Fabrizio salió de la habitación y cerró la puerta con fuerza, Mariangel tiró el vestido y gruñó, luego lloró y dijo:—No me vas a dejar, no me vas a dejar, ¡eres mío!Fabrizio regresó a la mesa, Antonella e Ignacio se encontraban allí cerca de su hija sosteniendo una conversación, pero cuando vieron a Fabrizio, cambiaron su expresión y se quedaron callados. Fabrizio se sentó al lado de Lorenna. Tenía fruncido el ceño, no podía disimular su enojo que Mariangel le había provocado. Pasaron varios minutos en que todos permanecieron callados, no había tema de conversación. Esa situación hasta que a Fabrizio se le hizo insoportable estar allí, entonces se levantó de la silla y agarró a Lorenna de la mano.—Vámonos ya.—Aun no deberíamos marcharnos.—¿De verdad deseas continuar aquí? —Ignacio intervino.—Lorenna no irá contigo a ninguna parte, ella se irá con nosotros a la casa. —Lorenna es mi esposa y se irá conmigo.—Solo se casó contigo para evitar que hicieras un desastre con la receta
Fabrizio la miró con añoro.—Deseo quedarme contigo, pero no voy a presionarte, sé que vas a desear quedarte conmigo. —Se acercó a ella y besó sus labios, luego le dijo:—Que descanses, esposa. —Se dio vuelta y salió de la habitación cerrando la puerta tras sí. Lorenna se quedó mirando, de pronto sintió ganas de decirle que se quedara, se acercó a la puerta, iba a abrirla, pero se detuvo con la mano puesta sobre la perilla, entonces se dio vuelta y se recostó a esta, cerró los ojos y dio un suspiro mientras pensó dentro de sí:"No quiero hacerme falsas ilusiones. Pero cuando lo tengo tan cerca siento que me muero por estar en sus brazos."Al otro día Fabrizio la buscó en la habitación.—¿Ya vas a bajar a desayunar?—Si.—Después quiero que me acompañes a la planta para que la conozcas.—Está bien.Cuando llegaron a la planta, Fabrizio lenabrió la puerta del auto a Lorenna, la agarró de la mano y entró con ella a las instalaciones, primero fueron a la oficina, allí le presentó a varios
Mariangel se enteró que Fabrizio se había ido a Venezuela y se había llevado a Lorenna. Le contó a sus amigas.—Se la llevó, se llevó a esa idiota Fabrizio la acompañó hasta el auto, él mismo le abrió la puerta del asiento trasero, ella subió.—Nos veremos por la tarde.—Si. —Fabrizio cerró la puerta, el auto arrancó, él se quedó parado observando como la imagen del auto se desvanecía con la distancia, por dentro tenía un lamento, el día que había planeado pasar con ella para involucrarla en su vida había resultado ser un fracaso, pero a su vez que ella hubiera decidido marcharse había sido mejor, así él podría pensar las cosas que ella le dijo en la oficina.***Mariangel se enteró que Fabrizio se había marchado a Venezuela y que además de ello se había llevado a Lorenna. Lloró de la rabia y me dijo a sus amigas.—Se fue y se la llevó con él. —Samanta le dijo:—Deberías ya olvidarte de Fabrizio y continuar con tu vida.—Por supuesto que voy a continuar con mi vida, pero antes le voy
En la mañana Lorenna aún seguía dormida, de pronto sintió que tocaron su naríz, abrió los ojos, era Fabrizio, la estaba mirando con una sonrisa y se sentó a su lado.—¿Cómo amaneció la bella durmiente? —Lorenna sonrió y le tocó el rostro con ternura.—Amanecí como una mujer recién casada y enamorada. —Fabrizio besó su mano y le dijo:—Quiero que tengamos una boda por todo lo alto como te mereces, no me gustó tu cara cuando nos casamos. —Lorenna lo miró tiernamente.—Ese día no tenía esperanzas con este matrimonio.—¿Y ahora?—Si, necesitamos esa gran boda, aún nos falta que el padre nos eche la bendición.—Si. Hoy quiero que me acompañes a Mérida, iremos en avioneta. —Ella se sentó.—¿Y eso?—Estamos invitados a la finca de un socio, pasaremos allí el día.—Me han dicho que es un lugar hermoso.—Si, con montañas y con el clima frío.—Entonces voy a alistarme.—Te espero abajo para desayunar juntos.Mariangel amaneció tumbada sobre la alfombra de su habitación, no había dormido en toda
Fabrizio y Lorenna viajaron a Estados Unidos, ella tenía la intención de sorprender a su familia con la buena noticia de que Fabrizio iba a entregar la receta. Fabrizio fue a su apartamento y Lorenna a la casa de sus padres,se reunió con ellos y les dijo:—¡Fabrizio va a entregarle la receta a Inés porque me ama! —Ellos estaban incrédulos, Ignacio le dijo:—¿Estás segura de que ese hombre no está tratando de engañarte?—Estoy segura papá, mañana mismo durante la cena familiar en la mansión la entregará. —Antonella agregó:—¿Y después de eso qué? ¿Te quedarás con él?—Fabrizio ahora es mi esposo, el padre de mi hijo. —Lorenna notó que sus padres no estaban contentos.—Va a entregar la receta, ¿Qué más necesitan que haga para que lo acepten?—No solo se trata de la receta, también sus actitudes, ¿ya olvidaste la forma como nos trató en distintas ocasiones? sobre todo a ti.—Lo sé papá, pero Fabrizio ha cambiado mucho, esta semana que hemos estado juntos me lo ha demostrado. —Antonella l
Lorenna llegó a la mesa, todos estaban esperando por ella y Fabrizio, ella llegó con aflicción en su rostro, todos se percataron de ello, Antonella preguntó:—¿Sucede algo? —Lorenna se soltó a llorar, luego se marchó de allí, sus padres e Inés se levantaron y fueron tras ella y la alcanzaron en la sala, Ignacio le dijo:—¿Qué te sucede Lorenna? —Me quiero ir de aquí. —Fabrizio bajó las escaleras y se acercó a ella.—Tenemos qué hablar, vamos a otra parte.—¡No iré contigo a ninguna parte! —Dijo rabiosa, Ignacio alzó la voz.—¿Qué pasa Lorenna? —¡Diles! —Gritó Mariangel desde las escaleras—. Diles que Fabrizio nos ha estado utilizando a las dos. —Lorenna la miró con recelo.—¡Callate! —Antonella se consternó.—¿Pero qué está diciendo Mariangel? —Fabian y Sandra llegaron a la sala.Lorenna tenía el rostro bañado en lágrimas, Fabrizio intentó hablar con ella, pero ella se rehusó a ir con él. Ignacio le habló duro a Mariangel.—¿Qué nos quieres decir? ¿Por qué dices que Fabrizio las ha
Al otro día Antonella entró a la habitación de Lorenna, la encontró en la cama acostada de medio lado, se veía muy deprimida mirando hacía la ventana.—¿Cómo estás hija? —Lorenna con un tono de voz triste respondió:—¿Cómo crees que estoy? —Lo sé, solo quiero que hables conmigo, sabes que puedes desahogarte. —Su rostro se bañó en lágrimas.—No quiero hablar, solo deseo poder dormir mucho y despertar cuando ya no sienta tanto dolor. —Antonella se sentó a un lado y le agarró la mano.—Vas a superar esto, así como superaste a Juan Carlos.—No mamá… Fabrizio duele más, mucho más, sé que nadie me entiende, pero siento que no podré seguir sin él.—¿Piensas perdonarlo y regresar? —Lorenna negó con la cabeza.—No, no podría confiar más en Fabrizio, nunca sabría cuando dice la verdad o cuando miente. Más tarde vendrá mi abogado, me dijo que la anulación no es posible por mi embarazo, me recomendó el divorcio por mutuo acuerdo.—¿Crees que él lo va aceptar?—Tendrá que hacerlo. —Vámonos a Esp
Fabrizio recibió el disparo en la espalda cerca de su pulmón derecho, no tardó mucho en comenzar a botar sangre por la boca. Ignacio despertó del desmayo algunos segundos después, él se encontraba menos grave que su yerno. Lorenna se acercó a Fabrizio y tocó su cara, él estaba luchando por respirar y la miró a los ojos, Lorenna comenzó a llorar. De pronto Fabrizio con una voz débil y entrecortada le dijo:—Perdoname… por todo el daño que te hice a ti, a todos, ahora sé que no debí, pero… ya es tarde. —Ella dijo entre sollozos.—No, no es tarde, vas a ponerte bien. —Fabrizio sonrió lánguidamente.—Si muero, jamás conoceré a nuestro hijo… dile que lo amé.—No vayas a morir, no puedes dejar a nuestro hijo sin su padre. —Fabrizio intentó decir algo más, pero de pronto cerró los ojos y perdió el conocimiento.***A la clínica llegaron miembros de ambas familias, incluyendo a Flavio y Héctor, Mariangel no podía presentarse después de lo que había hecho. Inés también estaba allí, sufriendo