Todo fue por ti

Cuando una madre tenía cachorros, no importara como estos fueran o se comportaran seguían siendo parte de su sangre. El lazo era demasiado fuerte y si este se rompía podría enloquecer a cualquiera de ellos. 

O esto fue lo que creyó Nebraska. 

Respiraba agitada. Sus manos se abrían y se cerraban. Oía el corazón palpitarle en los oídos. Podía permitir que Rudoc destruyera su propio cuerpo, que lo violara cuantas veces quisiera pero que atacara a uno de sus hijos era algo que ella no podía aguantar.

Lo escuchó acercarse transformándose nuevamente y acomodando sus órganos mientras se lamía la sangre que había en sus dedos, como saboreando el manjar que había disf

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