Abigail Casi dos semanas después puedo decir felizmente que mi empresa está en funcionamiento. No fue sencillo conseguir en tan poco tiempo la persona idónea que se hiciera cargo de todo mientras yo me encuentro acá, pero al final creo que dimos con el indicado. Melissa, viajó hasta Alemania por cinco días y hoy, en su regreso, estamos poniéndonos al día con todo lo que encontró. —La locación es preciosa— dice Mel mientras me extiende una tablet donde efectivamente veo lo linda que es la empresa—Aún no tenemos muchos empleados, pero sí los suficientes. Lo importante es que empiecen a cazar clientes. Asiento mi cabeza en su dirección porque eso es muy cierto. La empresa en sí que hemos creado es una agencia de Marketing, publicidad, comunicaciones y soluciones legales. No solo vendemos la marca, sino que además nos encargamos de limpiar sus mierdas. O al menos las que podamos. —Si, debemos hacernos visibles en el mercado cuanto antes— le digo— yo no tengo demasiado tiempo. Como
Christopher Las manos me tiemblan y el corazón me late desenfrenado mientras conduzco a toda velocidad hacia el restaurante donde se suponía que estaba Abigail. Escucharla gritar por la línea telefónica sin poder ver qué sucedía me hizo sentir la mayor impotencia del mundo, pero, haber escuchado como me decía que se la llevarían, como me pedía que la encontrara… Eso me tiene destrozado y con ganas de bañar el maldito mundo de sangre con tal de recuperarla. Tengo el teléfono en altavoz mientras marco el número del detective y en la cuarta timbrada escucho su voz al otro lado de la línea. —¿Señor Dimas ha pasado algo? Son las… —Se han llevado a mi esposa— lo interrumpo porque no tengo tiempo para entrar en conversación.—Estoy llegando al restaurante Glorietta, es de ahí de donde se la han llevado. —¿Qué quiere decir con que se la han llevado? Por un momento siento que quiero ahorcarlo por estar haciendome preguntas y no poniéndose en marcha. —Quiero decir que algún hijo de puta
AbigailOscuridad, todo lo que puedo ver es oscuridad. No se cuanto tiempo ha pasado desde que me trajeron a lo que creo que es un sótano, pues me hicieron bajar unas escaleras, y luego me dejaron aquí tirada, con las manos amarradas a cuerdas que vienen desde la pared y pelan y rasgan mi piel.Ya no llevo la venda en los ojos, pero el lugar está tan pero tan oscuro que me es imposible reconocer nada más allá de mis propias manos.El miedo es mi única compañía ahora mismo, puedo sentir como mis manos tiemblan y mis ojos arden debido a las lágrimas que estoy reteniendo. No sé qué piensan hacerme, pero yo solo puede pensar en mi bebé. Aprieto con fuerza el abrigo que gracia a Dios sigo llevando y al parecer estos secuestradores no son tan profesionales porque ni siquiera me requisaron, por lo que sigo teniendo las llaves del auto en el bolsillo.—Por favor, Christopher, encuéntrame…Dejo salir un sollozo en el momento justo en que la puerta es abierta y el sonido de pisadas bajando la
Christopher Rastrear la ubicación de Abigail nos llevo malditos cuarenta minutos, todo porque la estúpida empresa de seguridad debía hacer cumplir un protocolo para asegurarse que si era cierto el secuestro. Estuve muy tentado a mandarlos a la m****a y hacer cerrar la m*****a empresa, sin embargo el detective se encargó de hacer sus propias amenazas con base a la ley, que sinceramente tengo dudas que sean reales, pero lo importante es que funcionaron. Ahora estoy manejando como un maniático con James al lado mío y la rubia amiga de Abigail en el asiento trasero. Apenas James la llamó para preguntarle sobre el tema se puso como loca y a los cinco minutos la tuvimos con nosotros, negándose a ir hasta que no viera que la Abigail estuviese bien. Al menos puedo decir que la llorona tiene buenas amigas. —Christopher disminuye la velocidad, vas a hacer que nos choquemos y eso no va a ayudar a Abi.—Las palabras de James me hacen apretar con fuerza el manubrio, pero siendo consciente que
AbigailChristopher está en camino. Eso es todo lo que mi mente repite una y otra vez mientras veo como Krista recoge todas sus pertenencias, antes de que me haga subir las escaleras, aún llevando las manos atadas.Cada vez que ella tira de las cuerdas, es como si miles de agujas se enterraran en mi piel y no puedo evitar dejar salir pequeños gritos de dolor que ella se encarga de ignorar.Sin embargo, nada de eso importa, porque esta pesadilla parece estar a punto de llegar a su final, puedo soportar un poco más. Puedo hacerlo.Cuando llegamos a la primera planta, me doy cuenta que mis deducciones eran ciertas. Estamos en una casa, una que parece ser de vacaciones y por el frío que hace y lo poco que puedo ver por las ventanas, deduzco que hemos salido de la ciudad o estamos en las afueras.Krista camina de un lado a otro tomando todas sus cosas, limpiando cualquier descuido que pueda hacer que su plan se arruine, finalmente veo como agarra su celular y creo que escucho ángeles canta
AbigailDespierto y lo único que escucho es el pitido que hace una máquina a mi lado y una sola mirada a mi alrededor me hace saber que estoy en el hospital.Sin embargo, no es como en las películas que la gente no recuerda qué ocurrió, yo, aunque no sé cómo llegué hasta aquí, si que recuerdo lo ocurrido en las últimas horas.Mis manos bajan a mi vientre y sujeto con fuerza sintiendo el miedo empezar a crecer. Mis ojos recorren el lugar con angustia mientras los recuerdos aparecen uno a uno en mi mente: el secuestro, Krista, los hombres, Christopher….Siento como mi latidos se aceleran de solo pensar que algo pudo pasarle aél o a mi bebé y el sonido de la máquina a mi lado me lo confirma, creo que estoy a punto de sufrir un ataque de pánico, sin embargo, en ese preciso momento la puerta es abierta y veo a Steven entrar en la habitación.Sus ojos se amplían al escucharme y veo cómo todo su semblante parece aliviado.—¡Has despertado al fin!—Christopher— digo de inmediato y más tarde m
ChristopherLas palabras de Abigail se repiten una y otra vez en mi mente: Me quiere. Ni siquiera sé en que momento pasó eso, pero Joder, escucharla mientras me lo decía hizo que mi pecho se oprimiera y cosas que prefiero no sentir despierten en mi interior.Sé, con mucha claridad, que lo que siento por la llorona es mucho más que atracción, antes lo sospechaba, pero en el momento en que su vida estuvo en riesgo, en ese preciso instante sentí que podría acabar con todo el maldito mundo con tal de volver a tenerla conmigo.Entonces lo supe. Tengo sentimientos hacia ella. Sentimientos que nunca antes he experimentado y que me tiene aterradoHemos regresado a casa al fin y eso es un alivio. Odio los hospitales. Hago una leve mueca porque mi brazo me sigue molestando, puede que la herida no haya sido profunda pero eso no significa que no duela, camino hacia el buró para tomar todo lo necesario para limpiar mi herida, cuando la puerta del baño se abre y una Abigail duchada y cambiada apar
AbigailEl último mes y medio ha sido demasiado silencioso. Mi ex ha sabido escabullirse y aunque ahora hay una investigación muy profunda sobre él, debo admitir que sus abogados han sabido mover sus fichas.Sin embargo, no se bien como va todo, porque últimamente he estado con la cabeza en otro lugar, pues por increíble que parezca mi empresa del exterior ha despegado de manera exorbitante. Ahora mismo tenemos 4 megacuentas con grandes empresas a las que les estamos manejando toda su imagen y además unas 7 cuentas medianas.El tiempo ha pasado demasiado rápido para mi gusto y aunque me niegue a admitirlo ha llegado el tiempo de irme. Tengo 3 meses y medio de embarazo actualmente y Steven dice que la panza puede simplemente crecer de un momento a otro, ya lo ha hecho, pero no es algo evidente, simplemente una hinchazón que parece natural, aunque hay veces que pienso que Chris lo ha notado.Él simplemente ve mi abdomen y en algunos instantes frunce el ceño antes de sacudir la cabeza.