Malú observó desde afuera la enorme mansión, la casa parecía un palacio.

—Es muy bonita —comentó a su esposo.

—Así es —respondió él—. Aunque la Momposina es igual de hermosa. —Besó su mejilla—. Aún no me has dicho con qué empresa vas a firmar. —Acarició su mano y la observó a los ojos.

Malú frunció los labios.

—Es una decisión complicada: En industrias Lennox todos andan un poquito locos. —Ladeó los labios—, cosa que no debería preocuparme cuando en mi familia ocurren peores cosas —bromeó—, no me gustó que la esposa de Gerald, pensara que yo coqueteaba con él. —Inhaló profundo—, quizás fue mi culpa, solo le quería mostrar a él que es un vallenato, y lo único que se me ocurrió fue cantar. —Cruzó sus brazos, observó a su esposo—, sabes que me encanta hacerlo, pero seguramente habrá gente que criticará lo que hice. —Arrugó el ceño—, hoy en día hay mucha amargura en los corazones de las personas.

El esposo de la joven acarició su mejilla.

—Más bien el mundo no está preparado p