¿Quieres casarte conmigo?

CAPÍTULO 02

     Igor Smith

   

   - ¡Señor Smith! ¡El chófer ya está esperando para llevárselo! - dijo mi secretaria, Olivia.

   - ¿De verdad vas a ir a este crucero, Igor? Sabes que van a estar preparados para convencerte de que renuncies a las obras, ¿verdad? Quieren conservar la isla, y con los nuevos proyectos de Smith Engineering, ¡tendrían que destruir gran parte de ella! - dijo mi ayudante.

   - ¡No me importa lo que piensen! Tengo dinero para hacer todo lo que quiera, y aún puedo reconstruir esa y todas las demás islas de allí, ¡en un abrir y cerrar de ojos! Me voy ahora, ¡o llegaré tarde! - dije despidiéndome.

   ¡No puedo dejar que una inversión tan grande como ésta se me escape de las manos! Sólo voy a este crucero para zanjar este asunto de una vez por todas, ¡y nada me detendrá!

   Cojo el móvil mientras camino hacia el aparcamiento, necesito hablar con mi chica, quiero asegurarme de que realmente no se irá conmigo.

   Llama...

   - ¡Hola preciosa!

   - Hola, gata.

   - ¿Seguro que no vienes al crucero conmigo? ¡Serán dos días sin verte, cariño! - me quejé socarronamente al teléfono para ver si se me pegaba.

   - Hola, gato. Mañana tengo ensayo de ballet por la mañana temprano, ¡y también por la tarde! Ya lo sabes. - contestó ella.

   - Estaré dos días sin ti. Podríamos pasar la noche juntos, ¿qué te parece? - volví a jadear.

   - Me parece bien. Iré, pero durante las reuniones me quedaré en otro sitio, odio esas conversaciones aburridas que siempre acabáis discutiendo, así que me quedaré en el bar, si puede ser así, ¡bien! ¡Entonces cancelaré los dos ensayos! - dijo, y yo no podía creer lo que estaba oyendo.

   - ¿De verdad? ¡No me lo puedo creer! ¡Entonces vendré enseguida, antes de que me rinda! Prepárate, ¡ya voy! - Dije toda emocionada.

   - Ok, ¡te espero!

   Cancela...

   

   Los empleados ya han empaquetado mi ropa, así que solo tengo que irme, ¡el resto ya lo veré más tarde!

   Fui a buscarla, y nos fuimos juntos al barco, cada día amo más a esta mujer, y no veo la hora de que acepte mi propuesta de matrimonio, porque ella siempre prioriza el ballet, y yo me quedo a un lado.

   Me pidió una habitación para ella sola, me dijo que necesitaba espacio con sus cosas, así que la ayudé a llevarlas, y después de acomodarla bien, pude ir a la reunión que ya estaba programada.

   - ¿Te espero en mi habitación, entonces? - pregunté, aún abrazándola.

   - No sé... si no es muy tarde, ¡sí! Si no, ¡nos vemos mañana temprano! - dijo, nos besamos y nos despedimos.

   Al entrar en la zona cercana a las piscinas, y también a la entrada del crucero, observé que una chica prácticamente se caía al suelo, y tuve que sujetarla, por supuesto le advertí que tuviera cuidado con las gafas esparcidas por el suelo, porque no se había dado cuenta, pero parecía loca, se excusó y salió de allí.

   Con la confusión del momento, acabé yendo al lado contrario, y me encontré justo con quien no quería... esos son mis enemigos de negocios, y no querían que hiciera ningún proyecto para esa isla, pero me convencieron para tomar una copa con ellos en el bar del lugar.

   - Mire señor Smith, tenemos que cuidar este lugar, no compre nuestra isla para urbanizarla, ¡destruiría la ecología de aquí! - dijo uno de ellos, y yo decidí ser directo, no me andaría con tonterías.

   - Señores, ¡ya está todo decidido! No cambiaré nada de este proyecto, ¡tienen que acostumbrarse! ¡Tendremos buenos restaurantes, y un área de láser para empezar! ¡Esto beneficiará a todos! - se miraron y se quedaron unos minutos en silencio.

       Me di cuenta de que una mujer muy guapa se paró a mi lado, y se agachó de la nada repitiendo muchas veces que había perdido su pendiente por allí.

   - Por favor, señor, ¡ayúdeme! Mire - mostró el pendiente en su mano. - el otro es exactamente igual, no puedo perderlo, ¡es una herencia de mi abuela! - Era una mujer muy guapa, llevaba un vestido rojo ajustado, con el pelo bien peinado y rubio, parecía alguien de altura, y entonces me desconecté unos segundos.

    - Toma. - dije, recogiendo el pendiente del suelo, y ella sonrió agradecida, pero pronto corté el acercamiento, ¡pues mi corazón tiene dueño!

    - ¡Gracias, señor! - dijo, y se marchó.

    En mi móvil llegaron algunos mensajes al grupo de inversores, y tuve que abrirlos, porque, hasta ahora no había aparecido nadie, sólo esas personas molestas que no paran de insistir con palabras sin sentido.

    Estaba a punto de levantarme, porque no tenía nada más que decir a esos dos, pero uno de ellos habló:

    - ¡No sea grosero, Sr. Smith! ¡Al menos termine su bebida! - Me pareció extraña la petición, pues estaba claro que no eran mis amigos, pero revolví aquel líquido con todo lo que tenía en la garganta, quería que se acabara de una vez.

   - ¡Buenas noches! - Dije levantándome para ir a mi habitación a descansar, y al mismo tiempo, noté que mi cuerpo se sentía extraño, pero seguí adelante.

    Me temblaban un poco las piernas y me sentía un poco mareada, pero conseguí llegar a mi habitación. La luz estaba apagada, pero no estaba totalmente oscuro, así que desistí de encenderla, ya que veía la cama medio con dificultad, pero podía verla a ella... había elegido dormir conmigo, así que ya estaba feliz... mareado, ¡pero feliz!

    Cuando me acerqué, mi amada estaba allí... necesito una oportunidad más para pedirle que se case conmigo, ya que vive sin tiempo, con su sueño de ser bailarina, pero si hoy le demuestro todo mi amor, aceptará, el anillo aún está en mi bolsillo, así que hoy la haré mía....

    Mi cabeza seguía rara, y apenas podía ver a mi novia, pero no encendería la luz, con las luces así sería más romántico...

   Me acerqué a ella con cuidado, pero ya tenía ganas de que hiciéramos el amor, así que empecé por pegar nuestros labios en un delicado beso. Comencé a tocarle el pelo, y luego empecé a besarle la boca de una forma más envolvente, nuestros besos siempre son envolventes y sensuales, y lo eran mucho más ahora que nuestros cuerpos se calentaban.

 Con ella tumbada en la cama, miré cada parte de su cuerpo, en el reflejo de luz que aún existía en la habitación, era poca, pero aún podía identificarla, y la toqué con mucha delicadeza y cariño, empecé por los brazos, la puse de espaldas a mí, empecé a masajearlos y a dar ligeros mordiscos en ellos, con cada mordisco, ella se estremecía, y me encantaba ver las reacciones que mis caricias provocaban en ella.

  Me quité la ropa, y ella se quitó algo fino en respuesta, parecía un jersey, no pude verlo con claridad, pero pronto estuvimos los dos desnudos.

 La acerqué de nuevo a mí, de frente, y empezamos a tocarnos, mientras iba conociendo los detalles de su cuerpo, ella me daba ligeros apretones en los músculos, y el pecho, poniendo sus manos ligeramente, y siendo firme a veces. Sentí su mano bajar por mi vientre, y encontrarse con mi miembro. Dejé que me acariciara allí, mientras exploraba esos pechos tan hermosos.

      Sus caricias me ponen la piel de gallina, su boca en contacto con mi piel, provocándome pequeñas descargas, ¡que me han desestabilizado! Está siendo una experiencia extraordinaria en mi vida.

     Siento la ligereza de sus manos recorriendo mi cuerpo, completamente desnudo, y rendido a ella, le aprieto la espalda, y con un poco de fuerza en las yemas de mis dedos, siento ese culo, no me había dado cuenta, que tiene un culo precioso, y al apretarlo, siento mi propio cuerpo estremecerse, y ella suspiró y ¡escuché una sonrisa! ¡Perfecto! De hecho... ella es perfecta...

     - ¡Túmbate aquí! ¡Hoy quiero complacerte! - habló con otra voz, aún más sensual...

   Me tumbé, y ella se puso encima de mí, explorando mi cuerpo con su boca, lamió y besó mi pecho y mis brazos, dando algunos apretones y haciendo algunos ruidos diferentes.

  Sentí su lengua pasearse por mi vientre, y alrededor de mi ombligo, y eso me hizo vibrar, porque ya me la imaginaba tragándose mi miembro con esa deliciosa boca, así que me calenté aún más, esperando que me la chupara, pero ella volvió a besarme el cuello, haciéndome jadear de deseo.

   Siguió jugando con mi boca, y sentí su mano acariciando mi duro miembro, que ya palpitaba por ella, y entonces pronto ocurrió lo que tanto deseaba, y puso su boca en el lugar adecuado, haciéndome retorcerme por todas partes, mientras me la metía hasta el fondo de la garganta, con esos movimientos maravillosos, pasando su lengua por los lados, yendo y viniendo con esa lengua que yo ya me moría por morder. A veces paraba unos segundos, y parecía dudar, ¡pero estaba muy buena!

    Me sorprendió cuando me lamió y chupó los huevos, poniéndome la piel de gallina de lujuria, y luego, tragando de nuevo, aumentó los movimientos hasta que llegué al vértice de mi placer, donde casi me corro, en su boca.

   Me senté en la cama, y ahora era mi turno, la llamé para que se tumbara, mientras yo jugaba con su cuerpo como quería, mordiéndola poco a poco, y chupando esos preciosos pechos, con gusto.

  La puse sobre mi brazo derecho, y con él alrededor de su cuello, toqué su pecho derecho, y el pico, con mis dedos, y con mi mano izquierda, toqué su punto sensible simultáneamente, haciéndola gemir sin parar, hasta que se corrió en mis dedos.

   Estar con ella es muy bueno, su piel sensible y suave me volvía loco, y no veía el momento de tomar todo su cuerpo, así que delicadamente me puse encima de ella, y coloqué mi miembro en su entrada, como estaba bien lubricada, no tendría problemas, así que fui muy despacio, y noté cierta dificultad para entrar, e incluso me dio la impresión de que se quejaba, y sus manos me tocaban con más fuerza, me dio la impresión de que iba a arrancar las sábanas.

    Fueron pocas caricias, y cuando ya estaba totalmente dentro, intensifiqué los movimientos en una deliciosa y sensual danza de nuestros cuerpos. Seguí moviéndome allí hasta que oí llegar su orgasmo, y entonces ella quiso cambiar un poco la posición.

   Se subió sobre mí, encajando mi miembro en su entrada, y comenzó a cabalgarme con facilidad. Disfruté cada segundo de esta mujer moviéndose abajo, abajo y arriba de mí con esos gritos de éxtasis que me hacían temblar de placer por poder disfrutar de aquello.

   Y así fue hasta que quedamos satisfechos, ¡y me derramé dentro de ella! Estoy deseando que acepte casarse conmigo y poder estar con ella todos los días así, ¡estaría en el paraíso!

   Cuando terminamos, me tumbé a su lado y la acerqué mucho a mí, necesitaba tomar valor, dejé pasar unos minutos en ese silencio, entonces decidí levantarme, y buscar el anillo, y no me costó encontrarlo en el bolsillo de mi pantalón, ella seguía tumbada, así que me acerqué a ella y se lo di....

   - No sé cómo repetirlo, ¡pero no puedo esperar más! Quiero que te cases conmigo. Eres muy importante para mí, no puedo vivir sin ti, ¡te quiero demasiado! - dije, y ella permaneció en silencio, y entonces me sorprendieron sus palabras:

  - ¡Yo también te quiero! ¡No sabía que yo fuera tan importante para ti!

      Yo no sabía ni cómo reaccionar, veía que ella repetía algunas cosas, pero mi cabeza sólo entendía, el "yo también te quiero", que oía repetidamente. Así que reuní fuerzas, me acerqué mucho a ella y le volví a preguntar:

  - ¿Tú qué?

  - ¡Claro que te quiero! - Dijo, probablemente mirándome a los ojos, pero no podía estar seguro a causa de la luz.

  Me sentí, tan a gusto con esas palabras, ¡sentí como si mi corazón fuera tan bien acogido! Es una experiencia tan nueva para mi, sentirme realmente amada por alguien. ¡Especialmente si ese alguien, es el alguien que amo!

  - ¿Quieres casarte conmigo? - volví a preguntar.

  - Por supuesto que sí. - Ella seguía mirando el anillo, tocándolo con los dedos, y yo apenas podía creer que por fin aceptara mi petición, y no pusiera el ballet en primer lugar.

   Me jaló a su lado, y me besó fuerte, con fuego, nunca me había agarrado tan fuerte, como esta vez, tenía fuego en el cuerpo, luego me fue besando el cuello, y mordiendo, y yo le agarré la espalda con las uñas, y nos abrazamos fuerte, entonces sentí las lágrimas que brotaban de su cara, y me sentí muy bien con esta sensación, y hasta la inquietud se me estaba pasando ahora, ¡y sólo quería organizar mi boda! Si se emociona, es señal de que me quiere de verdad, como me acaba de decir.

   Estoy muy contento, porque era la primera vez que me decía que me quiere, y ahora las cosas van maravillosamente bien, ¡todavía no me creo que esto entre nosotros esté pasando de verdad!

   Caímos juntos en la cama, abrazados, felices y satisfechos, pero un ruido enorme la hizo sobresaltarse y gritar:

   - ¡¡¡AH!!!

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