La mujer acarició el pecho de Michael deleitándose con los pectorales definidos del impresionante moreno. —No sé nada que te sirva en algo para matarlo. Michael la tomó por el cabello y le hizo levantar el rostro. — ¿Por qué lo nombraste entonces? —Me estás lastimando —se quejó la mujer. —Te dije que no era tan caballero, ahora habla de una vez. —A Slashdot tampoco le gustan las mujeres que se le regalan, es todo, al igual que tú disfruta de una mujer con disposición y no simplemente dispuesta a yacer con cualquiera. Michael la soltó con rabia. —Ponte tu vestido y lárgate, no me interesa que compares mi verga con la de Slashdot. —Pues hay una mujer que sin duda lo hace. Michael avanzó hacia ella acechando hasta pegarla contra la pared. —Has visto a una mujer con Slashdot. —Un momento, moreno, no he dicho eso, pero escuché al jefe decir que Slashdot te quitó una mujer. —Tu jefe es una maldita vieja chismosa. La mujer perdió la sonrisa y negó
Michael estaba más que decepcionado, Slashdot no había llegado a la cita en Sicilia con Antonio, el líder de Cosa Nostra. El hombre que era joven ya que había heredado el mando al principio mostró su molestia por la falta de responsabilidad de Franco Slashdot, pero luego había ignorado el asunto y se dedicó a tratar bien a Michael para fomentar los negocios con Halcón. — ¿Estás seguro que no quieres trabajar conmigo? —Preguntó Antonio—. Cosa Nostra estaría feliz de tenerte, Santo… —Soy leal a Halcón. El representante de Cosa Nostra sonrió y brindó con él. —Lo importante es continuar con los negocios. — ¿Qué has sabido de Slashdot? —Nada… Antonio cambió de tema y Michael estuvo seguro que algo ocultaba. —Bueno, supongo que ese pendejo lo mataron entonces —expresó Michael despreocupado. —Te quitaron la molestia —contestó el hombre. —Te equivocas, yo quería matarlo. Ahora me siento frustrado. Antonio sonrío. —Te enviaré a una chica nueva para que
Ivo no le creyó nada a Anka, por años la había manipulado a su antojo, con mentiras o algo más, como una bofetada o algún castigo oportuno. Fue a las oficinas del Conglomerado de empresas Angelov y es cuando entiende que la cosa es en serio. No le permitieron la entrada, pues ahora no formaba parte de la directiva del consorcio. Los demonios invadieron su alma. — ¡Perra del infierno! —Maldijo refiriéndose a Anka—me las pagarás, no vas a sacarme de las empresas y a creer que solo me iré. Pero entonces paró y pasó una mano por su cabeza calva. —Si Anka le cuenta a Stefan del desfalco en las empresas y se pone en su papel de esposa engañada y sufrida soy hombre muerto. Ahora Ivo se arrepentía de que Victoria le hubiera visto la cara al secuestrarla, pues como estaban las cosas un Stefan enamorado recuperando al amor de su vida era conveniente. Pero ahora eso era imposible de considerar. Fue a visitar a Irina, esta mujer le gustaba, era una sádica impúdica igual
El ilustre señor de la mafia don Massimo Coppola aún con una sonrisa en el rostro, sirvió una copa de brandy en su estudio. Suspiró dispuesto a relajarse, sus nietos, los hijos de su hija mayor tenían una resistencia increíble y eran unos desadaptados de los que estaba orgulloso, él los adoraba y cuando los recibía en su casa eran los días más parecidos a una vida normal que tenía en su vida. En cuanto volteó vio a Franco Slashdot sentado en el sofá de su estudio, lo apuntaba con un arma. Había que reconocer que el sexagenario tenía nervios de acero, pues solo parpadeó e incluso sonrió. —Slashdot, no recuerdo que tuviéramos una reunión pautada. ¿Quieres un trago? —Estás terriblemente desamparado para ser un decrépito, ¿es por eso que le dio el mando a unos peleadores de poca monta?, Luciano jamás logró enorgullecerlo, pero a estos don nadie les da su apoyo incondicional y ellos lo dejan solo. —No viniste a reclamarme lo mal padre que fui con Luciano —dijo Massim
Victoria esperaba que se acabara por completo la luz del sol. Hizo señas a su compañera y se movieron sigilosamente dentro del bunker donde estaban cautivas, caminando entre mujeres tiradas en cartones acurrucadas porque solo tenían una sábana sucia para cubrirse. Victoria sacó de los bolsillos de su pantalón un par de piedras pequeñas, lanzó una y con mucha suerte acertó en la bombilla amarilla dejándolas por completo a oscuras. Rápidamente se movieron a la puerta. Victoria se agachó y cargó a su compañera que con agilidad la escaló como mono. Aprovechando la altura de Victoria llegó a la cámara en la puerta que aunque estaba escondida Victoria la había notado y le había indicado cómo desconectar. — ¿Puedes sentir el cable detrás de la tabla? —Sí, listo —informó la chica triunfante dañando la pequeña cámara y con la tabla de madera en las manos. —Ahora esperaremos a Irina. Irina entró y Victoria y la otra chica encadenada a ella le brincaron encima en una pe
Esta vez a Victoria la llevaron a la ciudad, a un vecindario pobre donde abundaban fábricas abandonadas, en una se encontraba la guarida de Ronald. Había varios hombres y mujeres a cargo, muchas mujeres cautivas y también niñas, Victoria supo que había otra ala donde estaba la población masculina. Los empleados de Ronald le llamaban a este lugar “La granjita” A Victoria la metieron en una celda caliente, con un catre para dormir, esta vez estaba sola. Pasaron algunos días y Victoria no sabía ni cuántos, cerraba los ojos y pensaba en Stefan. Lamentaba que hubiera muerto y también estaba furiosa con él. Desde el inicio fue Stefan quien le dio apoyo económico y a sus hombres a Luciano para secuestrarla. Su vida cambió desde que se cruzó en su camino. ¿O fue antes? Cuando terminó en el auto de Stefan, Victoria no estaba del todo bien, pero estaba en camino de recuperarse y trataba de conformarse con no tener a Michael en su vida. Fue desde que ella conoció
Michael regresó a la casa segura de Cosa Nostra, cenó con Antonio y se despidió. Fingió que no sabía nada de la reunión de Antonio con el representante de Slashdot dándole la oportunidad de ponerse de su lado. Antonio se quitó el saco y lo colocó en el espaldar de una silla. —Santo, disculpa por hacerte esperar. — ¿Algún negocio bueno? —Nada importante, espero que no estés tan decepcionado por no haber podido encontrar a Slashdot. Michael sonrió de lado con ironía. —Ya podré matarlo en otra ocasión, apuesto que será pronto. Antonio negó con la cabeza. —Estoy seguro que podrías sentarte en una mesa con Slashdot y limar asperezas, una mujer no vale la pena para perder tantos posibles negocios. Michael no emitió comentario y pasó como si nada junto al saco de Antonio tropezando para que este cayera al suelo y quitar el micrófono. Lo puso correctamente en la silla de nuevo y Antonio no se dio cuenta. De niño vivía en la calle y era carterista, no hab
—Puedo quedarme con esta mujer, pero igual si quieres a la modelo me pagarás mucho dinero —espetó Ronald y en eso volteó dentro de la propiedad y vio a muchos hombres corriendo. Entró e Ivo de inmediato fue tras él, Michael también lo haría y Lina lo sujetó. —Por favor, no me dejes aquí, te lo suplico. —Lo mejor que puedes hacer justo ahora es largarte de aquí —Michael le tiró un fajo de billetes—, solo vete, no me gusta que me manipulen, aunque no te hubiera dejado aquí, no te quiero cerca de mí. Michael entró también corriendo, la salida estaba sola y la chica sorda empujó a Victoria para que salieran. Victoria lo hizo y corrieron fuera. —Hey, espera —gritó Victoria y Lina volteó. —No quiero problemas —espetó Lina que no paró de caminar, se abrazaba a sí misma, se sentía muy mal. —Yo tampoco quiero problemas, ayúdanos a alejarnos de aquí y te compensaré. Lina miró para todas partes. —Está bien, espero que no me maten por su culpa —contestó Lina. L