Natasha miró a Michael, estaba dormido y tenía varios cables conectados a su cuerpo, ella respiró profundo antes de levantarse de la silla y dirigirse a Emma y Ryan.—El doctor dijo que Michel no despertará en algunas horas, vayan a casa Emma…—No voy a dejarte sola mamá, y menos con el peligro que nos acecha —interrumpió Emma abruptamente las palabras de su madre.—Llévala a casa, Ryan, este no es un lugar para Natalia, antes de pensar en nosotros, tienes que pensar en tu hija, Emma. Natalia es el tesoro de la familia Collins —dijo Nat acariciando la cabecita de la niña que estaba dormida en brazos de su madre—. Tengo miedo que sea ella el objetivo. Por favor, Emma, no me hagas más difícil este trago amargo por el cual estamos pasando. Cuídate, cuida de tus hermanos y de nuestra niña —añadió Natasha mostrando un rostro tan serio que Emma ya no se atrevió a replicar.—Estaré de regreso mañana —prometió Emma.—Si no es necesario, no vengas —pidió.Emma asintió para no llevarle la contr
Emma esperó unos breves segundos a que la mujer apartara la mirada de su marido, no obstante, Aranza continuaba mirando a Ryan de una manera muy extraña, hasta el punto que sus ojos se cristalizaron.—Sé muy bien que mi marido es digno de admiración, pero considero que es una falta de respeto que lo hagas delante de mí —soltó Emma haciendo que Aranza bajará el rostro de inmediato.—Lo siento, señora Black, no volverá a repetirse —expresó la mujer rápidamente.Emma frunció el ceño ante la manera que Aranza lo había llamado.—¿Cómo sabes el apellido de mi esposo? —preguntó mirándola fijamente.—Eh, yo… He leído algunos artículos de revistas financieras, además sus joyerías han ganado un lugar privilegiado en el mercado. Soy modelo, tengo que saber —respondió con voz ronca y un inglés mal pronunciado y, aun así, Emma sabía que esa mujer no era extranjera, lo que incrementó sus sospechas.—Supongo que tiene razón —convino Emma mientras su cabeza tejía los hilos para unir las piezas del ro
Los gemelos se miraron entre sí al darse cuenta de que tenían al enemigo en casa. Fue Peter el primero en salir corriendo de la habitación, seguido muy de cerca por Patrick, sin embargo, ambos se detuvieron abruptamente al encontrarse con su padre en la sala.Peter escondió la foto que había impreso, lo último que deseaba era darle una impresión fuerte a su padre, por lo que dejó la hoja caer y la pateó debajo del sofá.—¡Papá! —gritó Patrick y corrió a los brazos de Michael, esta vez fue Peter quien lo siguió.—Hola, mis chicos, ¿todo bien? —preguntó Michael depositando un beso en sus cabezas.Michael tuvo mucho miedo de no volver a ver a sus hijos, a su pequeña nieta, a su familia. Por un momento pensó que no despertaría luego del desmayo que había sufrido.Para su suerte no había sido así y hoy tenía una segunda oportunidad que la vida le había dado de compartir y valorar mucho más a su familia.—Estamos bien, ¿Cómo estás tú? —preguntó Peter.—Mejor, hijo, mejor —convino sentándose
Guillermo llevó a Richard a su oficina y luego pidió a uno de los enfermeros que trajera a Angélica. El doctor sabía que quizá era un error permitir esta visita, pero también quería medir la reacción de Angélica, saber hasta qué punto su recuperación era verdadera y firme. O si existía la posibilidad de que sucumbiera ante la presencia de su padre.No obstante, Angélica no mostró ninguna reacción al ver a Richard frente a ella, su actitud fue casi indiferente.—¡Hija mía! —exclamó Richard al mirar a Angélica, pero Guillermo le impidió acercarse más.—¿Qué haces aquí, papá? —preguntó Angélica con una calma que impresionó no solo a Guillermo sino también a Richard.—Vine a verte, lamento no haber llegado antes —expuso con una sonrisa falsa y peligrosa.—No te disculpes, no es la primera vez que llegas tarde, ¿puedo ayudarte en algo? —preguntó.—No creo que sea prudente hacer ese tipo de pregunta, Angélica —intervino Guillermo.—Estoy bien —aseguró ella.Guillermo asintió. Sin embargo, n
Ryan parpadeó un par de veces al escuchar las palabras de Clarise, miró a Emma y ella no parecía estar mejor que él.«Quiero ser recordada como una de las modelos más famosas y cotizadas de todos los tiempos y no como una vulgar prostituta»«Y no como una vulgar prostituta»«Una vulgar prostituta»Las palabras se repitieron como un mantra en la cabeza de Ryan y en ese momento no sabía si llorar por haber sido la burla de Clarise por bastante tiempo, o reír porque el día que ella lo había rechazado le había hecho un enorme favor y en muchos más sentidos de lo que jamás se hubiese imaginado.—No me importa tu pasado, Clarise, a mi familia no le afecta en nada —pronunció Emma recuperándose de la impresión.—Lo sé, lo que trato de evitar es que Richard destruya la imagen por la cual trabajé mucho tiempo —insistió.—De hecho, tu reputación estará perdida si vas a prisión. No obstante, si consigues hacerte con la dirección de Richard y conseguir las pruebas que necesitamos… Podría olvidarme
Los siguientes días fueron pasando, convirtiéndose en semanas. La recuperación de Michael era cada vez más satisfactoria para alegría de la familia. Peter y Patrick se ocupaban de mantenerlo vigilado para que no intentara entrar a la biblioteca y retomar el trabajo. Tener a Natalia de su lado era una buena cosa, Michael se olvidaba del mundo una vez que su preciosa nieta de siete meses aparecía en su campo de visión.—Vamos a llevar a Natalia al jardín, ¿vienes? —preguntó Peter con la bebé en brazos.—¿Y qué es lo que le harán a mi princesa en el jardín? —cuestionó Michael.—Solamente la llevaremos de paseo, quizá juguemos un rato en la piscina y…—Los acompañaré, no dejaré a mi princesa con ustedes, par de atolondrados —dijo Michael poniéndose de pie.Los gemelos sonrieron, porque habían logrado una vez más interrumpir las intenciones de su padre de sentarse a trabajar.Natasha y Emma vieron con satisfacción como Michael caminaba detrás de los chicos y de Natalia.—¿Cómo van las cos
Angélica miró a Richard a los ojos por primera vez en muchos años, hoy no se sentía la mujer que amedrentó cuando era niña. Por primera vez pensó que tenía el control de la situación y la sensación era abrumadora.Tan placentera que llegó a preguntarse si era eso lo que su padre sentía cada vez que se metía con ella; cada vez que le hacía sentir un ser inferior que no valía nada.—¿Por qué tengo que ayudarte? —preguntó.—Te ayudé a salir de ese hospital donde Ryan y Emma Black te enviaron. Porque eres mi hija —agregó Richard usando un tono de voz calmado. Él necesitaba que Angélica volviera a hacer el trabajo sucio.—¿Me quieres? —preguntó y eso era exactamente el punto de partida para Richard.—Te quiero, siempre lo hice, no supe cómo demostrarte mi cariño. Te culpé de lo que no eras culpable —dijo acercándose a ella.Angélica hizo un esfuerzo sobrehumano para no alejarse ante el toque del hombre, y hacerlo casi le llevó la vida. A su memoria vinieron los golpes, las palabras hirient
Ryan miró a Natalia y su corazón se estremeció cuando su pequeña bebé estiró sus manitas para que él pudiera tomarla en brazos.—Pa-pá —pronunció la pequeña Natalia.Las lágrimas se desbordaron por las mejillas de Ryan, esta era la primera vez que su niña completaba aquella hermosa palabra.—Mi pedacito de cielo —susurró Ryan antes de cogerla en brazos y darle un beso en la frente. Él la meció entre sus brazos, miró el reloj y se dio cuenta de que apenas eran las siete de la mañana, por lo que decidió cambiarle el pañal a la bebé, para no despertar a Emma, quien dormía en el sillón.—Mamá ha tenido una noche difícil —le contó a Natalia.—Ma —respondió la pequeña.—Sí, cariño. Mamá necesita dormir un poquito más —continúo Ryan.—¡Señor Black! —exclamó la enfermera al entrar a la habitación y darse cuenta de lo que Ryan hacía.—Buenos días —saludó Ryan sin desconcentrarse de su trabajo.—¿Por qué no me llamó? Puedo cambiar a la niña —expresó la mujer en un tonto extraño.—Soy muy capaz