Capítulo setenta. Bienvenida a la familia

Ryan se quedó de una pieza al escuchar las palabras de su esposa y el helado de mango que tanto trabajo le había costado hacer terminó derramándose sobre el piso cuando él dejó caer el vaso.

—¿Natalia? —preguntó aturdido—. ¿Nuestra Natalia? —repitió.

Emma apretó los labios en una fina línea. Ella adoraba, amaba cuando Ryan se ponía divertido, pero aquella madrugada, aquella madrugada era totalmente distinta y el dolor que nacía en su bajo vientre y corría hasta su columna vertebral, le hizo gritar:

—¡Claro que es nuestra Natalia y si no te das prisa, espero que estés preparado para recibirla tú! —Emma se dobló por el dolor, una mano se aferró a su vientre y la otra a la mano del sillón.

—¡Cielos, porque tiene que ser tan madrugadora! —expresó Ryan mientras corría de un lado a otro sin llegar a ningún sitio.

Emma quería enfadarse y gritarle, no obstante, dejó escapar una risita tonta, entre el llanto y la diversión.

—¡Ryan, ve por la maleta de la niña, debes llevarme al hospital!
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo