—No importa lo que él haga, tú me amas a mí —musitó con ínfulas de grandeza.

—Tú sigue confiado, idiota, supongo que no tienes de otra.

Se había parado enfrente de mi auto, aunque intenté demostrar que no me importaría arrollarlo, el tonto no se quitaba, bajé del auto.

—¿Estás ebrio? Theo las personas que hacemos algo por la vida debemos levantarnos temprano, quítate del camino, tengo que irme, ya no me hagas perder tiempo.

Se sentó en el capó del auto, se cruzó de brazos, caminé y me paré en frente. Fruncí el ceño, mirándolo fulminante.

—Me guardas el auto —dije al tiempo que arrojaba las llaves hacia él, cansada de su actitud.

—¡Maldición! —exclamó frustrado—. Espera, no era así como esperaba que reaccionaras, Tiana no te vayas.

Seguí caminando, pretendía abordar un taxi, estaba cansada y tenía que exponerle a D'NOVA los avances del proyecto como primer pago a mi préstamo.

—¿Tiana que quieres a cambio de trabajar para mí? —inquirió elevando la voz.

—Theo déjame en paz, estoy cansada