Tamara ya dio a luz a una hermosa niña, desde que Camila la vio por primera vez quedó muy enamorada de ella al sentir el fuerte afecto de tía, ella le prometió que si su madre no la quiere e intenta abandonarla, la convertirá en su hija y de amor no sufrirá. La pequeña está dentro de una incubadora en la unidad de cuidados intensivos para niños recién nacidos, ya que a última hora ha desarrollado problemas en su pequeño corazoncito y en sus riñones que no se le alcanzaron a desarrollar por completo y en el único ultrasonido que se hizo no se lo detectaron hasta ahora que ya nació.

— ¡Por favor, hermana, dime que la niña no ha nacido con vida, no la quiero ver, por favor diles que no me la traigan! —Exclamó Tamara cuando despertó de la cesárea que le han practicado.

— No seas ingrata y sin corazón, como te atreves a referirte así de tu propia hija, es tu sangre Tamara, tú puedes ser con el mundo la peor escoria que puede existir, pero con tu hija sé diferente y demuéstrale un poco de a