Con el corazón destrozado, se levantó sintiendo pesado el cuerpo al sentir un aroma familiar. Corrió hacia la parte posterior del convento, encontrándose con un grupo de monjas.
"La bebé"Las monjas quienes se negaban a que pase, en medio de su enojo, alzó sus manos, envolviéndolas en un gran fuego azul.Ante tal esfuerzo, mi cuerpo tembló y se contrajo, quedándome apoyado sobre el suelo de mis brazos y piernas. Cerré mis ojos para calmarme, y me encontré con una tumba pequeña.Arrastré mi cuerpo hacia la pequeña tumba, cavando muy desesperadamente sin importar lo tenso que estuviese mis músculos. Excave tanto que mis uñas y manos se mezclaban de sangre y tierra, con las cuales sostuve el cuerpecito de un bebé. Sintiendo por primera vez, frustración.Me dejé llevar por mis emociones, destruyendo el convento, desde adentro a fuera. Cuando ceso mi irá, una puerta desconocida se abrió ante mi, estando en el patio. Camine hasta pasar la puerta, al mirar llego a mi una tranquilidad y paz que nunca encontré antes.
Los árboles eran inmensos y el sol iluminaba las raíces gruesas, se oía el parloteo de las aves, grillos y el goteo de la lluvia.
— No puede estar aquí, ¡váyase!
Un hombrecito pequeño, en las lianas me exigía irme. No le di importancia, hasta que vi a un movimiento conocido, era un viejo sosteniéndose de un bastón.
— Kevs Kerens.
Este viejo me reconoció, apartando al muchacho.— Tienes buenos pulmones, mientras yo envejecía.Su cabellera se tornó plateada y sus arrugas estaban muy pronunciadas. Este viejo amigo, levantó el bastón y un orificio se abrió en medio del árbol más extenso.— Sígueme.La cámara a la cual subí, estaba cubierta de hilos rojos y doradas, rodeada por velas de todos los tamaños en colores negras rojas.Encendió el fogón diciendo y giró a verme, tenía el ojo izquierdo sellado.— ¿Cómo debo considerar pagar mi deuda contigo?—Quiero a mi hija de vuelta.
El señaló el horno y saco una bandeja, le quite al bebé los paños blancos y lo coloqué.— Sabes que ambos estamos malditos, a mi me sellaron el ojo, y tu eres una herramienta en su juego.
Recibió el anillo de plata que llevaba conmigo, lanzándolo al fogón. Movió la bandeja con el cuerpecito para quemarlo.
— ¿listo?Suspiré profundamente y di un si como respuesta.— Deberás ser paciente y prepararte para cuando vuelva a la vida.— ¿También el medallón?— La reconocerás porque llevará esto cuando la vuelvas a ver.Ni bien terminó Kevs me devolvió.Aparecí en un laberinto, y llevaba días sin dormir, percibiendo un aroma extraño, y al tocarlo con la yema de mis dedos, me percaté al saborearlo, era sangre. Preferí ignorar lo que me sucedía hasta hallar la salida. Salí, y mi sangre por muy curioso que me parezca había adoptado la forma de un feto, aferrado a mi pierna, el cual quité.
Me sentía solo, así que los crié como mis propios hijos, alimentándolos con mi propia sangre. Anduve por pueblos lejanos, arrastrando conmigo mi cosecha, mis bestias que me seguían a donde iba, absorbiendo los nutrientes de los humanos con los cuales Yeni contacto, esto lo hacían para obtener un cuerpo maduro. Comenzaron a erguirse, cubrieron sus rostros con máscaras humanas que destajaban de quienes devoraban.
Eran depredadores naturales, y yo no los di un alto, hacían y deshacían a su antojo. Sumergido en mis pensamientos, tampoco hice nada por detenerlo, y fue cuando un llanto desgarrador me abrió los ojos. Apartando a cada una de las bestias para abrirme camino, descubriendo a un muchachito de cabello blanco. Mis bestias se rebelaron contra mi, asesinándolas sin remordimiento una por una. Dando mi sangre al muchacho que despertó.
— Noah ese será tu nombre.
El tiempo me ayudo a sanar y recobrar la cordura, fue como mi renacer espiritual. Para mi sorpresa, regresé al pueblo Esperanza del Ciervo, reconstruido.
Temí cruzar mi antiguo hogar, pues los recuerdos de mi yo del pasado, me pesaba.— Irás tú en mi lugar Noah.La única persona que podía reconocerme era Moira, mi mejor amigo (Kevs), sin el aquí nadie más lo haría, pero no podía arriesgarme a que volviera del bosque y me increpara mi regreso.
Decidí ser prudente, y me mantuve informado por mi sirviente Noah, sobre la situación actual de ese pueblo.
— Hay una persona que coincide con los que me has detallado mi señor, su nombre es Rodrigo y es diferente.
El nombre de que acababa de mencionar, era un niño lisiado, cuya habilidad de mover objetos con su mente, me pareció interesante.
— Mi señor le podría dar un mejor destino.
Lo que decía no estaba alejado de lo que yo pensaba, quería deshacerme de uno de los corazones después de todo.
— Nos desharemos de todos en el pueblo.
— Lo sabes.La tarea más fácil la hizo mi sirviente, que alivio mis pesares. Esperé a que rindieran su tributo en una festividad a la lluvia y proclame al niño como mío.
— Volverás a caminar tómalo ya.
El alma pura de aquel niño me querer desistir, pero él era ideal para esto, el corazón respondió inmediatamente, luego de matarlo. Desde ese momento, supe que ese niño buscaría vengarse de mi, por engañarlo.
Convirtiéndolo mediante el pacto de sangre en el primer descendiente del corazón bestia-hombre, una bestia irracional, el primer lobo Rodrigo Ismael.
---[El tiempo peso sobre mis hombros, haciendo empobrecer mi pobre alma, ignorante de la verdad y carente de emoción, se podría decir que era mi viejo yo, arrepintiéndose]--- "Así las décadas pasaron rápidamente hasta reencontrarla en otro cuerpo" (Azul) Estudiaba en un colegio mixto, llamado Mayor Unidad era como una ciudad, en mis ratos libres, me la pasaba observando por mi ventana en pleno día de verano. Parecía ser más de mediodía, y en mi cabeza el sonido retumbante "tic tac...tic tac", resonaba para marcar el final de clases. Resoplé lentamente empapando con mi aliento la ventana para escribir, es un gran día soleado. Podía escuchar los murmullos de ciertos compañeros de clase, sobre el cambio de profesores y los traslados externos que significaba estudiantes nuevos. Presté atención a los murmullos por un minuto hasta que una idea se cruzó por mi cabeza, si consiguiera salir sin ser vista por la puerta trasera del salón. Pronto esa idea, se desvaneció al sonar
Hace unos días la comunidad de los trece levantó mi castigo, después de encerrarme debido al accidente de la luna roja. Lo curioso, es que mi llegada sería una aparente sorpresa para todos, sin embargo, me dejan esto, una carta sin remitente, con una nota: "Te protegeré, aunque lejos me encuentre" Pregunté por la persona que se encargó en recibirlo y respondió que fue enviado desde la casa Verona para Rodrigo. — Detestó ser invadido por personas que no son de mi agrado.– Si señor. Subí a mi habitación y verifiqué que se cumpliera con mis gustos, corrí las cortinas y si las ventanas estaban abiertas. Acomode una almohadilla sobre mi asiento y cuello, para leer con tranquilidad la carta, sin antes decir. — Estaré ocupado, puedes irte, es todo. Movió su mano en señal de que saliera, luego, dio dos aplausos con sus manos para encender las luces.— Me preguntó qué querrá la casa Verona conmigo...Hum, carta de Falco. *Lectura de la primera carta: Todo comenzó en el siglo 16, cuando
Recientemente adelantaron la reunión que tenían acordada en la sala de profesores, y lo mismo hicieron con los auxiliares, así que, parecía las aulas parecían tan distante de lo que una vez fue.Ni bien salí del salón, me topé con lo que habían publicado en el mural, el esmerado y trabajado anunció para los nuevos traslados. En el medio del mural, una pequeña nota rosa, se avispaba, debía acercarme a hablar con mi auxiloar, lo sabía es por mi reciente reporte, sobre Diana, Estrella, que fastidio.—¡Ey...fíjate por dónde vas!—Espera...Ay... ni siquiera me permitió disculparme y se fue. Pude haberle preguntado por lo menos donde queda el pabellón E, no, quita esa idea de tu cabeza, por como respondió estaba enojada. Me tranquilizaré, después de todo es el primer día, no puede ser tan malo. Aquí viene otra chica, no puedo perder esta oportunidad.—Buenos días, me podría indicar donde queda laboratorio, por favor.—El aula 315- E, está cruzando el tocador de chicos.Que amable hasta me s
Últimamente desde que me reintegré a mis labores en la comunidad, he notado cierto interés de ellos, por juntarnos a mí y a Lionel. Los pretextos que usan como citarnos en el mismo día, a la misma hora, restablecer sus antiguas cláusulas, dejan evidente su ideal por poseer lo desconocido, controlarlo y exprimir hasta la última gota de mi sangre en sus laboratorios. Por eso estoy aquí para averiguar que han hecho en mi ausencia. Después de todo, en la comunidad me establecieron está agenda, como tal no podía dejar de faltar a mi deber.—Señor Rodrigo buenas noches, lo esperan en el consejo, adelante, por favorAhora le dicen consejo, a un simple laboratorio, es más que evidente que fui enviado a seguir los nuevos procesos para moldear una cierta cantidad de anticuerpos capaces de destruir al agente externo llamado intruso, al cual le dicen que es parte de mi cuerpo, quieren un organismo capaz de neutralizar el mío. En el pasado, sufría episodios de amnesia provocados por el uso excesivo
Desde aquella noche que recibí ese mensaje de Kerens para ser específicos con su perro, ha sido más difícil ubicarlo. Cuántos años pasaron desde que supe de este ser, que es un desterrado y cuántas veces he roto sus mensajitos. Cerró el libro de golpazo, —escuchar sus latidos afluyentes...destruyendo aquello que es incierto. —Interrumpo tus notas en voz alta hermano. Estaba en la puerta, cruzado de brazos, sosteniendo un documento. —Ya estás aquí de todos modos...Adelante. —Es tan fácil decirlo Rodrigo, aún no te acostumbras a vivir con lo que eres, tienes méritos, eres médico, conocido como el lobo blanco, el excelente espécimen en la comunidad. —¿qué te preocupa? ¿qué un día ya no puedas obtener ni una gota de mi sangre? —No puedo contradecirte si me dices eso hermano, por cierto, esto es tuyo, lo dejaré sobre la mesita, chequéalo. —No creí que te gustará hacer de mensajero Lionel. Se levantó diciendo. — Acomódate Lionel, hazlo a tu antojo, pero antes reportarlo a Mica, el p
La invitación, es un compromiso más que atender de los muchos otros, ¿cuál debería elegir?, hum "Enrique", en el reverso de la carta, decía, "Revelar tu verdadera naturaleza es parte de tu pasado"No perdí el tiempo y fue a visitarlo a su residencia, una muy bonita a simple vista, fuentes de Quattro, una vista espectacular, algo digno para mantenerte bien protegida y hacerte sentir una muñeca viviente, así debes sentirte en esta prisión.—Disculpe la tardanza, sígame por favor.Mientras esperaba en recepción que conectaba con una sala de cristales, sentí curiosidad y registré cada imagen en mi memoria. —Qué unidos se ven, hasta parecen una familia. —sostuve en mis manos el retrato.—No has cambiado nada, ni siquiera has envejecido, eres prueba de nuestra existencia.Mis recuerdos aún estaban confusos, pero a esta mujer que caminaba hacia mí, sosteniendo dos copas, la reconocí de inmediato. Cada paso de ella, alborotaba mis emociones.—Bébelo es uno de mis vinos preferidos y con respect
Ha cumplido una semana desde que está Azul en el hospital, la herida alrededor de su cintura ha sido tratada y se ve mejor, lo digo por su semblante, suele estar de mejor humor y a menudo sonríe para mí, eso creía.—Hoy hace mucho calor, iré a tomar aire, volveré.—Omar. —Sostuvo mis manos, sosteniendo mi mirada. —ayúdame a salir de aquí.Estaba tan tranquila que lo que me dijo, me inquieto. — pensaré un poco, sí. Me pasé la tarde observando el reloj, mientras almorzaba en el comedor, incluso compré una soda, caminé un poco, y estando frente a la puerta, está se abrió ante mí, viendo a Azul terminando de atarse los pasadores.—¿Omar piensas venir conmigo? ¿verdad?Estaba realmente sorprendido por su cambio, era amable conmigo de un día para otro, ¿Quién eres?—Demos un paseo.El hospital donde estábamos, residía cerca de un balneario costero, pero debíamos pasar el túnel. No había iluminación, pero bastaba con que se avistase al final del camino la luz, así que decidí ir con ella. Pla
En cuanto se fue, me miré al espejo de la sala porque sentí una molestia en mi cuello, alce un poco para verlo mejor, y era mi sangre seca convertida en costra, así como, el que mis brazos estaban moreteados. —Sobreviviste niño tuviste suerte. —una voz gruesa resonó. Era ese hombre, levantando el armario, del cual había caído. —¿Piensas matarme ahora? —agarré el alicate escondiéndolo por detrás de mi pantalón por si me atacaba. —Suelta eso niño, si hubiera querido que murieras, te hubiera dejado para que te atropeyaran. Se detuvo delante mío, dándome en las manos una toalla, —El baño está a la mano derecha, date una ducha. —¿Porque haces esto? —Eres el invitado de Steven, lo olvidas niño y deja de decirme ese hombre, soy Adrián. —Si quieres que te llame por tu nombre, no me digas niño, me llamo Omar, correcto. —Lo tendré en cuenta muchacho. No parecía ser mala persona, pero por su tamaño intimidaba a cualquiera, podría decir que media casi 2 metros de altura. —¿Alguna pregun