Michael maldijo a Massimo y su incitación, él nunca antes había pensado en Guadalupe de esa manera. — ¿No tienes planes de irte? —Michael bostezó sin mirarla y Guadalupe no podía sentirse más ignorada. —Sabes qué, como igual estaré por aquí puedo ayudarte, dime qué debo hacer, ¿ver esos cuadritos a ver si veo a tu chica? Michael pensó, en realidad las cámaras de tránsito en las salidas de Manhattan por carretera por si veía a Luciano y que este le lleve a Slashdot era su esperanza, pero necesitaba descansar. —En estos cuadritos vigilo si veo a Luciano, ¿lo recuerdas? —Claro que recuerdo al canijo que casi me manda al otro mundo. —Pues ve a tu habitación, bañate, cambiate de ropa y vienes. —“Simón”... —exclamó de forma afirmativa y salió corriendo contenta de poder ayudar. Guadalupe desde que conoció a Michael años atrás la cautivó, él siempre había sido amable con ella, le prestaba atención y compartía su comida, estaba pendiente que no se buscara problemas con
Victoria negó con la cabeza repetidas veces llena de frustración y rabia. —Eres un desquiciado en verdad —le increpó furiosa—. ¿Quieres que te felicite por no querer matarme? No quiero estar a tu lado y no puedo darte lealtad ¿Quién te crees? El padrino de la mafia, a mí no me interesa su guerra absurda de testosterona, por mí pueden matarse entre ustedes, ¡yo solo quiero estar muy lejos! Victoria le tiró el teléfono y Stefan lo atajó en el aire mostrando unos reflejos muy buenos. —Lo hubieras pensado antes de involucrarte. — ¿Qué? A mí me secuestraron, ¡animal!… — ¡Animal es el idiota de Michael Herrera! Tú te metiste en esto, debiste quedarte en tu mundo y no hacerte la mujer de un muerto de hambre que se cree lo suficientemente hombre para meterse con gente peligrosa. — ¿Y a ti qué más te da? ¿Estás celoso acaso? “Quiero que tu lealtad esté conmigo” —dijo imitando su voz gruesa—, son unos lunáticos todos ustedes. —Si te dejara ir ahora mismo ¿A dónde irías?
Victoria ahora entendió el aspecto de ñoño, Stefan fingía ser un tonto y vaya que lo hacía excelente. —Bueno hija, después de andar con un bartender pobretón afrodescendiente por fin estás pensando —Exclamó Tania alisando su cabello alrededor de la cara. — ¡Mamá! No lo puedo creer… —gritó Victoria ahora escandalizada por la actitud de su progenitora. — ¿Qué quieres que te diga? En estos tiempos hablar de razas es muy delicado, Victoria…, pero era obvio que echarías a perder la genética de tus hijos, Stefan es mejor elección, aunque no si salen cortos de entendederas —argumentó con una mueca—… Bueno, igual es mejor Stefan, yo no me imagino como abuela de un carboncito... — ¡Cállate madre! —Exclamó Victoria furiosa. —Sí, es mejor, ese bartender ya es pasado, no querrás hacer enojar a tu novio. —Tú me has hecho enojar a mí, no puedo creer que te extrañaba. —Victoria, por una vez en la vida escucha a tu madre, con este hombre serás más rica que Rebeka Larsson; esa n
Anka llevó a Victoria por el recorrido de la enorme casa, aquello era un palacio enorme, Anka le mostró la dirección por donde estaba la piscina y las canchas de tenis, tenía una sala de cine y un salón de billar, donde estaba el socio de Stefan en compañía de otros hombres. El hombre saludó al verlas pasar y Victoria pudo identificar el veneno en su mirada, la advertencia de nuevo. —Victoria te veo nerviosa —inquirió Anka. —No… Para nada, no es eso. Anka la observó. —Quería alejarme de todos y tener una conversación sincera contigo —Anka la invitó a pasar a un estudio privado con una amplia vista al jardín iluminado para que pudieran pasear sin problemas aunque era de noche. —Usted me dirá —replicó Victoria con el corazón acelerado. Anka miró a su alrededor. —Este entorno lujoso e incluso ostentoso que nos rodea lo ha conseguido mi hijo con su ingenio; él en el aspecto social es torpe, pero funcional en medida de lo posible. «Santa madre de Dios, esta mujer
Victoria tenía muchas preguntas, pero Stefan la tomó del brazo y regresó con ella a la recepción, en donde él de nuevo cambió la cara y mostró la alegría que caracterizaba al tonto Stefan. Victoria observó a su madre hablando con un grupo de empresarios, eso era lo de ella, así era feliz, mostrándose como la perfecta mujer, pero que en realidad siempre buscaba ganancias monetarias y sacar provecho de la gente. — ¿Pisaste muchas veces a mi madre? —preguntó Victoria con malicia y Stefan bajó la cara riendo. —No solo yo soy malvado… —No quiero que le hagas daño a mi madre, pero muchas veces he querido darle un pisotón, como ahora que no se da cuenta de tus intenciones y está feliz de haberme vendido. Stefan la miró y sus ojos brillaban de risa. —Qué bueno que ya comprendes que eres mi propiedad. Victoria sonrió de lado. —Jamás Stefan, podrás hacer lo que quieras conmigo, pero jamás seré tuya, mi corazón no está contigo. Stefan rio con risa inocente, pero le
Stefan por un momento se quedó sin palabras. Victoria lo cautivaba, no lo hacía a propósito y él se daba cuenta, le tenía miedo y él sabía que era lo mejor, pero vaya que quisiera que fuera diferente. Convencido que es una tontería y que se ha encaprichado con ella como no lo ha hecho con nadie la aflojó y comentó con desprecio: —El amor es para los débiles, Victoria, te estoy dando mucho y no te has dado cuenta. —No me interesa nada que venga de ti ¡¿Es que no lo entiendes?! —Pero es lo que te tocó, aprende a aceptar el destino Victoria. —Yo no creo en el destino… —Cree en el honor entonces, porque yo hago lo necesario, pero lo hago por honor y te prometí que estaríamos a salvo. —Jamás me dejarás ser libre ¿cierto? —Masculló Victoria sin poder evitar llorar de impotencia y rabia—. Me utilizarás para engañar a tu madre y hermana, manteniéndome a tu lado como a una mascota y si desobedezco serás capaz de torturarme. —No dudes de que soy capaz de muchas cosas
En cuanto Victoria salió del baño con una bata, Stefan no resistió quedarse. —Regresaré en cinco minutos, espero que estés vestida o verás como si te importa ser violada. Stefan caminó a la puerta con resolución consciente que es la primera vez que arroja una amenaza vacía, pero espera que ella no se haya dado cuenta. — ¡Te odio! —Exclamó Victoria, pues sí le había creído Stefan cerró la puerta apretando las mandíbulas y encontró a Ivo en el pasillo desierto. Más allá se escuchaba a Anka despidiéndose de algunos invitados. —Anka la adora —susurró Ivo y Stefan pasó sus manos por el cabello—. Y ahora resulta que te casarás con ella. — ¿Qué querías que dijera? —Susurró Stefan lleno de impotencia—. Estaba lista para delatarme. Ivo meneó la cabeza preocupado. —Te busqué para informarte que el imbécil de Luciano le puso una bomba al vehículo de su padre… — ¿Lo mató? —Preguntó Stefan molesto, pues él quiere darse ese gusto. Ivo negó con la cabeza. —No,
Victoria se echó a reír. —Y tu hermana cree que eres bueno en charadas ¿Cómo lo haces? Stefan la miró con esa manera de él tan intensa. —Años de práctica —respondió igual que ella antes. Victoria dejó de reír y se movió más allá en el asiento, como siempre incómoda ante su cercanía. —Es solo eso, actuación, no puedes evitar lo que eres, como Stefan también eres cruel, solo que te excusas en aparentar ser un tonto para que nadie te diga nada. —Lo dices por tu madre. —Disfrutaste diciéndole vieja —Victoria se echó a reír—. Seguro le dolió en el alma, me sorprendería si mañana mismo no va con el cirujano plástico, aunque en realidad no tiene acentuadas las arrugas, por eso eres cruel —Victoria suspiró con nostalgia—. Podrá no ser la mejor madre del mundo, pero hay que reconocerle que es muy bella. —Lo siento Victoria, por lo que pasó antes. —Caramba ¿Por qué te disculpas exactamente? Creo que una disculpa general no basta ni compensa… —No te confundas, no me estoy disculpando. S