Ninguno de los dos supo exactamente cómo llegaron al piso y en qué momento sus ropas fueron cayendo al suelo mientras caminaban entre besos a la cama.El cuerpo desnudo de Emma cayó sobre la cama, el contraste de las frías sábanas chocando con su piel caliente le hizo gemir.Emma se mordió el labio y fue corriéndose a la cabecera de la cama, mientras Ryan gateaba para llegar a ella…—¿Quieres jugar, gatita? —la voz ronca y excitada de Ryan hizo temblar a Emma con placer anticipado.Emma estiró su esbelta pierna para que Ryan la acariciara desde la pantorrilla, ella gimió al sentir la lengua de Ryan deslizarse por sus largas y esbeltas piernas hasta llegar a su clítoris. Gimió alto y duro al sentir aquella lengua invadir su intimidad y como fue dejando rastros por su cuerpo hasta apoderarse de su boca.Emma profundizó el beso, enredó los dedos en el cabello corto de Ryan y en un rápido movimiento lo apresó entre la cama y su cuerpo.Ryan gimió al sentir el cuerpo de Emma colocarse sobr
Emma se giró para ver a Angélica con cara de pocos amigos.—¿Qué haces aquí?—Estudiamos en el mismo salón, ellos también son mis amigos. No te creas tan importante, querida. Además, fue idea mía esta reunión —Angélica caminó hasta pararse muy cerca de Ryan—. ¿Dejaste a Nicholas por él?Emma podía leer la burla en su voz, por supuesto que Angélica solamente buscaba molestar e incomodar a Ryan.—No lo dejé por Ryan. Terminé con Nicholas, por tu culpa, ¿no les has dicho que los encontré sobre su escritorio con su polla lo suficientemente enterrada en tu coño para no poner en duda lo que hacían? —Emma sentía la sangre subir a su cabeza por culpa de Angélica.—Cálmate, cariño —pidió Ryan acercándose a ella.—Bueno, eso es cierto, no voy a negarlo. Nicholas fue bueno mientras duró, pero nunca pensé que elegirías un hombre mayor para casarte. ¿Fue el despecho lo que te llevó a enredarte con un hombre que podría ser tu padre? —Angélica de alguna manera pegó en el clavo. Había sido ese el mot
Emma disfrutó la fiesta, jamás se habría podido imaginar lo que Ryan y sus padres habían estado organizando a sus espaldas. Jamás habría sospechado.—¿Te ha gustado la sorpresa? —Emma miró a Ryan directamente a los ojos. Estaban tan cerca que más era imposible.Ryan la sostenía de la cintura mientras bailaban una melodía que a Emma le gustaba mucho y que, sin embargo, no le había prestado atención porque estaba concentrada en Ryan.—Me ha encantado, ¿en qué momento se te ocurrió todo esto? —preguntó ella recostando su cabeza sobre el hombro de Ryan.—Desde el momento en el que hablamos de una nueva sucursal. Hicimos todo lo humanamente posible para que estuviera listo poco antes de tu cumpleaños.—¿Hicimos?—Conté con algo de ayuda extra, no voy a llevarme todos los créditos —confesó a su oído.—Gracias, Ryan. Por un momento pensé que las cosas entre nosotros estaban enfriándose —le dijo ella en medio de un suspiro.—Te amo, bonita —respondió él, besando el lado de su frente que queda
Emma cerró los ojos y respiró profundamente al escuchar las palabras del jefe de la policía. ¿Qué más podía salir mal ese día? Emma pensó que era mejor ni preguntar. Hoy todo se había ido a la mierd4, no obstante, no tenía tiempo para lamentaciones.Caminó con paso seguro a la mesa donde Ryan se encontraba conversando con sus compañeros, como si nada hubiese sucedido, importándole poco lo que ella estaba sintiendo.—Lamento interrumpirte, Ryan, pero debemos marcharnos —Emma no miró a ninguno de los abogados, su mirada estaba puesta sobre Ryan.—Emma…—Te lo dije, Ryan. Me he disculpado con ella en el servicio, me temo que ella no es de las que aceptan una disculpa —Melanie intervino.Ryan miró a Emma, esperaba que ella discutiera o desmintiera las palabras de Melanie, sin embargo, ella no se molestó en mirar a la mujer, su mirada estaba fija sobre él y parecían dos filosas cuchillas que amenazaba con apuñalarlo.—Si me disculpan —dijo poniéndose de pie, tomó el brazo de Emma y se la l
La primera impresión de Ryan fue creer que Emma estaba bromeando, sin embargo, dejó de pensarlo en el momento que Emma caminó al closet y sacó una sábana, cogió una de las almohadas de la cama y se las colocó en las manos. —Ten una buena noche —dijo sin más lo empujó fuera de la habitación y le cerró la puerta en las narices. Por supuesto que para Emma hacer todo eso no fue fácil, le dolía en el alma las palabras de Ryan. Le dolía que él no se diera cuenta todo lo que ella lo amaba y que le importaba tres pepinos, lo que la gente opinaba de la edad que existía entre ellos, si a ella no le importaba, ¿Por qué tenía la gente que meterse? Con el enojo, la decepción y el dolor se metió a la cama y trató de dormir. Mañana tendría un día duro por delante. Mientras tanto, Ryan abrió los ojos, incapaz de poder dormir, se dio vuelta un par de veces en el sillón intentando no caer al piso, sin embargo, en la última revuelta terminó de nalgas contra el suelo. Él maldijo, se puso de pie moles
Emma elevó una ceja al escuchar la voz de Ryan, lo conocía bastante bien como para saber que se sentía celoso.—Ryan, ¿qué haces aquí? —preguntó dedicándole una ligera sonrisa.Ryan se sentó a su lado y le dio un beso en los labios. Emma no se apartó, sin embargo, tampoco le correspondió.—Llamé a tu madre, me ha invitado a comer —dijo él sin girar su rostro para ver al hombre.—¿Ryan Black?La voz del tipo hizo a Ryan fijarse finalmente en el hombre.—¿Ángel? —Ryan se sintió un completo imbécil y a este paso iba a sentirse de aquella manera durante muchos días más.—Vaya hombre, no tienes por qué comportarte como un macho Alpha, estamos entre amigos —Ángel estiró la mano para saludar a Ryan y mientras los hombres estrecharon las manos, Emma Collins estaba dispuesta a conseguir que su marido se cabreara un poco más.—¿Qué esperabas? —preguntó—. Tenías las manos de mi esposa entre tus manos.—No sé lo que hayas visto hombre, yo solamente le ayudé a colocarse la pulsera que se le había
Emma sonrió y Ryan sintió que iba a asfixiarse al ver a Ángel dirigirse directamente a Emma.—¡Estás hermosa, toda una diosa! —exclamó el hombre saludando a Emma con efusividad. Le dio un beso en cada mejilla, dos besos que para Ryan fueron como hiel.—Gracias, Ángel, no obstante, me temo que estás exagerando —rebatió Emma.—Ninguna exageración, Ryan sin duda debe sentirse el puto amo contigo a su lado —expresó.Emma sonrió, Ryan ni siquiera era capaz de mostrar sus sentimientos en público y la joven apretó los dientes al darse cuenta de eso.Era ella siempre quien lo buscaba, era ella quien corría a sus brazos cada vez que lo miraba. Era ella quien le había dicho te amo.—Ángel —Ryan se acercó a Emma, colocó su mano a la altura del escote y extendió la otra mano para saludar al recién llegado.—Ryan —Ángel saludó y estrechó la mano de Ryan en gesto de cordialidad, pero la mano de Ryan se apretó con fuerza alrededor de sus dedos.—¡Ángel! —Michael llegó para ayudar a su amigo y Ryan t
A la mañana siguiente y luego de una noche apasionada de reconciliación. Ryan y Emma bajaron al comedor para reunirse con la familia.—Buenos días, mamá —saludó Emma sonrojándose al pensar que sus padres sabían lo que ella y Ryan estuvieron haciendo durante la noche y parte del amanecer.—Buenos días, cariño, ¿todo bien? —preguntó al verla sonrojarse.—Sí, todo bien.—Buenos días, Natasha —Ryan fue un poco más atrevido y saludó a su suegra con un beso en la mejilla.—Buenos días, Ryan, por favor, tomen asiento —invitó Natasha antes de servir el desayuno.Michael y los gemelos llegaron solo un segundo después que los esposos. El rostro de Michael, hablaba por sí solo de la terrible noche que había pasado luego de ver a su princesa escapar de la fiesta del brazo de Ryan.—Buenos días —saludó cortante.—Buenos días —respondió la pareja al unísono.—Buenos días, amor —Natasha le dio un beso en los labios a Michael y un beso a cada uno de sus gemelos.El desayuno empezó en medio de un sile