Sonrió, se acercó y me miro fijamente, abrí los ojos y me encogí de hombros, volví y repetí la pregunta, pero me interrumpió con un apasionado beso, el cual le correspondí, pero que al reaccionar terminé por abofetearlo.

—Pegas fuerte Tiana —dijo sonriente y sin descaro—, parece que estás dispuesta a acabar con mi vida, me arrollaste y ahora me golpeas.

—No seas cínico Theo, no vuelvas a besarme, porque te golpearé donde seguramente te dolerá hasta el alma.

—¿No extrañas mis besos Tiana? No puedes decir que no, el modo en que me devolviste ese beso indica que sí.

—No discutiré con alguien que acomoda todo a su conveniencia, si respondí tu beso fue porque me agarraste desprevenida —justifiqué.

En realidad ese beso me había removido deseos que pensé que ya controlaba.

—No te creo Tiana, pero está bien, hablemos de negocios —dijo arrogante—, dame toda la información que tengas sobre Paula, necesito saber cuál es su papel, conocer sus planes.

—Ah, no bonito, no tan rápido, no volveré a ca