—Laura, no me gustaría que nuestra amistad se diera en medio de mentiras —explicó Marc—. Por esa misma razón me siento en la necesidad de contarte lo que sucedió en la fiesta con Miguel.
Laura retuvo la respiración al darse cuenta el rumbo que tomaba la conversación que estaba teniendo con Marc.
—Yo sí me besé con Miguel, entre los dos sí pasó algo esa noche —confesó el joven—. No te lo había contado porque no quiero perder tu amistad, aunque, si por esto dejaremos de ser amigos, lo entenderé perfectamente.
Laura llevó una mano a su pecho e inclinó un poco la mirada.
—Pero… tú sabías bien cuáles son mis sentimientos, ¿por qué me hiciste esto? —preguntó la joven.
—Los dos estábamos ebrios, no pensé en las consecuencias de las cosas
Laura dejó salir un suspiro, miró fijamente a Marc.—No debes disculparte, yo nunca tuve alguna relación con Miguel, de hecho, él ni siquiera se fija en mí —explicó la joven.—Pero…—Marc, agradezco mucho que seas tan sincero conmigo, eso me demuestra que eres un gran amigo; pero yo hice mal en ofenderme. Te dije que lo estaba olvidando, creo… que yo solo tenía un capricho y, bueno, es mejor que dejemos ese tema atrás.Marc estaba impresionado al ver aquella reacción, él había pensado que su amistad se acabaría aquel día, pero no, ahí estaba Laura, sonriéndole amablemente.—¡Laura! —escucharon.Sasha había salido de su auto y corría hasta donde se encontraban los jóvenes. Laura volteó a ver hacia atrás y vio a su amiga muy sonriente acercarse a ella
“En realidad, me mata la curiosidad de saber si eres hombre o mujer” leyó Laura.“Siendo franca, a mí también me carcome la curiosidad de saber con quién hablo” escribió la joven.“Soy hombre” envió R.Laura desplegó una sonrisa al leer aquello. Se sentó en la cama y comenzó a escribir.“Yo soy mujer”.“¿Qué edad tienes, L?” preguntó R.“Tengo 17, ¿y tú?”“21, soy mayor que tú, jajajajaja” R envió un emoticón de viejito.Laura soltó una carcajada al ver aquel emoticón, llevó una mano a su boca mientras sentía que sus mejillas se enrojecían.“Me gusta hablar con gente mayor” envió Laura.“Bueno, a mí me gusta hablar contigo, L” leyó la j
Sasha, en vista de que Lorena dijo aquello, comenzó a sentir envidia y algo de celos. Aclaró su garganta e hizo reposar sus codos sobre la mesa redonda de vidrio.—Aunque, ¿sabes? Me gustaría recordar viejos tiempos —mostró una sonrisa y pasó una mirada por Lorena—. ¿Será que gano como siempre pasa? Es tan fácil este reto.Lorena ignoró a Sasha y dejó su mirada clavada en Robert.—Si gano, deberás prestarme tu cámara por una semana —dijo la joven.—Y si yo gano, deberás ser mi modelo para una sesión de fotos —informó Robert.—¡¿Qué?! —soltó Lorena con los ojos bien abiertos.—¡Por Dios! No estarás hablando en serio, ¿verdad? —soltó Sasha un tanto indignada.Aquello no le gustó para nada a Lorena, qui
“¡Vaya, tus amigas sí que están locas!” envió Robert, después guardó su celular en el bolsillo de su pantalón.Se sentía incómodo en aquel lugar, sus ojos no dejaban de observar a Laura, no podía creer que todo ese tiempo estuvo hablando con ella. ¿En realidad era L?No parecía nada la chica que él imaginó que sería. Se veía indefensa y bastante insegura de sí misma. En cambio, la L que él creía conocer, era una joven madura para su edad, risueña, inteligente, bastante analítica y extrovertida, aparte que se mostraba bastante segura de sí misma.Laura llevaba varios minutos esperando un mensaje de R, pero, parecía que el joven se había ocupado. Esto solo empeoró su aburrimiento en aquella heladería y no veía la hora para poder marcharse.—Debo irme &mda
Camilo tenía su mirada clavada en el agua de la piscina. Miguel se acercó a él junto con Cristian y se sentaron a cada lado de su amigo.—¿Qué tienes? —inquirió Miguel.—Nada, ¿Por qué? —respondió Camilo.—Es que… estás muy extraño en estos días, y bueno, como no dices nada, nos toca a nosotros preguntar —explicó Cristian.—Ah… ya sé, es por esa niñita, ¿cómo es que se llama? ¿Lola? —dijo Miguel sonriente—, ¿todavía sigues triste porque te rechazó?—Se llama Laura, y no, no es por ella —respondió Camilo con rostro aburrido.—Camilo, debes superarla, hay muchas mujeres aparte de ella que matarían por estar contigo —aconsejó Miguel ignorando lo que antes dijo su amigo—. Mira, si qui
Lorena pasó una mano por su ceja izquierda que no dejaba de arderle. Después llevó otra mano a su costilla derecha, tenía un dolor insoportable que desde hace media hora la estaba torturando.La joven al ver que su madre entró a la heladería acompañada de su hermana Marcela se dio cuenta que no se saldría muy fácil de aquel problema.Un policía estaba tomando el testimonio de una empleada del lugar y Robert estaba al lado de la mujer tratando de explicarle con más detalle lo que sucedió, aunque, se le hacía imposible aquella misión.En una silla frente a una mesa estaba Sasha tratando de arreglar su desmarañado cabello mientras su madre a su lado le daba un sermón.A Laura la habían llevado a una clínica y Lorena no supo más de ella. La pobre ahora no sabía cómo explicarle a su madre la situación, de hec
Cristian estaba bastante enfurecido al ver que Lorena no le contestaba sus llamadas. Sintiéndose humillado por esto, empezó a enviarle muchos mensajes para así atormentar a la joven.“OYE.CONTESTA.MIS.LLAMADAS.O.NO.TE.SIGO.PAGANDOTONTA...”Lorena, sintiéndose bastante estresada al recibir esa cantidad de mensajes, tomó el celular para ponerlo en modo “silencio”, pero al solo momento de tomarlo, el objeto comenzó a sonar notificando una llamada.—¡Ay,
La señora Camila llevó su dedo anular derecho hasta su entrecejo mientras cerraba los ojos.—No te darás por vencido hasta que veas a Lorena, ¿cierto?—Así es —respondió Cristian con mucha convicción.La mujer dejó salir un suspiro y bajó su mano de su rostro y lo vio fijamente.—Ya la llamo para que hablen —informó—. Y… ¿después me podrías decir qué fue lo que le sucedió?—Claro —soltó Cristian sonriente.—Lorena está ganada con el novio que consiguió —dijo la mujer después de soltar un suspiro.Lorena estaba hecha bolita en su cama con los ojos hinchados en medio de la oscuridad de su cuarto. En aquel momento su ser estaba desparramado por la habitación sin intención de volver a ser aquella chica alegre y ext