AbigailEl amanecer llega más pronto de lo deseado, pero esta vez no pienso quedarme escondida o haciendo tiempo en mi habitación, no, hoy me arreglo de manera sutil, recogiendo mi cabellera castaña en una cola alta, usando un jean de tiro alto y una sencilla blusa de mangas largas negra, me calzo los tenis y salgo de la habitación.Anoche me tuve que quedar en la que es su habitación actualmente, pues no había ninguna otra adaptada para dormir. Debo decir que sentir su olor en la almohada toda la noche por poco me lleva a la locura. Él me está llevando a la locura, no sé en qué momento me volví masoquista.Hago mi camino hasta la cocina con la frente en alto, sin embargo, cuando estoy a punto de entrar escucho la voz grave y atronadora de mi esposo llamarme desde el comedor.—¿A dónde vas, llorona? La comida está servida. ¿O es que las agallas de anoche se han ido ya?Aprieto la quijada y trato de recitar algún mantra para tener paciencia, antes de entrar en el comedor. Cuando lo hag
ChristopherLlegar a la empresa junto a Abigail no es algo que tuviera en mis planes. Sin embargo, debo aceptar que entrar junto a ella hace que mi ansiedad sea menor al notar como todos me ven en silla de ruedas.Esta vez ni aunque quisiera hubiera podido dejar atrás la silla. Luego de haberse excedido en la fiesta y después subiendo esas endemoniadas escaleras, el dolor se volvió insoportable.Entramos juntos al enorme edificio de Dimas S&C: Soluciones y Construcciones Empresariales y todos los empleados se ponen en pie al verme entrar. Desde la recepcionista hasta los oficinistas.—¡Señor Dimas, está de vuelta! — Grita Nataly, la chica de recepción.Yo simplemente le doy una mirada y ella parece darse cuenta de lo imprudente que acaba de ser, porque de inmediato baja su mirada mientras que yo simplemente sigo de largo mi camino agradeciendo que la silla es automática y nadie debe empujarme,.Puedo sentir el repiqueteo suave de los pasos de Abigail siguiéndome hasta que entramos al
AbigailVeo con satisfacción cómo su boca cae abierta al escucharme.—¡DISCULPA! ¿Cómo me has llamado?—Su grito empieza a llamar la atención de los trabajadores de afuera y puedo ver como estos se ponen de pie para poder mirar por la puerta abierta y la gran ventana que tiene la persiana arriba todo lo que pasa aquí—Solo te he llamado como te mereces— le digo— Has entrado a esta oficina, me has visto aquí sentada y eso poco te ha importado para prácticamente lanzarte encima de Christopher, sinceramente me das vergüenza ajena, porque él ni siquiera te dio una mirada.— Siento que estoy descargando hacia ella mucha rabia reprimida ahora mismo— Deberías empezar a recolectar un poco de amor propio.—¡¡Eres un zorra!! — Vuelve a gritar y el cuchicheo de afuera se hace más grande, sin embargo nadie entra a la oficina— Tu eres quien debería tener amor propio, eres su esposa, pero él no te ama, deberías simplemente desaparecer.Sus palabras terminan de romper la barrera de mi paciencia, por
ChristopherAlucinado. Así es como Abigail me ha dejado el día de hoy.Si en la fiesta quedé sorprendido cuando me enfrentó, entonces hoy al enterarme que había retado a mi abuela y ahora que haya puesto en su lugar a Katrina me tiene totalmente encantado.Eso, sin contar que incluso después de todo ha descubierto en menos de una hora una falla en mi sistema financiero. Hoy no vi a la mujer llorosa y depresiva, la mujer que estuvo aquí, en esta oficina conmigo es una totalmente distinta, una que ha conseguido llamar mi atención y despertar más que mi curiosidad.Nunca he sido el típico hombre que busca una mujer sumisa, pese a que tengo un carácter demoníaco, me gustan las mujeres que tienen voz, aquellas que no van a actuar como robots a mi alrededor.Decido que es momento de dejar de postergar lo que tuve que haber hecho desde el primer momento en que supe de la existencia de Abigail, por lo que tomo mi celular y marco el número de James.—Mira nada más, estamos hablando mucho más s
AbigailÉl ríe un poco cuando termina de hablar y yo le regreso la sonrisa. Parece ser una persona agradable y debo aceptar que de esas hace mucho que no me encuentro.No puedo evitar pensar ¿Qué habrá hecho esa mujer para lastimarlo tanto?—Supongo que solo necesitaba despejarme un poco, muchas gracias por preocuparte, Abigail— Me dice y yo vuelvo a darle una sonrisa y veo como él mete la mano en el saco y saca una pequeña tarjeta que tiende hacia mi —Si algún día necesitas ayuda, llámame.Yo tomo la tarjeta y veo que al parecer es un médico de renombre.—Lo haré, Steven. Muchas gracias y espero que todo mejore.—Yo también y tú no deberías andar caminando sola ¿Necesitas que te lleve?Por alguna razón, pensar en aceptar me hace sentir mal y de inmediato me encuentro viendo en mi mente un par de ojos oscuros mirándome de manera acusadora.—No, no. Yo voy aquí mismo. Pero gracias.Él parece dudar al principio, pero luego vuelve a despedirse y veo como él da media vuelta para empezar a
ChristopherAnoche, luego de ver que Abigail seguía interesándose por su ex marido me sentí más confundido que nunca y es que no entiendo como puede seguir interesada.Cuando volví a la habitación retomé la lectura de la investigación y lo que encontré me dejó totalmente sorprendido y al mismo tiempo aclaró muchas cosas que no llegaba a comprender sobre la mujer que se ha vuelto mi esposa.Para empezar descubrí que ese mamarracho que se hace llamar hombre no es más que un vividor que se metió en una relación con Abigail en la Universidad y luego se casó con ella, cuando lo único que quería era su empresa. Si me queda alguna duda de eso, solo debo recordar que antes de morir el señor Lowel, padre de Abigail, me dijo “Nada de esto ha sido un accidente, él quiere quitarle todo” y me pidió con mucha desesperación ayuda para proteger a “su niña”.Lo cuál me hace saber que el imbécil buscó la manera de matar a su suegro, pero con lo que no contó fue que yo me vería involucrado en el accid
ChristopherEstoy a punto de llegar a la puerta de la casa, cuando me extraño al ver un auto parqueado en la entrada de mi casa y la rabia se hace presente cuando veo que se trata nada más y nada menos que del idiota del ex marido de Abigial y para colmo este se encuentra discutiendo con ella.No puedo creer que los dos quieran verme la cara de estupido, ella sigue hablando con él y me imagino que seguramente el muy cobarde se vino corriendo hacia acá suponiendo que yo iría a mi empresa y ella estaría sola. No esperaba que me desviara. —¿Señor, ¿qué desea hacer?—uno de mis hombres de confianza que va al volante me da una mirada por el espejo retrovisor esperando a mi orden.—Voy a bajarme y a sacar esa basura de mi casa. Te avisaré si te necesito.Con mucho cuidado de no ser visto me bajo del auto usando la rampa para la silla y me dirijo hasta donde ellos se encuentran, quedandome de piedra al escuchar lo que ella dice:—¡Eres un descarado! Como te atreves a venir hasta aquí a levan
AbigailHa pasado una semana desde que Christopher me pidió la cita, desde entonces las cosas han estado relativamente calmadas entre los dos. Seguimos yendo a la empresa y aunque no tengo un cargo real, él ha empezado a escucharme un poco más.También iniciaron sus terapias de fuerza, eso parece tenerlo de un humor mucho más volátil de lo que de por sí ya es. Pues aunque ha mostrado avances desde hace más de un mes que despertó, el hecho de que la recuperación sea lenta lo pone de malas.Hoy, finalmente, ha llegado el día de la cita y aún no puedo creer que haya aceptado esta locura con Christopher. No sé qué demonios fue lo que me impulsó a aceptar, pero lo cierto es que verlo defenderme, enfrentarse a mi ex por mi, hizo que cosas raras empiezan a removerse en mi interior y aunque se que tal vez es solamente mi necesidad de apego, lo cierto es que ahora mismo quiero solo olvidarme de todo y disfrutar.—Bueno, ya es muy tarde para acobardarme—me digo, mientras me doy una mirada en e