Axara golpeó el colchón con los puños por tercera vez en la noche, frustrada hasta el borde de las lágrimas. La pequeña lámpara de su mesita proyectaba sombras suaves en las paredes, pero ni siquiera la tenue luz lograba calmar la tormenta que tenía en su interior. Miró el reloj una vez más: las dos de la madrugada. Dos malditas horas intentando dormir, y su cuerpo simplemente no cooperaba.-¡Qué frustración! -gritó, aunque lo hizo con la voz baja, apenas un murmullo fuerte para no alertar a sus vecinos.Se dejó caer de espaldas contra el colchón, cubriéndose el rostro con las manos. Los pensamientos no paraban de arremolinarse en su mente. ¿Por qué demonios había aceptado ese trabajo? ¿Por qué no había seguido con su vida tranquila, incluso si eso significaba días monótonos?-¡Estúpida, estúpida Axara! -murmuró, dándose un golpe en la frente con la palma de la mano-. ¿Qué te pasa? ¿Por qué te metiste en esta locura?Las palabras resonaban en su pequeño apartamento como un eco de repr
La reacción de Cael fue tan intensa como obvia. Se puso de pie abruptamente, con los músculos tensos y la mandíbula apretada. Axara pudo ver el esfuerzo que hacía para contenerse, pero antes de que pudiera decir algo, la transmisión se cortó de forma abrupta.-¡No puede ser! -exclamó, tirándose hacia atrás en el sofá, todavía procesando lo que acababa de escuchar.Se llevó una mano a la frente, tratando de conectar las piezas del rompecabezas. ¿El señor Van Der Wijk estuvo casado? ¿Con la hija de su peor enemigo? Axara no podía creerlo. Ahora entendía por qué siempre había un aire de misterio y tensión alrededor de él.El silencio volvió a llenar su sala, pero esta vez estaba cargado de preguntas sin respuesta. Axara apagó la televisión, incapaz de concentrarse en nada más, y se quedó sentada en el sofá con la mirada perdida.-Este hombre... es un misterio tras otro -murmuró, sin saber si debía sentirse intrigada o preocupada.Axara sabía que estaba entrando en un terreno peligroso, p
Axara estaba completamente sumida en un sueño profundo, uno que parecía durar una eternidad. Sus párpados estaban sellados con pesadez, como si el propio universo hubiera conspirado para dejarla en un estado de desconexión, fuera de la realidad. Era como si estuviera flotando en un espacio lejano, donde el tiempo no existía, donde las preocupaciones, los problemas, las decisiones de la vida diaria, no podían alcanzarla.No quería despertar, no quería enfrentarse a lo que el día le deparaba. ¿Qué podría hacer? ¿Cómo podría atravesar otra jornada de miradas afiladas, comentarios sarcásticos y expectativas insoportables? El sonido de la ciudad a través de la ventana parecía lejano, casi inexistente.Pero de repente, como un golpe frío que rompió la tranquilidad de su mente, la voz de Cael Van Der Wijk irrumpió en la calma, y Axara no pudo evitar estremecerse.- Señorita Milano.Era esa voz profunda, grave y autoritaria, la que no permitía dudas ni contradicciones.Axara abrió los ojos de
Axara dejó escapar un suspiro silencioso de alivio mientras los empresarios retomaban la reunión. Sin embargo, no pudo evitar sentir que los ojos de Cael seguían sobre ella, estudiándola, como si aún estuviera evaluando cada palabra que había dicho.Y, de algún modo, sabía que ese no sería el último desafío que él le pondría.Axara necesitaba un momento de tranquilidad. La reunión había sido intensa y el ambiente cargado, lleno de miradas inquisitivas, opiniones que se cruzaban y una presión que parecía aplastarla por dentro. No era fácil trabajar para Cael Van Der Wijk, y menos aún en situaciones como esas, cuando todo parecía estar a punto de estallar. En cuanto tuvo la oportunidad de que todos se desviaran hacia un tema menos complicado, se levantó discretamente de la mesa, agradecida de que nadie la hubiera notado.Caminó por los pasillos, buscando algo de aire fresco. La fría brisa de Londres siempre era un alivio, algo que podía desconectar su mente y refrescar su cuerpo agotado
Damon la miró fijamente, y un cambio en su expresión fue casi inmediato. El tono de su voz también se tornó más grave, como si el tema le resultara incómodo.-Fue la primera esposa del señor Cael -respondió, sin añadir más detalles, pero Axara pudo notar en su mirada que había mucho más detrás de esas palabras.El nombre de Andrea Villarreal parecía pesado, como si la mención de su nombre arrastrara consigo sombras del pasado que Damon no estaba dispuesto a compartir tan fácilmente. Axara sintió cómo el aire se volvía más denso entre ellos, pero al mismo tiempo, la curiosidad seguía creciendo en su interior.Axara sabía cosas, y no estaba dispuesta a dejar de lado la investigación que había hecho la noche anterior. Había leído sobre el accidente del 26 de noviembre, hace tres años, el mismo día en que la esposa de Cael había fallecido. Y con ella, sus padres también habían perdido la vida. Esa información estaba claramente disponible en Internet, pero había algo que no cuadraba, algo
Ni siquiera la miró cuando cruzó la estancia con pasos firmes hacia su escritorio.Axara sintió una punzada de irritación mezclada con nerviosismo. Solo llevaban dos días trabajando juntos, pero ya sabía que él tenía el don de hacerla sentir pequeña con una sola mirada, o en este caso, con su indiferencia. No estaba acostumbrada a ser ignorada de esa forma, y menos después del esfuerzo que había hecho.Tomó aire antes de hablar, rompiendo el incómodo silencio.-No me ha dicho qué le pareció mi intervención en la reunión de esta mañana. -Su voz sonó más firme de lo que esperaba, y eso le dio algo de confianza.Cael alzó una ceja mientras se detenía frente a un mueble bar y tomaba una botella de licor. Se giró hacia ella con una mirada que parecía atravesarla.-Además de que te estabas quedando dormida, no estuvo mal -respondió con su tono frío y distante.Axara sintió cómo sus mejillas ardían ante el comentario. Había esperado una crítica, pero no que fuese tan directo. Apretó la mandí
Estaba a punto de girar el picaporte cuando un fuerte garraspeo la detuvo en seco. Frunció el ceño y, con cierta resignación, se volteó lentamente. Allí estaba Cael Van Der Wijk, su imponente figura recortada contra la luz del amplio ventanal, sosteniendo su saco en la mano con una expresión indescifrable en el rostro.-Vendrás conmigo -ordenó él con su voz grave, directa, sin dar espacio a preguntas.Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Cael avanzó hacia ella y, con una mano firme, la tomó del brazo, obligándola a salir de la oficina. Su tacto no era rudo, pero sí lo suficientemente firme como para dejar claro que no aceptaría un "no" por respuesta.-¿A dónde iremos? -preguntó Axara, intentando liberar su brazo de su agarre, aunque sabía que sería inútil. Su confusión se mezclaba con una leve irritación.-Al colegio especial a buscar a Gael -respondió Cael sin mirarla, concentrado en caminar hacia el ascensor con paso decidido.Axara frunció el ceño, entrecerrando
Estaba a punto de girar el picaporte cuando un fuerte garraspeo la detuvo en seco. Frunció el ceño y, con cierta resignación, se volteó lentamente. Allí estaba Cael Van Der Wijk, su imponente figura recortada contra la luz del amplio ventanal, sosteniendo su saco en la mano con una expresión indescifrable en el rostro.-Vendrás conmigo -ordenó él con su voz grave, directa, sin dar espacio a preguntas.Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Cael avanzó hacia ella y, con una mano firme, la tomó del brazo, obligándola a salir de la oficina. Su tacto no era rudo, pero sí lo suficientemente firme como para dejar claro que no aceptaría un "no" por respuesta.-¿A dónde iremos? -preguntó Axara, intentando liberar su brazo de su agarre, aunque sabía que sería inútil. Su confusión se mezclaba con una leve irritación.-Al colegio especial a buscar a Gael -respondió Cael sin mirarla, concentrado en caminar hacia el ascensor con paso decidido.Axara frunció el ceño, entrecerrando