Emma bajó del auto y echó discretamente una mirada al auto que se estacionó a una distancia prudente de ella, respiró profundo y caminó al interior de la cafetería. Por un momento pensó que tendría que esperar por Nicholas, el hombre nunca fue puntual en sus citas, no obstante, se vio sorprendida al verlo sentado en una de las mesas más alejadas de la cafetería.—¡Emma, qué gusto verte! —dijo él cuando la miró acercarse.—Quisiera decirte lo mismo, sin embargo, no voy a mentir para hacerte sentir bien e importante. ¿Qué es lo que quieres con todo esto? —preguntó de manera directa.—Casarme contigo —respondió él sin dudar.—Estás completamente loco, Nicholas. Me engañaste con mi mejor amiga, dijiste claramente que no estabas enamorado de mí. ¿Esperas que acepte casarme contigo?—Es que no tienes opción, Emma. Se lo dejé muy claro a tu padre, si no accedes a casarte haré públicas las fotos que tomé en Miami —dijo con una sonrisa.—¿En qué momento cambiaste tanto, Nicholas? ¿Cuándo dejas
Emma bajó por las escaleras, sus padres, los padres de Nicholas, Nicholas y Ryan estaban sentados en la sala.—Buenas noches —dijo con seriedad, su mirada recorrió a todos los presentes en la sala y se detuvo momentáneamente en Ryan. Sus miradas se cruzaron y él esbozó una ligera sonrisa—. Tenemos prisa por formalizar esta relación, por lo que veo —añadió.Nicholas se puso de pie y extendió su mano para recibir a Emma, ella lo ignoró olímpicamente y caminó a donde sus padres.—Estás siendo grosera, Emma —pronunció Jacob Fisher al ver el desplante de Emma hacia su hijo.—No nos engañemos, señor Fisher, todos sabemos las razones por las que estamos aquí. Ustedes buscan chantajear a mi familia, pero…—Basta, Emma —interrumpió Michael con seriedad —. Pasemos a la mesa, ahí discutiremos todo lo relacionado con la boda de nuestros hijos.Natasha y Michael fueron los primeros en salir de la sala, seguidos por los señores Fisher y Nicholas.—Mantén la calma —le susurró Ryan en el momento que
Los siguientes tres días, Emma pasó convenciendo a sus padres para llevarse a los chicos a Disneyland tal como se los había prometido e incluso se ofreció a pagar el viaje.—¿Se puede saber qué es lo que hiciste? —preguntó Michael sin apartar la mirada de su hija mayor.—¿Yo? —preguntó ella moviéndose ligeramente incómoda en la silla y no por la interrogante de su padre. ¡No!, esa tarde Ryan le había hecho el amor como un salvaje en el auto y ella estaba deliciosamente dolorida, como siempre que estaban juntos.—Te conozco, cariño y si no eres tú quien tiene la sartén por el mango cuando se trata de tus hermanos, es porque ellos deben saber algo que yo no —dijo.Emma pensó por un momento que su padre sabía la verdad, la miraba de una manera distinta, como si pudiera adivinar la verdad en su mirada.—Antes de irme a Miami les prometí que, si volvía antes de los seis meses, los invitaría a Disney, solamente estoy cumpliendo mi palabra, papá —mintió.—Entonces, ¿No quieres venir con noso
Michael no podía creer lo qué sus ojos estaban viendo. Él no podría borrar aquella imagen de su cabeza en mucho, mucho tiempo. Y es que él jamás se habría imaginado que Ryan, su mejor amigo y su hija. ¡Infierno!—¡Vístete, Emma! —gritó rojo por el enfado.Michael Collins no sabía exactamente lo que estaba sintiendo en esos momentos, quería coger a Ryan del cuello y molerlo a golpes. Pero no se atrevía a dar un solo paso para no ver a su hija de aquella manera.—Los espero en la sala de juntas —dijo saliendo del lugar.Emma y Ryan estaban petrificados por lo que había sucedido. Ninguno de los dos jamás se hubiera imaginado que Michael llegara y los sorprendiera de aquella manera.—Papá va a matarnos —susurró Emma.La muchacha tenía la boca seca y el corazón le latía fuerte como un tambor dentro de su pecho y estaba segura de que ya no era por lo que acaban de hacer. Si no por el miedo de enfrentar a su padre.—Será mejor que nos demos prisa, bonita. Hablaré con tu padre, no entres. Pas
—¡Michael! —Natasha no podía creer que Michael fuera capaz de poner a Emma a elegir entre su familia y el hombre que amaba.—Haz tu elección, Emma —Michael no miró a su esposa, su mirada estaba puesta en la joven.Emma miró a su padre, se liberó de la mano de su madre y se puso de pie.—No puedes darme a elegir de esta manera, papá. El amor que siento por ustedes es inmenso, pero no minimiza lo que siento por Ryan —Emma hizo una pausa—. Te amo y serás siempre el amor de mi vida, como lo fuiste desde la primera vez que te vi en la exposición. Cuando no te conocía y, aun así, ya te amaba, papá.—Emma —Michael sintió que su corazón se partía al escucharla hablar.—No tengo que elegir entre Ryan y mi familia, porque Ryan es mi familia. Es el hombre que amo y mi esposo —dijo en tono bajo, pero con una seguridad que hizo temblar a sus padres.—Subiré a preparar mis maletas, voy a mudarme con Ryan y viviré mi historia de amor.—¿Cuánto tiempo esperas que tu historia de amor sobreviva, Emma?
Emma miró a Nicholas y discretamente miró a todos lados, su guardaespaldas no estaba cerca.—No tenemos nada de que hablar, no deberías siquiera estar libre —le dijo ella apretando la bolsa de compras entre sus dedos.—Te equivocas. Hay muchas cosas que tengo que decirte, sin embargo, ahora no tengo tiempo, por favor ven al café de la última vez, te espero mañana antes del mediodía, ven sola y si puedes grabar lo que voy a decirte, hazlo —le dijo antes de salir corriendo tan rápido como llegó.Emma se quedó desconcertada por la actitud de Nicholas, por supuesto que todo le parecía muy sospechoso, pero… ¿Qué es lo que Nicholas quería decirle? ¿Por qué le estaba pidiendo grabar la conversación?Todo eso le generó un estrés desmedido que terminó corriendo al baño para vaciar el estómago. De cierta manera agradecía que esto sucediera fuera de casa. Ryan no estaría feliz de verla enfermar.Emma salió del baño varios minutos más tarde para encontrarse con la cara preocupada de su guardaespa
Emma miró a Nicholas una vez más y por un momento creyó ver al niño del que un día creyó estar enamorada. Ahora sabía lo que era estarlo de verdad y darlo todo por esa otra persona, ahora sabía que lo que sintió por Nicholas en el pasado no fue más que cariño, quizá costumbre por su amistad y complicidad desde que tenían seis años.—Lo siento, Emma. Si puedes perdonarme, por favor hazlo —pidió el joven.—No era necesario hacer todo esto, Nick. Quizá si hubieses sido sincero en un principio habríamos encontrado una solución al problema de tu empresa y habríamos sido buenos amigos como cuando éramos niños.—No tengo justificación, Emma. Y dicho todo lo que te dije, no tengo más que hacer aquí. Por favor, sé feliz todo lo que puedas y perdóname por causarte daño —él se puso de pie y extendió su mano para despedirse.—¿Sabes a dónde irás? —preguntó Emma mientras le estrechaba la mano.—No, y es mejor así, lo decidiré en el aeropuerto.Emma asintió y le regaló una ligera sonrisa, él se mar
A la mañana siguiente, y aunque Ryan continuaba enojado con Emma por su atrevimiento, le preparó el desayuno para que fuera a la oficina, él se quedaría en casa; investigaría todo sobre la información que Nicholas le había dado a Emma.Lo más importante de todo aquello, era confirmar si Angélica realmente era la hija de Richard Lewis y temía que fuera cierto.Esa mujer había demostrado ser una enemiga inteligente. Manipulando y comprando voluntades, por supuesto que podía llegar lejos.—¿Vamos juntos a la oficina? —preguntó Emma luego de cepillarse los dientes.—No, no estoy yendo a la oficina hoy. Tenemos que hablar sobre eso cuando vuelvas —le dijo.Ryan no tenía intención de soltar una bomba como esa cuando ella tomaría carretera. Además, las posibilidades de que se enterara hoy eran casi nulas.—¿Sobre qué? —preguntó sin moverse de su sitio.—Sobre la empresa, sobre tu padre y sobre nosotros.—¿Es algo malo? —Emma tenía la sospecha de que era algo que tenía que ver con su padre, s