Continuación de la muerte de Itzel, por parte de Arceo en el cuerpo de Rodrigo.—Arcángel, deberías encender la televisión y disimular tu preocupación por el cuerpo de Rodrigo, sabíamos desde el principio que aparecer significa despertar al viejo de Arceo.Encendió la lámpara, y se sentó muy cerca de Risas, dirigiendo su torso superior hacía otro lado, después de mirarlo de reojo.—No me mires de ese modo, no soy su niñero. -expresó Risas alzando la ceja.—Si comparo mi vida de antes con el ritmo de vida humano aquí, es estresante y el tiempo es limitado.—Todos tienen reemplazo Arcángel.Risas como Arcángel nacieron en una manada de lobos que vivían en el bosque, al salir fueron conscientes de la maldición que arrastrarían consigo hasta el final de sus días. Por esta razón, decidieron ser el escudo y defensa, uno del otro.—Por el contrario de ti Arcángel, yo estoy satisfecho con mi presente.—Huir del bosque nos llevó a esto Risas.—Eres tú el que se siente así, yo quiero dejar ese
Arceo. - Tú eres el perro fiel de Luciano, y la vez amigo del lobo blanco, ¿Qué razón tendrías para reunirte conmigo en la Casa Verona? —Eso a ti no debería interesarte, solo escucha lo que tengo que decir. Arceo. - di lo que tengas que decir y sal ya. —Estoy aquí, para dar el último mensaje de la Familia Björn. Arceo. -ese anciano no envía mensajeros, por más que pierda el tiempo en mujeres. —Su querido amigo sabía que usted es amante de lo ocultismo, y él a diferencia de usted, se negó a recibir tratamiento muriendo hace cinco años. Dejando como autoridad absoluta a su hijo legitimo Nahuel, antes que objeciones, es quien le ha permitido estar de pie y con un cuerpo físico. Arceo. -Es un maldito bastardo que nunca reconocería hijo alguno. —Un año antes de morir reconoció entre sus hijos, a Nahuel como legítimo, puesto que los otros murieron en situaciones desafortunadas. Arceo. –Entonces es a su hijo a quien deberé el favor. —Ha sido muy claro con lo que quiere, por orden
Apareció en medio del caos en la parte externa de la residencia, Steven junto a Omar detonando los explosivos. ¡Largo Omar! Señalo detonando uno de los explosivos para que escapara Omar y en medio del humo, se hizo presente Arceo, entonces Steven dijo. —Es entre tú y yo. -arqueo la espada, apuntándole inmediatamente al verlo observando al humano, hiriendo su yugular. Movió con sus dedos el filo de la slider. —deberías temerme cazador por lo menos por Itzel, -menciono Arceo, haciendo que Steven le invadiese el miedo y temblase. —Piensas que perdonare tu vida por salvarme. —dijo Steven tomando control de su cuerpo, colocándose en posición de ataque y con una mirada de odio plasmada en su cara aclaró. —No te atrevas a acercarte, ni decir el nombre de mi hermana. -cortando hábilmente la chaqueta de Arceo. “Verás lo que yo quiero que veas, cuando yo lo crea necesario” Apretó el filo de la espada hasta partirla a la mitad, es donde Steven que sujeta su mano se queda enfundada sobre l
—¡Rodrigo suéltalo ya! El grito insistente de la mujer arrodillada en frente del hombre de sus pesadillas la abrumo tanto sintió miedo por Omar, entonces grito nuevamente para llamarlo sin respuesta alguna, mientras el recibía una paliza, que lejos de bajar la cabeza, persistió en no caer. La mujer que gritaba fue detenida tardíamente por ese ser llamado Risas que sujeto sus manos hacia atrás, haciéndola callar, dejándola alerta a la situación terrible. Pronto Arceo sintió pesadamente los latidos en su corazón, presionando sus uñas contra su pecho y con dificultad susurro vagamente: “Como…te…atreves”, tambaleándose de lado a lado, se apoyó en la pared, conteniéndose. Enderezo su espalda y lanzo una mirada de odio hacia la mujer, caminando hacia ella, tomándola del brazo. - ¡Maldito! Exclamo Omar que recuperaba el aliento, aun convaleciente, ante esto, el hombre que agarraba a la mujer como si fuese un trapo, la aventó contra aquellas losetas, fuertemente haciendo que la sangre qu
La niebla se disipaba, dando paso al alba que, con su radiante luz, despertaba al cazador, y cuyos ojos adormitados se hacían pesados para abrir; con el cuerpo magullado, se levantó con sumo cuidado para no cortarse con los vidrios resquebrajados en el suelo debido al impacto de las explosiones. Apresurándose a bajar por una de las ventanas abiertas para escapar. —¿Qué hora es? Pregunto Omar cubriéndose con el antebrazo del sol. —Duele… Retrocediendo bajo y decidió a ayudarlo, apoyándolo en su hombro. —Con cuidado Steven. —Escúchame harás lo mismo que yo. —¿El jardín? Apoyándose sobre sus brazos, bajo por la ventana, y usando sus piernas largas puso un pie fuera de la habitación, pero al escuchar el desplome de una puerta de acero del lado izquierdo de la residencia, su cuerpo vibro ante el movimiento, raspándose los tobillos en las enredaderas. “Una flor de ciclamen (Violeta de Persia), no es su estación debería haberse secado” ¿cuál es el problema? No podemos bajar por aquí
Reunidos en una noche de luna, los ocho integrantes pertenecientes a la esfera social media alta de la comunidad de los trece, asistieron, acordando vestir de negro con capas clásicas bordadas con flores de loto como símbolo de resurrección. Inclusive trajeron a personas jóvenes de diferentes locaciones del mundo para ofrendarlos en el templo, y devolver a la vida. A los minutos, los cuerpos cayeron en cuanto fueron degollados, la sangre fluía alrededor del féretro, mientras el sonido de la caracola marcaba el final de una noche con fines egoístas, oscureciendo el cielo nocturno. [Dónde iba cayendo, ¿tan profundo?, no puedo ver nada. Recordar mi antiguo hogar es sentirme aprisionado, así que despertaré, una vez salga de este sueño.] Rodrigo. Un niño pequeño yacía al pie del risco mirando al hombre. —¿Rodrigo dónde estabas? Quiero presentarte a mis hijos. Era la primera vez que el hombre frente a él, llamado Fallían lo observaba tan sonrientemente. Sonó la primera campanada, todos
En tanto Azul que estaba por cumplir su mayoría de edad, entro a trabajar a una de las empresas que auspiciaba la comunidad de los trece, y siempre manteniéndose cerca de Lionel, a pesar que el seguía llevando a cabo los compromisos en la comunidad. Este a su vez, era su tutor, pero ante los ojos de la comunidad era su prometida temporal. En su corta visita al Centro Arqueológico de Sóleo para hacer una pequeña entrevista, se topó con el nieto vestido de traje, saco y corbata, llamado Steven, el cual se le hacia conocido. Giro rápidamente, diciendo. - ¿Lo conozco de algún lugar? El hombre no respondió y siguió caminando, hasta que cuando ella se estaba yendo, el arqueo las cejas diciendo. -Traicionaste la memoria de tu hermano. Eso la hizo sentir nerviosa, (Quien puede ser esta persona, parece conocerme.) -señaló Azul, “suélteme por favor, no sé de qué habla” ¡Despierta! Acaso lo has olvidado…Tú no puedes cambiar, y olvidarte de Falco. -dijo Steven tomándola del brazo de Azul, obl
Se detuvo en un callejón sin salida y se abrió el saco frente a Arcángel, que le recriminaba haber salido sin su autorización al mundo exterior, espero a que se diese media vuelta y rebusco entre los bolsillos del saco, tomando el roble oculto en su pantalón, atacándolo sorpresivamente por la espalda. —Por qué ¡porqué me haces esto! –expresó incomprendido. Ejerciendo presión con roble sobre su espalda, atravesó su pecho, y la sangre desbordada de su boca al intentar articular palabra alguna. —Dije que iría a dar un breve paseo para adecuarme a este nuevo ciclo y tú te enfadas conmigo, ¡qué crees que haces! tanto tu como la comunidad creen que soy su títere, te lo advertí, no lo intentes. Incluso creía por un momento que serias mi buena mascota, ignorando el hecho que me entregaste a la comunidad. ¿Desde…cuándo? —preguntó con dificultad Arcángel, jalando desde el lado opuesto para sacarse el roble del pecho. Realmente es una lástima, pero no puedo permitirme ser juguete de nadie,