -añadió finalmente.Axara quiso creerle, pero el pe
Ella no respondió con palabras, sino con un beso que decía todo lo que no podía expresar. Porque, aunque no quería admitirlo, en ese momento, Axara también sentía que le pertenecía a él, tanto como él a ella.La luz tenue del amanecer se filtraba a través de las cortinas, envolviendo la habitación en un cálido resplandor. Axara estaba acostada sobre su abdomen, con las sábanas cubriéndole la parte baja de la espalda, mientras los dedos de Cael recorrían lentamente su piel desnuda, dibujando círculos suaves que la hacían estremecer.-Quiero que vengas esta noche a mi mansión -dijo él de repente, rompiendo el silencio que los envolvía. Su voz era profunda y tranquila, casi un susurro, pero determinada-. Gael va a estar tan feliz de verte.Axara giró ligeramente el rostro, apoyando la mejilla en el colchón mientras lo miraba de reojo. Había algo en su tono, una mezcla de anhelo y vulnerabilidad que no esperaba.-Extraño a Gael -respondió ella con sinceridad, dejando escapar un suspiro.C
Axara sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, aunque no estaba segura de por qué. Tal vez era la sinceridad en sus palabras, o el hecho de que nunca había pensado que alguien como Cael pudiera quererla de esa manera.-Está bien... lo pensaré -dijo finalmente, su voz temblorosa.Cael asintió, inclinándose para besarla de nuevo, esta vez con una dulzura que la hizo sentir como si todo el peso del mundo desapareciera por un momento. Y en ese instante, Axara supo que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.El aroma a café recién hecho llenaba la cocina, mezclándose con el tenue sonido del aceite chisporroteando en la sartén. Axara movía con cuidado la espátula mientras preparaba el desayuno. A cada tanto, giraba la cabeza para mirar hacia el pasillo, esperando que Cael apareciera en cualquier momento. Había pasado un buen rato desde que él se había levantado, y aunque intentaba mantener la calma, no podía evitar sentir una ligera ansiedad por su presencia.De repente, una vo
Axara se inclinó sin pensarlo, recibiéndolo en un abrazo que la hizo sentir un calor inesperado en el pecho. Lo sostuvo con fuerza, dejando que la inocencia y la felicidad del niño la envolvieran por completo.-Claro que vine -dijo, sonriéndole mientras acariciaba su cabello-. Estoy aquí para que me muestres esos juguetes que tienes.Gael rió, lleno de emoción, y se separó apenas lo suficiente para mirarla a los ojos.-¡Tengo un avión nuevo que vuela de verdad! ¡Te lo voy a enseñar ahora mismo!Cael observaba la escena en silencio, con los brazos cruzados sobre el pecho. Su expresión, aunque contenida, mostraba un leve destello de algo que parecía ternura.-Gael -intervino con suavidad, aunque sin perder su tono autoritario-, primero déjala entrar a la casa. No querrás que se pierda todo lo demás por quedarse jugando contigo en el jardín, ¿verdad?Gael lo miró, luego volvió su atención a Axara y asintió con entusiasmo.-Está bien. Pero solo si me prometes que no te vas a ir rápido.-T
En ese momento, el ruido de pasos anunció la llegada de Cael, quien apareció con una bandeja en las manos y una sonrisa ligera en el rostro.-Espero que el pastel esté a la altura de las expectativas -bromeó, colocando la bandeja sobre la mesa.Axara lo miró, y en sus ojos había algo diferente, algo más cálido. Quizá, pensó, todo aquello que había comenzado a asustarla podía ser mucho más llevadero de lo que creía. Quizá, con ellos, podría encontrar un lugar al que pertenecer.Axara no podía evitar sonreír al ver la escena frente a ella. Cael, estaba inclinado junto a Gael, sosteniendo el avión de juguete mientras le explicaba cómo maniobrarlo con delicadeza. El entusiasmo del niño llenaba el jardín, y la conexión entre padre e hijo era evidente.-¡Eso es magnífico! -exclamó Axara, aplaudiendo con genuino entusiasmo cuando el avión comenzó a planear de manera estable gracias a las pequeñas manos de Gael.El niño levantó la vista hacia ella con una sonrisa radiante, claramente orgullos