—Disculpa, pero yo no tenía ni idea de que estabas enamorada de mí —aclaró Robert—. Además, ¿cómo se te ocurre estar con un hombre si no lo amabas?, ¡¿te das cuenta que estás jugando con los sentimientos de Camilo?!
Miguel y Marc estaban cerca del balcón y escucharon la discusión. Siendo la pareja bastante curiosa, decidieron acercarse para poder oír lo que se decían. Aunque, nunca imaginaron que hablaran un tema tan delicado.
—¿Ahora me dices que nunca te diste cuenta de lo que yo sentía por ti? —inquirió Laura—, debes ser alguien demasiado lento para no haberlo hecho, ¿acaso eres un retrasado mental?
Robert comenzó a enojarse por la forma en la que estaba hablando Laura y sentía que pronto lo sacaría de quicio.
—Menos mal te apartaste de Camilo, no imaginas de lo que acabas d
—¡¿Respetarte?! —Flor soltó una carcajada—, ¡eso lo perdiste hace rato!Lorena no soportó más esas humillaciones e hizo que su padre la soltara, pero, para sorpresa de todos, no se abalanzó a Flor. La joven solo se dirigió a su cuarto mientras lloraba.—Ni se te ocurra volver a decir otra vez esas barbaridades —ordenó el señor Durán a Flor—. Como lo vuelvas a hacer quien te va a enseñar a respetar seré yo, ¡¿entendido?!Flor acentuó con miedo mientras arreglaba sus cabellos enmarañados.—Es verdad lo que dijo Lorena, eres una maldita envidiosa que va a morir solterona —dijo Marcela muy enfadada a su hermana.Marcela se dirigió a la habitación de Lorena para averiguar su estado. Sabía que la pobre debía estar hecha un mar de lágrimas por los insultos que
—Ustedes… —dijo Camilo con rostro aburrido— están locos, ¿cómo se les ocurre casarse tan jóvenes?—Bueno, en algún momento lo vamos a hacer, ¿por qué no hacerlo ahora? —respondió Lorena.—El amor es una mierda —soltó Camilo y después bebió un poco de su cerveza.—¿Terminaste con Laura? —inquirió Lorena.—Comienzo a creer que sí —respondió el joven..Laura se despertó aquella mañana con ganas de seguir durmiendo, sentía su cuerpo totalmente cansado y con un terrible dolor de cabeza.—Quédate acostada, estás hirviendo en fiebre —dijo su madre después de tomarle la temperatura.Era lo único que le faltaba, estar enferma por dentro y por fuera. Aunque, hubo algo que nunca imaginó que suced
—Oye, Laura —trató de hablar Lorena—. ¿Cómo es eso que estás enamorada de Robert? —parpadeó dos veces— llevas dos años con Camilo. No es justo que le hagas esto.—No son dos años —replicó Laura sin saber qué decir.—Pero los van a cumplir, ¡ay, eso no importa! ¡Lo que importa aquí es que estás jugando con él! —soltó Sasha enojada.En aquel momento se abrió la puerta y Camilo entró a la habitación. Todas las chicas se asustaron al verlo e hicieron completo silencio.Las miradas de Laura y Camilo se encontraron por un momento. Después, el joven bajó la mirada al pequeño pocillo que traía en sus manos.Camilo respiró profundamente y después dejó el pocillo en una mesita de noche.—Está bastante caliente, espe
Camilo llegó a su apartamento y al momento de cerrar a su espalda la puerta, sintió que comenzó a derrumbarse lentamente.“¡Por tu culpa Robert se fue de la casa después del show que le hiciste porque te rechazó! Parecías una loca llorando por él” escuchar aquellas palabras fueron las que lo hicieron despertar, darse cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor.Llevó las manos a su cabeza mientras caminaba en círculos por la sala de estar. De un impulso tomó un florero de una pequeña mesa de madera que estaba recostada a una pared y lo lanzó lejos. Los fragmentos del objeto volaron por los aires después de estrellarse con la pared del fondo.Camilo dejó salir un fuerte grito y siguió lanzando y destrozando todo lo que encontraba a su alrededor.En repetidas ocasiones le dio golpes a la pared con sus manos empuñad
Cristian tornó su rostro con desagrado y comenzó a caminar rumbo hacia el segundo piso.—Sabía que esto iba a pasar —soltó—, se lo dije a Camilo muchas veces, pero no me hizo caso.—Me dan pesar los dos. Laura es una muy linda persona, pero cometió un gran error. Camilo es un chico muy amoroso, pero se ciega mucho cuando se enamora.—Sí, Camilo es un tonto. ¿Por qué no se dio cuenta antes?.Laura daba vueltas en la cama y no soportaba el sermón que estaba recibiendo de su amiga Sasha. No sabía qué era peor, tener fiebre o escuchar tantos regaños.—Debiste ser sincera con él, no esperar a que pasara tanto tiempo para que el pobre Camilo se diera cuenta que no deseabas estar con él. ¿Sabes lo fue que se siente darse cuenta que solo han jugado contigo? —decía Sasha sentada en el sillón
—Vete de mí apartamento o llamo a seguridad para te saque.—Camilo…El joven salió de la cocina y caminó en busca del bolso de Laura. Lo encontró en una pequeña mesa de cristal, lo tomó y vació el interior mientras buscaba con su mirada algo en específico.Laura veía dende lejos lo que hacía Camilo, ella sabía bien lo que estaba buscando, pero no se lo iba a dar.—¿Dónde están las llaves? —preguntó Camilo.Ella negó con la cabeza.—Laura, dame las llaves.La joven agachó la cabeza y Camilo se acercó a ella.—Dame las malditas llaves —pero ella seguía negándose—. ¡Que me las des!El cuerpo de Laura comenzó a temblar mientras seguía soportando sus ganas de llorar.Se suponía que ella no soportaba l
Cinco meses después:Lorena miró la hora en su celular después de terminar de enviar el video al correo del profesor.—¡Mierda! —gritó asustada.Tomó su bolso y el portátil para salir corriendo del apartamento. Sintió que bajar en el ascensor fue la espera más lenta que tuvo en todo el día.Corrió por las calles como si la estuvieran persiguiendo y esto producía que los peatones voltearan a verla.Pasó por los torniquetes de la entrada de la universidad desesperada y corrió por el campus siendo observaba por los estudiantes. Quienes la conocían sabían que ese era su diario vivir.Lorena subió las escaleras saltando algunos escalones y después entró al salón soltando jadeos mientras se sentaba. Segundos después, la profesora que tanto le daba dolor de cabeza a la joven,
Sasha estaba terminando de bajar las escaleras del segundo piso del apartamento de Cristian y sus ojos se posaron en el joven que conversaba alegremente con Miguel.“Mierda, ¡¿es en serio?!” pensó Sasha.La mente de Sasha se fue hasta el recuerdo de su infancia donde le declaraba sus sentimientos a un niño pelirrojo, que, para su desgracia, la rechazó con un simple movimiento de su cabeza haciendo que todos sus amigos se burlaran de ella.El chico volteó a mirar en dirección a ella y mostró una enorme sonrisa.—¡Sasha! —soltó el muchacho—, ¡Dios mío, en serio eres tú!El joven caminó hasta ella y la abrazó haciendo que los pies de la joven quedaran en el aire para después dar una vuelta que obligó a Sasha a soltar un grito.Lorena quedó confundida al ver aquella reacció