Clarise miró a Richard, el hombre estaba obsesionado por Natasha Jones y ella no entendía la razón.—Haré todo lo que me pidas, Richard, puedes estar seguro de eso, no obstante, me gustaría saber la razón por la que haces todo esto —preguntó con calma.Richard la miró por un largo y silencioso momento, se encogió de hombros. Clarise pensó que no iba a responder al verlo caminar de un lado a otro.—Cuando la conocí, me pareció la mujer más hermosa que jamás había visto. Era hermosa, risueña, casi parecía un ángel. Me enamoré perdidamente de ella, ni siquiera podría explicar el cúmulo de emociones que me recorrió el cuerpo aquel día —confesó.—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó.—Ella no se fijó en mí, ni siquiera pude acercarme a ella lo suficiente para conocerla mejor, pero a partir de aquel día empecé a seguirle los pasos. Quería que en algún momento ella se diera cuenta de que estaba ahí, de que estaba esperándola.—Algo que nunca pasó —concluyó Clarise.—Estaba casado con la madre de
«El amor no es sacrificio, Emma, el amor es una combinación perfecta de afecto y compañerismo», Emma no pudo olvidarse de las palabras de su tío.Le dolía el corazón profundamente al saber que estaba marchándose con el corazón herido. Emma ni siquiera podía imaginar lo que era amar en secreto a una persona por tanto tiempo. Ella sin duda no podría hacerlo.Su mirada se deslizó sobre la figura de Ryan, mientras sostenía a Natalia en sus brazos y le cantaba una nana para hacerla dormir aquella primera noche en casa. Y, en definitiva, ella no podría vivir amando a Ryan sin decirle todos los días que era su amor. Ella jamás podría concebir una vida en la que él no estuviera.—Se ha quedado dormida —anunció Ryan acercándose a la cuna y depositando el pequeño y frágil cuerpo de su hija en el suave colchón.—Pues yo me habría dormido también, cantas bonito —le dijo palmeando el lugar vacío en la cama.—No voy a discutir eso contigo, un día me dices que lo hago horrible y al siguiente me lanz
Los siguientes dos días, tanto Emma como Michael se ocuparon de la contratación del nuevo rostro de la compañía, mientras Ryan cuidaba de Natalia, los días que no iba a la joyería. En mutuo acuerdo habían llegado a la conclusión de dejar a Melisa a cargo de las dos tiendas y Ryan solamente se ocupaba de que no sucediera nada ilícito. Porque él quería dedicarse a su hija y su esposa, tenía dinero suficiente para hacerlo, pero jamás se atrevería a frenar la carrera de Emma, por lo que, en días como estos, era él quien venía de visita con Natalia.—¡La princesa quiere ver a mamá! —exclamó Ryan entrando a la oficina de Emma.—¿Solamente la princesa? —cuestionó Emma mientras se ponía de pie y salía detrás del escritorio para reunirse con sus amores.—Tu marido también te echa de menos, así que estaba pensando en mudarme a la oficina —bromeó.—Tonto —dijo Emma en medio de una sonrisa mientras le daba un beso en los labios para luego tomar a Natalia en sus brazos y dejarle un beso sobre la p
Michael sintió como si le hubiesen echado un baldazo de agua fría sobre el cuerpo, tomó la foto entre sus manos y apretó los dientes con impotencia preguntándose, ¿Cómo había llegado esa foto a su oficina? ¿Qué es lo que pretendían con enviarla? Tantas preguntas que rondaban su cabeza y para las cuales Michael solo podía encontrar una respuesta. ¡Richard Lewis! Ese había sido su modus operandi en el pasado justo antes del secuestro de Emma.Un nuevo escalofrío recorrió su columna vertebral, sintiendo como si el aire se le cortaba y sus pulmones luchaban por una bocanada de oxígeno. Era la sensación más espantosa que solamente había experimentado en el pasado. Saber a su esposa y su preciosa nieta en peligro era demasiado para él.Michael se llevó una mano al pecho al sentir que su corazón palpitaba de manera acelerada. El dolor se extendió por su brazo izquierdo y la sensación de ahogamiento lo abrumó. De manera torpe se aflojó la corbata y abrió los primeros botones de su camisa mien
Natasha miró a Michael, estaba dormido y tenía varios cables conectados a su cuerpo, ella respiró profundo antes de levantarse de la silla y dirigirse a Emma y Ryan.—El doctor dijo que Michel no despertará en algunas horas, vayan a casa Emma…—No voy a dejarte sola mamá, y menos con el peligro que nos acecha —interrumpió Emma abruptamente las palabras de su madre.—Llévala a casa, Ryan, este no es un lugar para Natalia, antes de pensar en nosotros, tienes que pensar en tu hija, Emma. Natalia es el tesoro de la familia Collins —dijo Nat acariciando la cabecita de la niña que estaba dormida en brazos de su madre—. Tengo miedo que sea ella el objetivo. Por favor, Emma, no me hagas más difícil este trago amargo por el cual estamos pasando. Cuídate, cuida de tus hermanos y de nuestra niña —añadió Natasha mostrando un rostro tan serio que Emma ya no se atrevió a replicar.—Estaré de regreso mañana —prometió Emma.—Si no es necesario, no vengas —pidió.Emma asintió para no llevarle la contr
Emma esperó unos breves segundos a que la mujer apartara la mirada de su marido, no obstante, Aranza continuaba mirando a Ryan de una manera muy extraña, hasta el punto que sus ojos se cristalizaron.—Sé muy bien que mi marido es digno de admiración, pero considero que es una falta de respeto que lo hagas delante de mí —soltó Emma haciendo que Aranza bajará el rostro de inmediato.—Lo siento, señora Black, no volverá a repetirse —expresó la mujer rápidamente.Emma frunció el ceño ante la manera que Aranza lo había llamado.—¿Cómo sabes el apellido de mi esposo? —preguntó mirándola fijamente.—Eh, yo… He leído algunos artículos de revistas financieras, además sus joyerías han ganado un lugar privilegiado en el mercado. Soy modelo, tengo que saber —respondió con voz ronca y un inglés mal pronunciado y, aun así, Emma sabía que esa mujer no era extranjera, lo que incrementó sus sospechas.—Supongo que tiene razón —convino Emma mientras su cabeza tejía los hilos para unir las piezas del ro
Los gemelos se miraron entre sí al darse cuenta de que tenían al enemigo en casa. Fue Peter el primero en salir corriendo de la habitación, seguido muy de cerca por Patrick, sin embargo, ambos se detuvieron abruptamente al encontrarse con su padre en la sala.Peter escondió la foto que había impreso, lo último que deseaba era darle una impresión fuerte a su padre, por lo que dejó la hoja caer y la pateó debajo del sofá.—¡Papá! —gritó Patrick y corrió a los brazos de Michael, esta vez fue Peter quien lo siguió.—Hola, mis chicos, ¿todo bien? —preguntó Michael depositando un beso en sus cabezas.Michael tuvo mucho miedo de no volver a ver a sus hijos, a su pequeña nieta, a su familia. Por un momento pensó que no despertaría luego del desmayo que había sufrido.Para su suerte no había sido así y hoy tenía una segunda oportunidad que la vida le había dado de compartir y valorar mucho más a su familia.—Estamos bien, ¿Cómo estás tú? —preguntó Peter.—Mejor, hijo, mejor —convino sentándose
Guillermo llevó a Richard a su oficina y luego pidió a uno de los enfermeros que trajera a Angélica. El doctor sabía que quizá era un error permitir esta visita, pero también quería medir la reacción de Angélica, saber hasta qué punto su recuperación era verdadera y firme. O si existía la posibilidad de que sucumbiera ante la presencia de su padre.No obstante, Angélica no mostró ninguna reacción al ver a Richard frente a ella, su actitud fue casi indiferente.—¡Hija mía! —exclamó Richard al mirar a Angélica, pero Guillermo le impidió acercarse más.—¿Qué haces aquí, papá? —preguntó Angélica con una calma que impresionó no solo a Guillermo sino también a Richard.—Vine a verte, lamento no haber llegado antes —expuso con una sonrisa falsa y peligrosa.—No te disculpes, no es la primera vez que llegas tarde, ¿puedo ayudarte en algo? —preguntó.—No creo que sea prudente hacer ese tipo de pregunta, Angélica —intervino Guillermo.—Estoy bien —aseguró ella.Guillermo asintió. Sin embargo, n