Lorenna estaba en la oficina, de pronto sonó el celular, era Damián, ya que se iba de viaje y quería despedirse e insistió en ir a verla, Lorenna le dijo que podían verse en la cafetería de la empresa, él aceptó y allí se encontraron; Lorenna le contó todo, incluyendo lo del embarazo.—Te digo todo esto porque no quiero que pierdas el tiempo esperando por mí, tienes derecho de buscarte a una mujer que pueda corresponderte como te mereces.—No digas eso. No puedo negar que me sorprende que estés embarazada de Fabrizio, no se suponía que eso sucediese entre ustedes dos.—Sucedió antes que tú regresaras de Europa. Fabrizio llegó a la oficina, tenía que hablar algo con Lorenna, la secretaria le dijo que ella había ido a la cafetería, entonces decidido ir a buscarla.Damián quiso convencer a Lorenna de que desistiera de ese matrimonio.—Pero no deberías casarte con él, no hace falta.—No voy a dejar que él haga lo que se le da la gana con la empresa de mi familia, papá hizo lo que pudo e
Antonella llegó y poco tiempo después Inés con Sandra y Altagracia. La aparición de estas mujeres rompieron el encanto en el que Fabrizio se encontró por algunos minutos, su presencia lo hizo chocar con su realidad, de pronto estaba rodeado por sus enemigos. Salió al pasillo, apartándose de Lorenna, se sentó en una de las sillas que había a esperar qué indicaciones daría el médico para Lorenna. Minutos después Inés y Altagracia salieron al pasillo, pues él doctor llegó a revisar el caso de Lorenna, entonces solo se quedaron con ella sus padres.Inés miró a Altagracia y a su hija con lamento en su rostro por no poder ni siquiera hablar con Fabrizio, él ni las miraba. Altagracia se acercó a él y se sentó.—Parece que él doctor enviará a Lorenna a casa, con un reposo por su puesto. —Qué bien. —Respondió Fabrizio en un tono frío, Altagracia nunca se había metido con él, pero era enemiga de Dayanna. —Ciertamente el doctor envió a Lorenna a su casa, Altagracia se enteró y les avisó en el
Ignacio, Antonella y otros miembros de la familia se encontraban en la sala esperando que Lorenna bajara para irse a la mansión de la familia Murrié, allí se celebraría la boda entre Fabrizio y Lorenna.Raquel era la dama de honor acompañando a la novia. Ambas se encuentran en la habitación, ella le acomodo el velo, observó a través del espejo el rostro triste de Lorenna.—No deberías casarte con Fabrizio, no eres feliz con él.—Solo se trata de esa receta, por qué les cuesta tanto entenderlo.La dama de honor se asomó por las escaleras.—Señoras y señores, a continuación verán a la novia más bella del mundo. —Todos tenían cara de velorio.De pronto apareció Lorenna con su su sencillo vestido de novia y su cara sería, aunque se veía hermosa. Llevaba en sus manos un sencillo bouquet.A Ignacio se le aguaron los ojos al ver a su única hija vestida para ir a casarse, solo para luego divorciarse, ningún padre amoroso como él esperaría que eso sucediera con su hija. Miró sus ojos, él la con
Aún estaban en medio del brindis cuando de pronto un auto estacionó frente a la mansión, de este bajó un impresionante mujer, se trataba de Mariangel, llevaba puesto un vestido de diseñador de color dorado, este tenía un gran escote en su espalda, solo un par de tiras de perlas lo sostenían sobre sus hombros. Lo había combinado con un par de zapatillas muy altas y su cabello lo llevaba suelto. Mariangel fue a la mansión con un solo objetivo en mente, opacar a la novia; además pretendía deslumbrar a Fabrizio. Se paró en el umbral de la puerta que dirigía al jardín y suspiró a la vez que sonrió, achicó los hombros y comenzó a caminar hacia donde todos estaban. Los esposos se encontraban sentados detrás de la mesa principal, Lorenna tenía el rostro serio, no tenía nada de alegría por su boda.Fabrizio la tomó de la mano, ella le reprochó con la mirada, Fabrizio puso una tenue sonrisa, entonces ella le dijo:—No tienes qué tocarme, no hace falta y no deseo que lo hagas.—Ahora que eres mi
Fabrizio salió de la habitación y cerró la puerta con fuerza, Mariangel tiró el vestido y gruñó, luego lloró y dijo:—No me vas a dejar, no me vas a dejar, ¡eres mío!Fabrizio regresó a la mesa, Antonella e Ignacio se encontraban allí cerca de su hija sosteniendo una conversación, pero cuando vieron a Fabrizio, cambiaron su expresión y se quedaron callados. Fabrizio se sentó al lado de Lorenna. Tenía fruncido el ceño, no podía disimular su enojo que Mariangel le había provocado. Pasaron varios minutos en que todos permanecieron callados, no había tema de conversación. Esa situación hasta que a Fabrizio se le hizo insoportable estar allí, entonces se levantó de la silla y agarró a Lorenna de la mano.—Vámonos ya.—Aun no deberíamos marcharnos.—¿De verdad deseas continuar aquí? —Ignacio intervino.—Lorenna no irá contigo a ninguna parte, ella se irá con nosotros a la casa. —Lorenna es mi esposa y se irá conmigo.—Solo se casó contigo para evitar que hicieras un desastre con la receta
Fabrizio la miró con añoro.—Deseo quedarme contigo, pero no voy a presionarte, sé que vas a desear quedarte conmigo. —Se acercó a ella y besó sus labios, luego le dijo:—Que descanses, esposa. —Se dio vuelta y salió de la habitación cerrando la puerta tras sí. Lorenna se quedó mirando, de pronto sintió ganas de decirle que se quedara, se acercó a la puerta, iba a abrirla, pero se detuvo con la mano puesta sobre la perilla, entonces se dio vuelta y se recostó a esta, cerró los ojos y dio un suspiro mientras pensó dentro de sí:"No quiero hacerme falsas ilusiones. Pero cuando lo tengo tan cerca siento que me muero por estar en sus brazos."Al otro día Fabrizio la buscó en la habitación.—¿Ya vas a bajar a desayunar?—Si.—Después quiero que me acompañes a la planta para que la conozcas.—Está bien.Cuando llegaron a la planta, Fabrizio lenabrió la puerta del auto a Lorenna, la agarró de la mano y entró con ella a las instalaciones, primero fueron a la oficina, allí le presentó a varios
Mariangel se enteró que Fabrizio se había ido a Venezuela y se había llevado a Lorenna. Le contó a sus amigas.—Se la llevó, se llevó a esa idiota Fabrizio la acompañó hasta el auto, él mismo le abrió la puerta del asiento trasero, ella subió.—Nos veremos por la tarde.—Si. —Fabrizio cerró la puerta, el auto arrancó, él se quedó parado observando como la imagen del auto se desvanecía con la distancia, por dentro tenía un lamento, el día que había planeado pasar con ella para involucrarla en su vida había resultado ser un fracaso, pero a su vez que ella hubiera decidido marcharse había sido mejor, así él podría pensar las cosas que ella le dijo en la oficina.***Mariangel se enteró que Fabrizio se había marchado a Venezuela y que además de ello se había llevado a Lorenna. Lloró de la rabia y me dijo a sus amigas.—Se fue y se la llevó con él. —Samanta le dijo:—Deberías ya olvidarte de Fabrizio y continuar con tu vida.—Por supuesto que voy a continuar con mi vida, pero antes le voy
En la mañana Lorenna aún seguía dormida, de pronto sintió que tocaron su naríz, abrió los ojos, era Fabrizio, la estaba mirando con una sonrisa y se sentó a su lado.—¿Cómo amaneció la bella durmiente? —Lorenna sonrió y le tocó el rostro con ternura.—Amanecí como una mujer recién casada y enamorada. —Fabrizio besó su mano y le dijo:—Quiero que tengamos una boda por todo lo alto como te mereces, no me gustó tu cara cuando nos casamos. —Lorenna lo miró tiernamente.—Ese día no tenía esperanzas con este matrimonio.—¿Y ahora?—Si, necesitamos esa gran boda, aún nos falta que el padre nos eche la bendición.—Si. Hoy quiero que me acompañes a Mérida, iremos en avioneta. —Ella se sentó.—¿Y eso?—Estamos invitados a la finca de un socio, pasaremos allí el día.—Me han dicho que es un lugar hermoso.—Si, con montañas y con el clima frío.—Entonces voy a alistarme.—Te espero abajo para desayunar juntos.Mariangel amaneció tumbada sobre la alfombra de su habitación, no había dormido en toda