—Puedo quedarme con esta mujer, pero igual si quieres a la modelo me pagarás mucho dinero —espetó Ronald y en eso volteó dentro de la propiedad y vio a muchos hombres corriendo. Entró e Ivo de inmediato fue tras él, Michael también lo haría y Lina lo sujetó. —Por favor, no me dejes aquí, te lo suplico. —Lo mejor que puedes hacer justo ahora es largarte de aquí —Michael le tiró un fajo de billetes—, solo vete, no me gusta que me manipulen, aunque no te hubiera dejado aquí, no te quiero cerca de mí. Michael entró también corriendo, la salida estaba sola y la chica sorda empujó a Victoria para que salieran. Victoria lo hizo y corrieron fuera. —Hey, espera —gritó Victoria y Lina volteó. —No quiero problemas —espetó Lina que no paró de caminar, se abrazaba a sí misma, se sentía muy mal. —Yo tampoco quiero problemas, ayúdanos a alejarnos de aquí y te compensaré. Lina miró para todas partes. —Está bien, espero que no me maten por su culpa —contestó Lina. L
Matthew entró a la habitación de Stefan, con cuidado sin hacer ruido para no despertar a Adriana que está profundamente dormida en una silla con el cuello doblado. Chequeó los aparatos a los que estaba pegado Stefan. Tuvieron que poner a Stefan en un coma inducido para que sanara de sus heridas, el haber salido antes de lo recomendado agravó su condición ya delicada, incluso habían tenido que operarlo de nuevo. Adriana y Matthew habían conseguido una tregua, eran compañeros por la salud de Stefan, porque Matthew no permitió que lo sacaran de la clínica y ella se negó a irse. Los últimos días Anka y Adriana han vivido en la clínica y aunque tienen habitaciones por lo general están junto a Stefan. Matthew le tocó el hombro de Adriana. Ella se despertó de golpe. —Estoy despierta, ¿Stefan? —Él está igual, debes descansar un rato, yo puedo cuidarlo, te prometo que no me moveré de acá. Adriana pasó la mano por sus ojos, siente que le echaron un kilo de arena en e
Victoria maldijo su mala suerte, pero no le bajó la cabeza a Ivo. Este entró a la oficina y en primer lugar observó a Lina. —Lina, Lina —Ivo chasqueó la lengua—. Tú no te cansas de meterte en problemas. —Yo no quiero problemas, te lo juro que desapareceré, por favor fantasma, olvidemos esto, fue un error haber venido. —Ya lo creo que sí —comentó Ivo con suavidad y se acercó a Lili y pasó su mano por el cabello con ternura. — ¡Suéltala desgraciado! —Espetó Victoria. — ¿Qué haces con estas mujerzuelas, niña? Con ellas no aprenderás nada bueno —comentó como si conversara y Lili estaba aterrorizada y sin mover un músculo. —Señor, iba a llevar a mi nueva paciente a tratamiento uno —dijo Matthew haciéndose el desentendido. —Estás mujeres no van a otra parte que no sea conmigo. —Eres un hijo de perra, traidor —le acusó Victoria. —Tú sí que eres una descarada —le contestó Ivo—, tienes la desfachatez de presentarte aquí después de traicionar a Franco, ¿es que vien
Adriana estaba sorprendida, en otro tiempo de su vida hubiera reído de la urgencia que mostró Matthew, pero es consciente que descubrió una forma de vida que jamás imaginó que hubiera tenido su hermano. —Matthew claro que te ayudaré a salvar vidas, ¿pero de qué se trata? —Haz que tu padre entre aquí y por nada del mundo dejes que salga de la habitación, pero tampoco lo dejes solo con tu hermano. Matthew corrió fuera de la habitación. —Matt, ¡Matthew! —Gritó Adriana y miró como Matthew corrió por el pasillo, en cuanto volteó venían sus padres caminando hacia la habitación. En cuanto Ivo entró frunció el ceño. — ¿Dónde está Matthew? Adriana abrió la boca y la cerró. —Lo llamaron —dijo finalmente casi susurrando. —Necesito hablar con él. Ivo dio la espalda para seguir por el pasillo y buscarlo y Adriana lo detuvo tomándolo del brazo. — ¡Espera! Ivo observó la mano de su hija en su brazo y vio en su rostro el nerviosismo de que la delataba. — ¿Qué
Adriana y Matthew corrieron dentro de la clínica, Ivo tomó la mano de Anka y caminó con ella a paso rápido, pero más lento que Adriana que se aseguró que Matthew permaneciera con ella, ahora era su escudo. Stefan estaba sentado en la cama y se sobresaltó al ver entrar a Adriana, ella con mucho tacto frenó en seco antes de llegar a él. —Hola, sé que es algo extraño, necesito saber cómo te sientes. Stefan afirmó con la cabeza. No sabía cómo actuar o qué decir, jamás estuvo más confundido en su vida, la experiencia que vivió era para él parecida al tratamiento con ibogaina y aquí estaba el hombre que lo ayudó en esa ocasión. —Matthew. El médico se acercó y tomó de su cuello el estetoscopio, aún estaba temblando. —Cómo está jefe, permíteme revisarte. — ¿Por qué estás nervioso? —Preguntó Stefan—. No entiendo mucho de lo que pasa. —Es normal, no te exaltes. —Estoy desconcertado, no sé muy bien que es real y que no. ¿Qué me pasó? —Estuviste en coma debido a
Lina negó con la cabeza porque no podía creer la determinación de Victoria. —No sé qué tanto sufriste en ese lugar donde te tenían cautiva, pero ya no estás ahí, olvídalo y vete con el hombre que está loco por tenerte. —Estás completamente equivocada, él no me quiere en su vida. —Te he dicho que solo quería encontrarte, no te entiendo, si un hombre como él estuviera buscándome me dejaría atrapar. —Pero ya no soy de las que se dejan atrapar; ya no más. — ¿Estás segura? Victoria mantenía la mirada perdida. —Estoy harta Lina, harta de estar entre la espada y la pared, y tienes razón en algo, no perderse por ese hombre es casi imposible, pero él ya tiene a alguien que le importa y no soy yo. —No creo que sea otra la mujer que le interese… —Sé lo que te digo, yo lo vi. Y no lo culpo, es una chica hermosa, fuerte, que también ha tenido una vida difícil, sin duda con una vida más parecida a la de él; ya la quería antes de conocerme. Supongo que con ella se sient
La urgencia más grande para Stefan era encontrar a Victoria y Matthew sabía de ella, pero pretendía ocultarlo. No sabía por qué. —Me dirás “no sé” a todo lo que te pregunte, Matthew. —No sé dónde estuvo Victoria todo este tiempo, ni sé a dónde fue, y si lo supiera no te lo diría, porque no puedes levantarte de esta cama y no confío en quien tú confías. Stefan no sabía qué tanto sabía su hermana y su madre de Franco Slashdot y francamente eso no le importaba. Observó a Matthew a la cara y habló de forma pausada. —Dime que es cierto que Victoria está viva y no lo dijiste solo para que me calme. —Slashdot —Matthew miró a Adriana—, Stefan… —Como sea, no importa cómo le llames, solo habla —insistió Adriana con apremio restando importancia a cómo se dirige el médico a su hermano. Matthew miró sobre su hombro, estaba nervioso. —Pues la cosa es que no quería decirlo, porque no confío en su padre —musitó señalando a Adriana—. Él demuestra querer a Slashdot como a
Adriana con cuidado se asomó al pasillo que llevaba a las oficinas de administración, pudo ver que uno de los hombres de seguridad de su padre estaba en la puerta de la oficina de Matthew y regresó en silencio. Ahora estaba segura que podría enterarse de que ocurría, solo necesitaba llegar a la sala de servidores y seguridad de la clínica y buscar si había imagen de la oficina de Matthew. Adriana llegó a la sala de servidores y estaba custodiada por un joven de seguridad que cabeceaba de sueño. Adriana lo miró y sonrió. — ¿Tienes sueño? —No señorita, para nada, solo que estoy haciendo doble turno y descansaba la vista… —Deberías tomar un café, pero uno de verdad, no eso que sirven aquí para el personal. El joven sonrió. —Hay un cafetín en la esquina. —Y el café es delicioso, y los bizcochos exquisitos —Adriana suspiró como enamorada y se acercó al joven—. Mi madre me tiene a dieta, pero necesito una bomba de azúcar. Cuánto daría por poder comer un biz